Crianceros mantienen esperanzas en próximo Plan Caprino

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    El año 2020 ha sido de dulce y de agraz para los crianceros de la provincia de Limarí. Más dulce por la cantidad de lluvia que ha caído sobre los parajes de la zona, cantidad de agua que fue mayor a la que se registró durante todo el 2019.

    Las lluvias caídas permitirán de dotar de mayor forraje natural al ganado caprino, especie que durante los últimos años ha tenido que sufrir con las inclemencias del clima, la falta de precipitaciones y, por consiguiente, la crecida de pastos en sus zonas del secano.

    Sin embargo, de acuerdo a los propios crianceros, aún no es posible determinar qué tan buena fue la temporada de precipitaciones.

    “Si bien llovió, pero llovió tarde. Nosotros tenemos a la mayoría de los crianceros en la parte alta, o en el sector secano como lo denominan, tienen a sus cabras mal paridas y no van a tener producción hasta enero o febrero. Si bien llovió, hay que esperar que salga pasto firme, hay personas que recién están cruzando el ganado y ahora hay que ver cómo viene la cosa después”, dijo David Arancibia, presidente de la Asociación de Crianceros de Monte Patria.

    Comenta que hay crianceros que han buscado diversas formas para mejorar el manejo del ganado, los cuales no han dado los resultados que quisieran, ya que el ganado se mantiene con baja masa corporal.

    Para esta semana se prevé que la seremía de Agricultura anuncie el Plan Caprino 2020, instancia que permitirá recursos a quienes más han sido afectados por la constante sequía que mantiene la zona, dotando también se capacitación y entrega de ayuda. Si bien aún no se conoce las características del plan, los crianceros esperan una ayuda real a sus necesidades.

    “El Plan Caprino fue ideado en el 2007 al año 2011, con estadísticas que habían en ese entonces, con el manejo de ganado. E iba enfocado en la capacitación de los crianceros y con el tiempo tuvimos que modificar el plan porque estaba enfocado en las capacitaciones, ya que la mayoría de esas capacitaciones ya las tenemos y no tenemos inversiones”, recuerda Arancibia.

    En esos años, a los crianceros se los capacitó en nuevas técnicas en la producción de queso, manejo del ganado, elaboración de un criadero, destinándose esos recursos a esta área. “Nosotros necesitamos inversión hoy en día en el campo. Tuvimos varias modificaciones y varias reuniones y esperemos que este nuevo plan cuente con nuestras necesidades”, dijo.

    Para la elaboración del Plan Caprino 20230, la seremía de Agricultura organizó diversas mesas de trabajo para conocer las necesidades propias de los crianceros más afectados por la escasez del recurso hídrico. Posteriormente, las mismas autoridades elevaron la solicitud a nivel central para la recaudación de recursos, los que se materializarán este viernes.

    Una de las necesidades de los crianceros es orientar a las personas nutricionalmente en su ganado, dotarlos de conocimientos para saber qué alimentos son los idóneos para la actual situación de sequía en la que se encuentra la región de Coquimbo.

    “La idea es poder suplementar o complementar con algún tipo de cereal que el animal tenga la energía suficiente para poder producir leche”, acota.

    Arancibia considera que los recursos que pueden ser destinados para este plan, bordeando los mil millones, podrían ser escasos, aunque la cifra oficial se conocerá este viernes por parte del seremi de Agricultura, Rodrigo Órdenes.

    GANADO A ÑUBLE DE REGRESO

    Durante el verano y por intermedio del Servicio Agrícola y Ganadero (Sag), varios crianceros de la región se trasladaron con sus ganados hasta la región del Ñuble para pastar en aquellas zonas, en un mecanismo conocido como talaje, ante la deficiencia de forraje existente en la región.

    Los crianceros viajeros terminaron su expedición en el mes de abril en el predio perteneciente al Sag. Algunos vendieron sus animales en la zona y otros decidieron arrendar con sus propios recursos otros predios en Ñuble para continuar con el pastoreo.

    Sin embargo, Arancibia señala que el ganado no se pudo adaptar a las condiciones de Chillán y sus alrededores.

    “No tuvieron buenos resultados, porque los animales no estaban acostumbrados a los pastos del sector, el tipo de pasto quizás no fue el adecuado. Es una zona donde hay ganado bovino y todo el pasto, la vaca lo tiene talado a su altura y la cabra come la parte baja, además los pastos eran de baja calidad energética. Pero fueron medidas que se tomaron en su tiempo y de acuerdo a las necesidades de ese momento, si vemos que el ganado se está muriendo, toda ayuda es buena”, sostuvo el criancero, quien mantiene esperanzas en el plan caprino diseñado por las autoridades.