Críticos niveles de agua registran los embalses de la región

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    La Paloma es uno de los embalse con peores niveles de agua almacenada, solo un 7%.

     

    Un preocupante panorama hídrico vive la Región de Coquimbo, lo que se ve reflejado en los niveles de agua almacenada de los embalses, situación agravada por las escasas precipitaciones en el año. 

    La Provincia del Limarí registra los peores número, con un 7% de agua almacenada en los embalses de La Paloma y Cogotí. El embalse Recoleta vive una situación un poco más favorable, con un 16%.

    En la Provincia del Elqui la situación es similar, si bien el embalse La Laguna registra un 54% de acumulación de agua, el embalse Puclaro (que es el más grande) solo registra un 12%.

    Las escasas precipitaciones de este año se han registrado principalmente en la Provincia del Choapa, lo que ha permitido que sus embalses vivan un contexto medianamente más alentador. El Bato registra un porcentaje de 49% de su capacidad, mientras Corrales tiene un 35%.

    “La provincia del Choapa cuenta el mayor porcentaje de volumen almacenado en la región. En contraste, la situación en la provincia del Limarí es dispar, ya que el Sistema Paloma tiene un volumen total de 79,7 millones de metros cúbicos, lo que representa apenas un 8% de la capacidad de sus tres embalses. Por otro lado, la cuenca del río Elqui cuenta con un volumen total de 46,3 millones de metros cúbicos, equivalente al 19% de su capacidad de almacenamiento”, declaró al respecto el Mg. Ingeniero Agrónomo del Laboratorio PROMMRA de la Universidad de La Serena y del Consorcio Centro Tecnológico del Agua Quitai Anko, Sebastián Norambuena.

    En esa línea, el experto asegura que esta situación empeorará, “se espera que en los próximos meses los embalses experimentarán una disminución en su volumen almacenado. Esta reducción se debe principalmente al escaso aporte de la escorrentía superficial y al aumento en la demanda agrícola, especialmente en las cuencas del Elqui y Limarí. Sin embargo, en Choapa se espera que los volúmenes se mantengan estables o disminuyan levemente, gracias al aporte de sus ríos afluentes que contribuirán al llenado de los embalses”, puntualizó. 

    Por su parte, el meteorólogo del centro científico CEAZA, Tomás Caballero, explica el déficit de agua que esto significa para toda la Región de Coquimbo. 

    “En general los embalses en la región están con muy poca agua, para el total de la capacidad que tienen, debido a las pocas precipitaciones que ha habido en los últimos años. Este año, a pesar de tener la presencia del fenómeno de El Niño, demuestra porque es tan difícil hacer pronósticos, porque claro, El Niño trajo sistemas frontales, pero estos llegaron con fuerza a Santiago y la parte norte de la Región de Valparaíso, en el Choapa cayeron algunas precipitaciones, pero aun así está con un déficit cercano al 70%, mientras el Limarí y el Elqui tienen un mayor déficit, que va entre el 80 y 90%”, apuntó. 

     

    PREOCUPACIÓN DE REGANTES 

     

    Durante este jueves el presidente Gabriel Boric visitará la comuna de Río Hurtado, en donde se espera que sobrevuele el embalse Recoleta para ver la realidad en la que se encuentran los embalses. 

    En este contexto, desde la Junta de Vigilancia de Río Hurtado puntualizaron el desfavorable panorama en el que viven 

    “La situación actual es muy mala, porque no tenemos absolutamente nada de nieve en la cordillera, entonces estamos en una sequía extrema. En este momento están bajando 700 litros por segundo más o menos, eso es lo que tiene el río actualmente. El año pasado estábamos en 1.200 litros por segundo, ahí se nota una diferencia absoluta. El año pasado algo cayó de lluvia que nos salvó, el 2022 fue un año bueno comparado con todos los años anteriores, que era peor. En cambio este año está complicado, mucha gente ya ha perdido sus árboles, y lo peor de perder un árbol es que después no se pueden recuperar, si es que se secó, se secó no más”, explicó el presidente de la junta, Hugo Miranda. 

    Ante esta situación, el dirigente riohurtadino explica que se están tomando medidas, “vamos a partir con turnos de agua cada 30 días más o menos, la idea es hacer siete u ocho turnos desde ahora hasta a abril. Vamos a tener poca producción”, puntualizó. 

    Como ya fue mencionado anteriormente, uno de los embalses que vive una peor situación es La Paloma, con solo un 7% de agua almacenada. En este contexto, el presidente de la Junta de Vigilancia del Río Limarí y Río Grande, José Eugenio González, comenta la crisis que viven en estos sectores.

    “En la actualidad tenemos alrededor de 56 millones de metros cúbicos, pero es indudable que de aquí en adelante va a empezar a bajar con más fuerza, la idea nuestra es llegar con esto a los meses de mayo y junio. Esta situación está provocada principalmente por la falta de nieve, la nieve representa el 70% del agua embalsada, y la lluvia el resto, pero estamos en un año inédito en donde no hay prácticamente nada de nieve en la cordillera”, explicó. 

    “En Las Ramadas de Tulahuén estamos con caudales de los 900 litros por segundo, más abajo como el río va sumando vertientes, llegamos con casi 1.500 litros por segundo a Puntilla de San Juan. Llevamos casi 13 años de sequía, y desde 2003 que el embalse La Paloma no rebalsa, la situación es compleja”, agregó González. 

     

    NECESIDAD DE APOYOS 

     

    Desde ambas juntas de vigilancias creen que son necesarios apoyos por parte del Estado, para ir en ayuda de los afectados. Por ejemplo, Hugo Miranda de Río Hurtado comenta la necesidad de que los pagos de créditos INDAP puedan aplazarse, “hay que pedir a las autoridades que entreguen créditos y no obliguen a pagar ahora, que posterguen el pago. La gente quiere pagar, pero no tiene como pagar si no hay producción”, indicó. 

    Por su parte, José Eugenio González apunta a medidas que permitan una mejor adaptación al largo plazo, “a nosotros nos parece que la alternativa más razonable es la conexión hídrica entre el sur y el norte, hay propuestas presentadas al Ministerio de Obras Públicas para hacer andar estos proyectos que son interesantes, y a un costo no tan alto, porque por otro lado, la desalación es inalcanzable para la agricultura, no hay rubro que financie los costos de desalar y elevar el agua. En cambio, los proyectos de carreteras hídricas nos parecen una buena idea”, sostuvo.