Crianceros preocupados ante posible negativa de veranada

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    Un complejo escenario están viviendo los crianceros de las zonas rurales de la Provincia del Limarí. Esto debido a que no se han confirmados las veranadas de este año. Las cuales son de vital importancia, ya que durante los meses de verano – hasta el 01 de marzo- se traslada el ganado caprino a zonas donde abunda el agua y el pasto.

    Sin embargo, estas tradicionales costumbres no se han llevado a cabo producto de la pandemia y la gran crisis hidráulica que azota a gran parte del país. Así lo explica Elsa Valderrama, quien es  criancera de la comunidad de Tulahuén, Monte Patria y parte de la Asociación del Alto Secano de dicho sector.

    “Estas veranadas son para el lado de las Ramadas de Tulahuén  en dirección hacia arriba. Nosotros íbamos a la cordillera del serrano argentino, pero como ahora no ha llovido, se supone que para allá esta malo en el ámbito de las praderas. Y esto nos hace mucha falta porque lo que se hace en cuanto a queso es para comprarles el forraje a las cabras. Es para salvarlas”, aseguró Elsa.

    Asimismo, Ximena Rojas Miranda, quien también pertenece al Comité de Crianceros de Tulahuén, explicó que no solo ha sido el problema de la falta de veranadas, sino que también el excesivo precio de las ventas de forraje para sus animales, ya que se están vendiendo a un precio muy elevado comparado con otros años.

     “La gente se ha ido al extremo del abuso con los forrajes y pastos, los grandes se compran todo el pasto para revenderlos a nosotros los crianceros más pequeños. Los precios son muy elevados. Lo mismo ocurre con el agua, desde más arriba comienzan a sacarla casi todo y para abajo no llega nada. Yo soy de las ultimas en el canal y no nos llega agua”, añadió la señora Ximena Rojas.

    Falta de agua

    Como ya es habitual, la escasez de hídrica es la tónica de gran parte de estas problemáticas, ya que desde Argentina afirman que los prados deben estar por lo menos cerca de cinco años sin las veranadas. Esto para que vuelvan a crecer los pastos los cuales han tenido un tardío crecimiento por la falta de precipitaciones.

    A su vez, en los sectores cordilleranos como La ramadas de Tulahuén no han registros las suficientes lluvias como para poder alimentar al ganado con sus propios recursos, enfatiza Elsa.

    “Yo he conversado con otros crianceros, quienes han tenido que quedarse por la zona comprando forraje como bolones o pasto. Y todo está sumamente caro. Además, ha habido pérdidas de ganado y la crianza caprina cada vez se va alejando. Las cabras al momento de parir tienen pérdidas como no hay pasto no tienen comida, por ende mueren en el parto”, aseguró.

    De la misma forma, las inversiones económicas que han realizado las crianceras de dicho sector no han dado frutos, ya que algunas han tenido que recurrir al agua de sus mismos hogares para saciar la sed de sus animales, ya que como señalan el caudal de los ríos viene con muy poca agua.

    “Todo lo que hemos plantado para darle de comer a las cabras no nos sirve de nada porque todo se seca, todo se quema. No podemos cosechar pasto, por el motivo de que no hay agua. Y siempre los más pequeños, somos los más afectados. Incluso yo estoy gastando agua potable de la llave para poder darles a mis animales, porque no me queda de otra. Hay veces que no nos llega el agua, El año pasado estuvimos alrededor de dos meses sin agua”, puntualizó la señora Ximena.

    También, explica que hace más de dos años que se está quedando en su casa con las cabras, y que las está criando en los establos para mejorar la calidad de sus productos, pero que esto le ha sido muy complejo por la falta de agua y que por eso es de vital importancia la reanudación de las veranadas.