El desafío de los apicultores de Tulahuencito por mantener sus empresas familiares

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    Con varios factores adversos, unos más comunes y llevaderos que otros, la apicultura en el sector de Tulahuencito de Monte Patria lucha diariamente por mantenerse a flote y seguir siendo una opción de negocio natural y ecológico para las familias que se aferran a esa práctica.

    Entre los diversos escollos que tienen que sortear los productores apícolas, los más fuertes son sin duda la sequía y la deforestación de plantas nativas, lo que ha disminuido la colecta de miel en distintas temporadas y ha alterado el ciclo natural de las floraciones en la zona.

    Uno de los apicultores del valle de Tulahuencito y profesor de Educación Ambiental en la comuna, Eduardo Jaime Muñoz, explicó a El Ovallino que si bien la práctica apícola se mantiene como una oportunidad de negocio, se ha visto afectada por factores naturales y humanos en los últimos años

    “Hemos debido lidiar con la escasez de agua que están afectando la crianza de las abejas, ya que los esteros y vertientes donde llegaban los insectos a saciar su sed se han secado y esto ha llevado a las abejas a buscar el goteo de agua incluso en las llaves de agua potable para poder tomar el ansiado recurso natural”, indicó Jaime.

    Señaló que la flora de interés apícola que ha servido por años a la alimentación de las abejas, se ha visto afectada por la disminución de la floración de las plantas nativas como los algarrobos, chañares, luncas y chilcas entre otras especies nativas que existen en los valles de Monte Patria y que son alimento natural de las abejas.

    Incluso se pueden diferenciar los tipos de miel dependiendo de la floración y la época, y determinar las propiedades y características de cada una de ellas.

    “Algunas de estas plantas se han ido secando, otras no han florecido y otras han sido destruidas por la mala acción del hombre. Siendo necesario sumar esfuerzo por conservar y seguir desarrollando esta actividad tan importante en nuestra región. Cuando llueve y hay buena floración de las plantas nativas y endémicas se puede colectar una buena cantidad de miel, pero en sequía con poca floración, es muy poco lo que se está logrando”.

    El reto educativo

    Explicó que si bien en el valle de Tulahuencito no se han visto afectados por la implantación de monocultivos, como sí ha ocurrido en otras zonas de la comuna y la provincia, muchas veces el desconocimiento de los pequeños agricultores al momento de preparar un terreno sí ha sido un factor en contra, ya que por desconocimiento a veces talan y deforestan vegetación nativa y eso afecta la producción de miel de las familias de la zona.

    Recalcó que es necesario educar a los productores, pequeños y grandes, de la zona con el objetivo de cuidar y proteger la flora de interés apícola del sector, ya que muchas especies nativas están desapareciendo por factores naturales y humanos.

    “La apicultura es parte importante de la economía familiar para distintos apicultores que trabajan buscando una forma de subsistir en estas zonas extremas, por otro lado la abeja cumple un valor trascendental en la polinización para la conservación de la biodiversidad  y la salud de nuestro planeta”, señaló Jaime.

    Señaló que otros factores en contra con los que tienen que lidiar los productores son los plaguicidas y químicos aplicados en algunos predios, los ácaros que afectan a las abejas, las hormigas pueden atacar a las colmenas y hasta las abejas introducidas por grandes empresas que compiten con las locales y pueden llegar a agredirlas.