Corredores demostraron su fuerza en cruce extremo al valle del Limarí

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    Corredores demostraron su fuerza en cruce extremo al valle del Limarí

    Fue una jornada para los aplausos. Los 10 valientes atletas que se atrevieron a realizar el Cruce extremo al Valle de Limarí desafiaron la altitud de las zonas cordilleranas, a ratos la potencia del sol y los caminos pedregosos para llegar unidos a la Plaza de Armas de Ovalle.

    La inédita travesía por la provincia comenzó en la localidad de Carrizal, en plenos cordón de Los Andes cerca de las 8.30 horas. Allí Rodrigo Bugueño y Jonathan Pérez sortearon las rutas de tierra hasta aproximarse hasta el poblado de Tulahuén.

    “Por suerte a nosotros nos acompañó el clima, ya que a tempranas horas no hacía mucho frío ni menos calor, pero al resto de los compañeros sí los afectó”, manifestó Pérez al finalizar su recorrido.

    La competencia fue a tal punto extrema que uno de los corredores, Rodrigo Bugueño, cayó en el kilómetro 14 de su trazado producto de los rodados que aún persisten en los caminos interiores tras el terremoto de septiembre.

    Posteriormente fue el turno de Omar Navea. El ovallino fue el organizador del cruce, con la finalidad de demostrar los encantos de la zona, su gente, sus valles y a la vez retribuirles un momento de alegría luego de los efectos del movimiento telúrico.

    Navea recorrió desde las localidades de Tulahuén hasta Carén en la comuna de Monte Patria, donde lo recibieron con los sones la iglesia de la localidad y la gente del sector lo acompañaron por varios metros hasta finalizar su recorrido.

    En la localidad de Monte Patria el resto de los competidores fue recibido por niños y un pie de cueca. En cada meta, los corredores eran recibidos con alegría y con una placa de reconocimiento por la gesta realizada. La comuna de los valles generosos recibió a Víctor Rojas, proveniente de Coquimbo.

    Posteriormente, como una bala salió disparado Ignacio Pastén, quien enfrentó el cemento entre la Plaza de Armas de la comuna hasta la localidad de Carachilla.

    “Esta competencia probó la resistencia de cada corredor para enfrentar su trazado, ya que si se demoraban más era muy probable que estarían mayor tiempo expuestos al sol, y acá afecta mucho eso”, comentó Pastén.

    La jornada concluiría en el epicentro de la capital regional. Eric López y Manuel Castillo completaron la última posta. Disfrutaron de la ausencia del sol, aspecto que agradecieron. En la Plaza de Armas, decenas de deportistas y familiares esperaban a los triunfadores y cuando se aproximaban a la meta, todos los corredores se sumaron a acompañarlos y terminar el cruce tomados de la mano, como unión entre quienes sortearon los obstáculos del cruce.

    Un final feliz para un cruce extremo, donde completaron cerca 130 kilómetros para demostrar las bondades del valle de Limarí y la fuerza de los ‘runners’ en la zona.