Una nueva y masiva matanza de perros denuncian vecinos de la localidad de Villaseca, en la zona rural de la comuna de Ovalle, quienes ya en julio de 2020 vieron más de diez canes fallecían en menos de cuatro días producto de aparente envenenamiento.
Una rencilla por la muerte de un par de animales de pastoreo habría sido el detonante para que algunas personas de la ruralidad, según explicaron los vecinos a El Ovallino, hayan decidido envenenar a una buena cantidad de perros de esa localidad, específicamente en el camino a Samo, donde varias familias acusaron la intoxicación de sus mascotas.
Serían entre 15 y 20 animales los que se han visto afectados, entre muertos y enfermos, pero los lugareños temen que puedan ser más en los próximos días, si es que los señuelos envenenados no pudieran ser totalmente retirados del área.
Karen Bustamante, una de las vecinas afectadas, destacó que en su casa de cuatro perros que tenían murieron tres, mientras otros lugareños sumaban más de 10 canes afectados.
“Vecinos explicaron que se trató de una amenaza por la muerte de un ovejo y una cabra de una señora, y que ella habría amenazado con matar a los perros que le habían hecho daño a su ganado”, explicó Bustamante.
Aunque la amenaza habría sido puntual hacia una familia, fueron finalmente muchos vecinos los afectados.
“El veneno imaginamos que tuvo que haber sido lanzado a varios patios, a varios terrenos. El químico era tan fuerte que los perros se reventaron en el lugar, algunos pudimos llevar los perros al veterinario, pero no todos”.
Bustamante consigna el acta de defunción de su perro Max, un mestizo de cinco años de edad cuyo diagnóstico entregado por un veterinario de la ciudad es de “intoxicación por órganos fosforados”.
Se indica en el documento que inicialmente se dio ingreso a Max en la Clínica Mascovet por un cuadro de “signología gastrointestinal y neurológica aguda” (sialorrea, temblores musculares, convulsiones) y que aunque respondió parcialmente al tratamiento para estabilizarlo, más tarde se descompensó y falleció.
Así, Max fue uno de los más de 10 perros que sufrió el mismo destino.
Conteo vecinal
La actual presidenta de la Junta de Vecinos de la localidad, Rosa Ángel, estimó según sus cuentas que deben ser entre 15 y 20 los perros afectados por esta situación, por la misma información que han recibido los vecinos.
“En Villaseca no tenemos perros callejeros, todos tienen dueño y todos están en sus casas como miembros de las familias. A nuestro sector siempre vienen a dejar a los perros desde otras zonas y la gente de acá cuando ve un perro nuevo lo adoptan, por eso es tan desagradable que eso le pase a un perro que ya es de la familia”, señaló la dirigente vecinal.
Destacó que en esta ocasión la junta de vecinos no podrá apoyar la gestión de los vecinos en cuanto a denuncias y seguimientos ya que justo están entregando el cargo a la nueva directiva electa en el último proceso vecinal.
Preocupación
La criancera y dirigente gremial de la zona, Yasna Molina, señaló que en esta ocasión no se vio afectada directamente, pero que en otras ocasiones sí, por lo que le preocupa que ésta pueda ser tomada como una medida de venganza y para dirimir conflictos en los que se vean perjudicados los más inocentes.
“Algunos de los perros todavía siguen hospitalizados, pero otros ya murieron, no hubo manera de salvarlos. Están complicados de salud los perritos. Hace dos años me mataron varios perritos porque en un terreno cercano habían dejado carne tipo ‘charqui’ pero era carne envenenada. Nosotros tomamos fotos, llamamos a Carabineros y no tuvimos respuesta. En el sector conseguimos al menos tres perros envenenados”, acusó Molina.
Destacó que la situación no solo es peligrosa para los animales, sino para las personas que tienen contacto con los perros y muy especialmente para los niños.
“Imaginen lo que sería para un niño tocar a un perro que esté envenenado. Porque además los lanzan a los terrenos y quedan allí expuestos”, denunció.
Autoridades
Vecinos intentaron colocar la denuncia en la Policía de Investigaciones, aunque la recomendación del organismo fue consignarla ante la Fiscalía, donde finamente aseguraron que lograron impulsar la denuncia.
En julio de 2020 una situación similar se vivió en la misma localidad, cuando la fundación animalista Cachupines sin Hogar denunció una matanza que afectó al menos a diez canes que perdieron la vida al morder distintos elementos envenenados.