En un ambiente limpio y ordenado, disciplinado pero creativo, el profesor Patricio Gallardo Rivera atiende a su clase de un máximo de 15 alumnos de educación media. Su experiencia de más de cuatro décadas en labores educativas le ha permitido guiar a sus pupilos para que rindan exitosamente la Prueba de Selección Universitaria (PSU).
Este año, el cuarto apenas para el Centro de Formación Matemática Patricio Gallardo Rivera, una nueva camada de jóvenes da fe de los avances obtenidos en la prueba universitaria y reconocen haber obtenido nuevas herramientas de la mano de Gallardo.
Alexis Vega es uno de ellos. Su deseo es estudiar Ingeniería Civil Industrial se vería truncado si no obtenía al menos 755 puntos en la PSU de Matemática. “En un principio estaba un poco desanimado y comencé a pensar en otras opciones. Llegué al Centro de Formación sabiendo nada de matemática, en el diagnóstico que nos hizo el profesor tuve cinco preguntas resueltas de 80 que eran. Luego la academia varió completamente mi dinámica de ver la matemática, por lo que salí súper bien preparado porque acá me motivaban a estudiar por mi propia cuenta y tenía que buscar y poner mucho de mi parte. Al final terminé desarrollando una pasión por la matemática y por eso me decidí por Ingeniería” comenta el joven tras lograr 768 puntos en la PSU.
Por su parte Daniela Rojas indicó que una de las mejores herramientas que pudo desarrollar fue la rapidez para resolver problemas. “Aprendí técnicas que sirven para minimizar el tiempo en la prueba, y para presentar la PSU eso es fundamental. Tenía una necesidad de salir bien en el examen, quiero estudiar Diseño y quería sacar una nota alta como un desafío personal. Sentí confianza con lo aprendido”.
Destacó que allí trabajan con material exclusivo y que aprendió a pensar de otra manera. “Acá el sistema te motiva a pensar más allá del problema”.
Motivación y desafíos
En tanto para Sebastián Rodríguez, resultó satisfactoria su travesía por el Centro de Formación porque desarrolló, según él mismo indica, otras capacidades para aprender a resolver problemas.
“Es mi segundo año en esta Academia, y puedo decir que siempre nos incentivaron mucho al estudio. No es solamente resolver problemas sino aprender todo el proceso. Aquí es todo muy personalizado, porque en otros preuniversitarios son muchos y son muy mecánicos, solamente pensando en la PSU y eso te puede jugar en contra”, refirió
El caso de Alexandra Delgado presentaba un doble desafío, porque esta estudiante venezolana tiene menos de tres años en Chile pero sintió la diferencia de los programa de estudio al punto de no saber en un principio cómo asumir el reto de la PSU.
“Mi hermana mayor llegó ya egresada de la educación media venezolana, pero tenía que rendir la PSU, así que le recomendaron este Centro de Formación y nos dimos cuenta que era la mejor opción. Me sirvió bastante. Hubo muchos momentos en los que pensé que no iba a poder, pero aquí te hacen pensar de una manera distinta y al momento de la prueba me sentía segura de lo que había desarrollado. Obtuve 766 puntos que me sirven para optar a estudiar Ingeniería Mecánica”, refirió.
También Claudio Díaz presentaba un caso similar, al darse cuenta que su colegio no le ofrecía todas las herramientas para poder rendir una prueba excelente. “Yo fui uno de los pocos alumnos de mi colegio que superó la barrera de los 700 en la prueba de matemática. Entré acá porque sabía que tenía una debilidad en esa área, logré superar la prueba con 766, lo cual sería mucho más que los 699 que requeriría para ingresar a Ingeniería Civil Industrial”.
Otro de los casos es el de Franco Barrios, quien ya el año 2018 había rendido la prueba con resultados poco satisfactorios, pero que en 2019 se inscribió con un desafío personal de superar sus límites. “Aumenté más de 60 puntos, y este año superé los 700 puntos en la prueba de matemática. Era un reto que me debía a mí mismo y me siento satisfecho, en gran parte por lo que aprendí en la academia”.
Experiencia y calidad
Consultado sobre el trabajo que realizan, el profesor Patricio Gallardo Rivera, indicó que se apoyan mucho con la capacidad de autogestión del joven, dando herramientas a los chicos que le permitan ser metódicos y constantes.
“Cuando llegan hasta la academia uno de los requisitos es que estén dispuestos a trabajar, y que no vengan obligados, porque todos los papás quieren lo mejor para sus hijos, pero el tema es saber si ellos están dispuestos a aprovechar esa mejor alternativa, porque yo puedo ayudarlos, pero no puedo hacer el trabajo por ellos”, indica el docente.
Destacó que gran parte del material que ofrece ha sido desarrollado por él mismo tras más de cuatro décadas de experiencia.
“Ellos se van preparados más allá de la PSU, porque esa prueba es un instrumento que es solo un requisito, pero la matemática le va a servir para toda la vida, le sirve en cómo una forma de vida”, puntualizó.