Combarbalinos exponen sobre la sequía y la política de abandono

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    La sequía es una problemática latente en la Provincia del Limarí, pero que muchas veces no se conoce más allá de sus fronteras, mucho menos en lugares en donde no existen problemas con el suministro de agua, como la Región Metropolitana. 

    En este contexto, en la Universidad de Santiago se realizó un seminario sobre la escasez hídrica y sus consecuencias, enfocado principalmente en Combarbalá, con expositores oriundos de dicha comuna. 

    “Combarbalá: sequía, cambio climático y vulneraciones socioecológicas en el Chile rural” fue el nombre con el cual se bautizó a esta actividad que duró dos días, en donde asistieron diferentes estudiantes y profesores de la USACH, así como también de otras universidades de la capital.  

    La investigadora Eugenia Dos Santos fue la gestora de esta iniciativa, tras conocer Combarbalá a través de actividades deportivas realizadas en la comuna. Fue en esas instancias en donde se interesó por la problemática del agua que afecta al Limarí. 

    “Soy deportista y he viajado a Combarbalá para correr carreras de montaña. Mientras yo corría en esas montañas me di cuenta que había muchos estanques secos. Yo trabajo en temas relacionados al cambio climático, y me impresioné con este paisaje, por eso coordiné este seminario con diferentes activistas. Con ellos conocí que además de la sequía hay todo un conflicto por pozos ilegales, robo de agua y los problemas para alimentar los APR, entonces decidí dar a conocer toda esta situación en la universidad”, señaló Dos Santos. 

     

    EXPOSITORES COMBARBALINOS 

     

    Los expositores del seminario fueron precisamente personas habitantes y/u oriundas de Combarbalá, quienes han conocido de cerca las problemáticas del agua en su comuna y sus consecuencias. 

    Uno de ellos fue Roberto Ochoa, quien es vocero de la Coordinadora en Defensa del Agua del Valle de Cogotí. Él comenta lo que fue su exposición. 

    “En el seminario explicamos varias situaciones, como por ejemplo que a población de Combarbalá se centra principalmente en la población rural, y que los índices de pobreza superan la media regional y nacional. También explicamos que hay APR que tienen agua dos horas al día, y lo otro lo suplen con pozos o con camiones aljibes. Expusimos sobre los informes del CEAZA, en donde se habla de cobertura de nieve, lluvia, caudales y embalses. Nosotros no estamos en contra de que existan recolectores de agua, el tema va más allá, en cómo se distribuye esa agua”, indicó el activista. 

    “Hay que destacar que los camiones aljibes entregan 50 litros diarios por persona, pero la Organización Mundial de la Salud recomienda 100 litros diarios, es decir se entrega la mitad. Así también hay que dar las cifras con respecto a la distribución de agua que se da en los ríos, por ejemplo, hay 7 personas que son dueñas prácticamente el 72% de todo el caudal, eso solamente en un río, y en los otros ríos se dan situaciones similares”, complementó. 

    Otro de los expositores de la actividad fue el ingeniero civil eléctrico Diland Castro, joven nacido y criado en Combarbalá, quien por motivos de estudios y trabajo actualmente se encuentra lejos de la tierra que lo vio nacer.

    De esta manera, es voz autorizada para hablar de la política del abandono, desplazamientos forzosos y falta de oportunidades en la ruralidad, que fue el tema central de su exposición.  

    “Mi exposición trató sobre los impactos de la crisis del agua en diferentes áreas, como la cotidianidad misma. Aquí hay que destacar que hay escuelas que han cerrado por la sequía, en temas de salud es importante recordar que actualmente no nacen combarbalinos, porque las madres deben ir hasta a Ovalle para parir. La apicultura también ha disminuido, por ejemplo, un dato que me conseguí es que Combarbalá pasó de tener casi 7 mil colmenas a menos de 500, el ganado caprino se redujo hacia la mitad, y así sucesivamente hay muchos impactos por la falta de agua”, comenzó declarando Diland. 

    El joven profesional combarbalino destaca que “el mensaje es que se necesita un fuerte apoyo estatal en Combarbalá. Actualmente hay un abandono, los instrumentos del Estado no están diseñados para mantenernos en Combarbalá, yo mismo ahora no estoy en Combarbalá, muchas veces los instrumentos del Estado están diseñados para echarte del territorio, porque hay pocas posibilidades de desarrollo, las oportunidades laborales son bajas, no existen servicios básicos, y así con muchas las condiciones que incentivan el abandono”. 

    “Generalmente el combarbalino es bien amante de su tierra, entonces este es un desplazamiento forzado”, agregó. 

     

    BALANCE DEL SEMINARIO 

     

    La gestora de la actividad Eugenia Dos Santos realiza un positivo balance de lo que fue la jornada, “el hecho de traer personas de Combarbalá a exponer es muy positivo. La universidad a través de un proyecto apoyó la venida de estas personas a Santiago. El seminario fue muy positivo porque participaron estudiantes y profesores de otras universidades, se conformó un dialogo muy interesante”, apuntó.

    Por su parte, Diland Castro destaca que “logramos llevar a gente de Combarbalá a una universidad muy prestigiosa, pero que también está muy interesada en conocer de estos temas para traspasarlo a los estudiantes. Este seminario también sirvió para articular redes, que era un objetivo que nos propusimos al inicio y que se cumplió, se crearon contactos para apoyarnos en distintos conocimientos”.

    “Estamos muy felices con el seminario, se conformó un grupo de personas que pertenecen a diferentes organizaciones comunitarias, y que están en defensa del agua. Estamos contentos porque expusimos y fuimos escuchados personas que nos van a brindar apoyo en diferentes áreas, como profesionales de diferentes universidades”, agregó Roberto Ochoa. 

    Cabe destacar que Eugenia Dos Santos y el resto de los participantes buscan repetir este seminario, aunque esta vez dentro de la propia comuna de Combarbalá. Por el momento se afinan detalles, pero probablemente se realice a finales de noviembre o principios de diciembre, en lugar por confirmar.