Cómo evitar el exceso de calorías con la visita del conejo de pascua

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    Se recomienda fijarse en la fecha de caducidad, concentración de cacao, azúcar añadida y sellos

    Una de las tradiciones más arraigadas en Pascua de Resurrección es la de consumir huevitos de chocolate, en ella los niños buscan los confites traídos por el denominado “conejo de pascua”.

    Se trata de una actividad donde participa toda la familia y que es esperada por los niños en estas fechas.
    Sin embargo, el exceso de chocolate es perjudicial para la salud de los integrantes del hogar, así lo manifiesta Víctor Torres, nutricionista y jefe del Servicio de Nutrición del Hospital de Ovalle, “dentro de la industria de la chocolatería las concentraciones de azúcares son demasiado altas por lo que lo hace un producto demasiado calórico y eso escapa a lo saludable”.

    El profesional recomienda consumir la menor cantidad de huevos de chocolate posible o incluso reemplazarlos por alimentos más saludables, “la verdad es que este producto a mí gusto no es recomendable, siempre voy a preferir o voy a recomendar que el niño tenga como una alimentación extra a lo habitual, verduras, frutas o postres caseros, en la cual uno puede manejar el buen aporte de nutrientes”.

    Si se trata de continuar con la tradición o el juego, Torres indica que es mejor preferir chocolate sin azúcar, “hay chocolates que son de bajo aporte calórico, productos destinados a usuarios diabéticos y que son transversales, recomendados para todos. Ahora, si está la instancia del juego, tomémoslo como un juego, no más de uno o dos huevitos como para jugar y no esconder la caja entera”.

    ALGUNAS RECOMENDACIONES

    Stefanie Chalmers docente de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad del Pacífico entrega algunas recomendaciones para evitar el exceso de calorías en esta Pascua. “Primero se sugiere preferir  chocolate de buena calidad con un contenido de cacao superior al 65% y sin grasas o azúcares añadidas. Además optar por huevitos sin relleno, ya que uno macizo puede ofrecer de 2 a 5 veces más calorías que un huevito hueco del mismo tamaño”. Además sugiere “evitar el chocolate blanco, ya que debido a su cantidad de grasa y azúcar queda fuera de cualquier selección saludable”.
    Otras de las recomendaciones de la especialista son; fabricar huevitos caseros, utilizar un  envoltorio llamativo con poca cantidad de chocolate y consumir huevitos de chocolate con moderación el que no debe superar los 2 gramos de chocolate por kilo de peso corporal.

    TRADICIÓN CON SIGLOS DE HISTORIA

    Regalar huevos de pascua  durante el domingo de Resurrección no es una festividad inventada por las fábricas de chocolate, como muchos piensan. La historia señala que es una costumbre con siglos de historia.

    Se trata de una tradición muy arraigada en Estados Unidos, el centro de Europa e Inglaterra y que se ha expandido en otros países como el nuestro y habría  comenzado debido a que entre los siglos IX y XVIII la Iglesia prohibió el consumo de huevos durante la cuaresma por considerarlo equivalente a la carne. Es por ello que la gente los cocía y los pintaba para diferenciarlos de los frescos y poder consumirlos el día de Pascua de Resurrección. 

    Para muchos, el huevo significa la propia resurrección como un símbolo de vida nueva. Con el paso de los años la Iglesia dejó de prohibir el consumo de huevos en cuaresma, sin embargo, la costumbre de consumir huevos decorados y regalarlos como parte de la celebración de la resurrección continuó.

    Con el paso de los años empezaron a aparecer los huevos de chocolate, los que hasta el día de hoy son los preferidos por los niños.

    En cuanto al conejo de pascua, existen varias teorías, una de ellas indica que se utilizaba en celebraciones hace miles de años como símbolo terrenal de la diosa Eastre (de la palabra inglesa Easter o Pascua), diosa de la primavera, considerada como la diosa de la Tierra, de la resurrección de la naturaleza.

    Una leyenda popular indica que fue un conejo quien dio la noticia de la resurrección de Jesús, llevando  consigo un huevo pintado como símbolo de vida y resurrección, ya que no podía hablar.