La noche del 16 de septiembre de 2017 el pequeño Martín de 10 años de edad estaba contento y ansioso. Como cada año, al día siguiente se reuniría junto a toda su familia en el camping Parque Lagunae en Ovalle para tener un momento de desconexión en el fin de semana previo a las Fiestas Patrias.
Corría para todos lados preparando los juegos de mesa con los que se entretenían cada año y antes de partir, tuvo su último desafío con su padre en el tradicional “emboque”. Muy fiel a su estilo no le costó ganar y el premio fue dormir con su madre esa noche, de la cual quedaron fotografías y recuerdos imborrables, que hasta hoy se atesoran con orgullo, pero también con dolor.
En el trayecto no hubo inconvenientes y en la tarde ya estaban en el camping, la familia se estaba instalando y su madre le aplicaba protector solar a su otro hijo, Lucas, dos años mayor que Martín. El más pequeño, inquieto y aventurero, no esperó mucho y se lanzó a la piscina, momento en el cual cambió el panorama por completo.
El agua estaba electrificada y al intentar salir por la escalera, Martín recibió una descarga que lo sumergió por completo. Estaba al fondo de la piscina y su hermano, que había ingresado por el otro extremo, no podía llegar hasta él, decía sentir adormecidos los pies al acercarse, por lo que su madre gritó por ayuda, pero la electricidad alejaba de golpe a todo el que intentaba acercarse.
Al ser informado, su padre corrió y sin pensarlo dos veces se lazó al agua, pero la electricidad lo detuvo, siendo auxiliado por familiares. Tras desconectar el suministro pudieron sacarlo de la piscina, hacer algunos ejercicios de reanimación sin éxito, llamar a la ambulancia y llevarlo al hospital, donde confirmaron la noticia más dolorosa que han recibido, Martín había muerto.
Con la celebración empañada y sin asimilar bien lo sucedido, lo que vino después fue el doloroso proceso que ningún padre quiere enfrentar, despedir a un hijo, tramitar su defunción y buscar lugar en un cementerio, además de llamar a los demás familiares, buscando la forma de contar lo sucedido.
En el parque quedaron los peritos de la Policía de Investigaciones, quienes realizaron las diligencias para esclarecer lo sucedido y levantar los informes con los que el Ministerio Público debiese buscar responsabilidades por la muerte del menor, en caso de existir, las que a un año, no se han determinado judicialmente.
RECUERDOS VIVOS
Sus padres, Mónica López y Guillermo Montaño,afirman que a un año de los hechos el dolor sigue vivo, sin embargo accedieron a compartir su historia, para además pedir que la justicia determine responsabilidades “para que estas cosas nunca vuelvan a pasar”, asegura.
Además del dolor, los recuerdos tampoco se borran y así queda plasmado en su departamento en el centro de La Serena. Fotografías y trofeos dan cuenta de que el corto paso del menor por sus vidas, les entregó más de un orgullo.No lo ocultan y mientras se preparan para conversar sobre el tema, enseñaron todos los reconocimientos, medallas y trofeos que hacen alusión a un niño que en diez años se ganó el cariño de todo su entorno, el que hoy lo homenajea con insignias en su honor,las que ahora lleva cada miembro de su equipo de Hockey “Serena Fuego” en el pecho.
“Siempre estaba en todo, lo suyo era el fútbol, pero después entró al equipo de hockey de su hermano y no tenía problemas para jugar con niños más grandes, muchas veces defendió en categorías superiores”, comenta la madre, mientras su esposo nos trae una copa que lleva su nombre y que terminó en su propia casa, luego de que su hermano la ganara en una liga interna del equipo.
Pero las emociones cambian al recordar ese día y sin desaparecer la admiración por los logros de su hijo, asoma una tristeza enorme, un dolor que han debido aprender a sobrellevar, por la familia, pero que no se puede ocultar del todo.
SALIR ADELANTE, POR LA FAMILIA
No fue fácil llegar a alcanzar la fortaleza que demuestran. “El dolor me mantuvo varios días aturdido. No lo asimilaba, quería despertar y volver a ese día, no sé por qué, imagino que para tomar una decisión diferente, uno se cuestiona muchas cosas al principio, pero después entendí que no había otra forma, si hubiese bebido y choco manejando sería responsabilidad mía, pero no lo fue”, comenta Guillermo.
Después solo quedó levantarse, terminaron los días libres de las Fiestas Patrias y los niños debían volver a los estudios, mientras sus padres retomaban su Pyme de gestión de informaciones, “si no trabajábamos nadie nos iba a dar el sueldo, teníamos nuestros clientes y había que seguir adelante”, indican.
¿De dónde sale la fuerza? Guillermo es claro, “uno se plantea eso y tiene dos opciones, te puedes bajonear y caer en una depresión de la que no te va a levantar nadie o sales adelante por tu familia”, él eligió lo segundo y su motivo principal es la familia, “tienes que ver a qué te aferras, si quieres a dios, pero de rezos no podemos vivir, tienes que ser fuerte por los demás, por tus hijos y tu esposa”, agrega.
Para Mónica fue más fácil al principio, pero con el tiempo se vuelve todo cuesta arriba “uno tiene todas las fuerzas y quiere terminar rápido con todos los procesos, pero con el tiempo las fuerzas se van agotando”, indica la madre de Martín.
Con el paso del tiempo el panorama no cambia mucho, pero han buscado en lo cotidiano la fortaleza para seguir, “hay que buscar todos los días la forma de salir adelante, darte ánimos por las mañanas, buscar las fuerzas en sus fotos. Tenemos un hijo en el colegio y otro en la universidad, ellos tienen que ser felices también y es nuestra responsabilidad”, indica Guillermo.
Pero reconoce que detrás sigue el dolor intacto, “¿Por dentro estoy destrozado? Si, lo estoy, me duele y a veces lloro solo, mi señora también, lo recordamos todos los días, uno se levanta y se acuesta pensando en él, no es algo que te puedas sacar, es algo que va a vivir con uno”.
ESPERANDO JUSTICIA
Los días serían más fáciles sin la incertidumbre que rodea al proceso penal, aseguran, lo que depende de los resultados de las investigaciones de la policía y las acciones que siga con ellas el Ministerio Público para determinar eventuales responsabilidades, lo que a un año de los hechos, no está del todo claro.
En esa espera se encuentran Mónico y Guillermo, “esperamos que la Fiscalía haga su parte, porque sin eso es un proceso que no se puede cerrar, ni avanzar”, indican. Los padres de Martín solicitaron que se les informara cuando se tuvieran resultados concretos, pero eso no ha ocurrido y no ocultan su molestia.
“No es que estemos buscando un asesino, solo hay que preguntarse por qué estaba la energía ahí, quién hizo las instalaciones y que al fin y al cabo solo una persona solo una persona tomó la decisión de abrir ese día, pese a todo”, dijo el padre.
Estarán atentos, e indican que en caso de que finalmente no se persigan culpables, “tendrán que explicar con peras y manzanas”, deslizando la posibilidad de recurrir a otras instancias para evitar “que la muerte de Martín quede en vano”, agregó.
INVESTIGACIONES AÚN EN CURSO
Al día siguiente de lo ocurrido el fiscal del caso, Herbert Rohde señaló que una vez comprobada la electrocución y desarrolladas las diligencias se podrían determinar las acciones a seguir. “Podría existir responsabilidad del propietario de este centro, que tiene que ver con un homicidio culposo o cuasidelito de homicidio. Ahora también puede haber sido que se haya electrocutado, pero que se haya tratado de un imprevisto, por lo que los propietarios no hubiesen tenido la responsabilidad. Hay miles de hipótesis que se deben tener en cuenta”, explicó Rohde en esa oportunidad.
Las primeras diligencias las realizó la Brigada de Investigación Criminal de la PDI Ovalle, quienes tras efectuar las pericias en terreno, pudieron establecer que existían irregularidades en las instalaciones eléctricas de Puerto Laguna, que llevaron a la electrocución de Martín.
La instalación de un tobogán no había sido hecha por personal calificado, “dentro de esta estructura metálica había unos cables que pasaban por el interior y la mala conexión generó que esta se electrificara y que a su vez sirviera de conductor con el agua”, indicó el comisario Raúl Muñoz, jefe de la Bicrim Ovalle.
Martín se lanzó a la piscina precisamente al lado del tobogán, lo que fue determinante para el resultado fatal, por lo que los peritos midieron la intensidad de electrificación que tenía el agua en ese minuto, y los resultados fueron claros.
“Ese sitio era donde había mayor concentración de electricidad, por lo que si eso mismo hubiese pasado en el otro extremo de la piscina, aun cuando hubiese estado electrificada, al niño no le hubiese pasado nada, ya que por un tema de volumen la corriente se va disipando hasta el otro extremo de la piscina”, explicó Muñoz, información que fue elevada al Ministerio Público una semana después de los hechos.
Consultado, el fiscal Rohde indicó que “En efecto, hemos recibido la mayoría de los informes que instruimos en la investigación, tanto aquellos periciales y otras diligencias, esencialmente, la toma de declaración a testigos”, por lo que para una “acuciosa investigación” solicitaron pericias de electroingeniería a la PDI Metropolitana, “Ya contamos en la investigación con el informe de autopsia del Servicio Médico Legal y de otros derivados de la misma. Además, la defensa está en etapa de entregar pruebas, por lo tanto, la investigación aún está abierta”, sostuvo.
El caso sigue abierto y las investigaciones continúan, por lo que los resultados de las pruebas de los peritos serán fundamentales para determinar eventuales responsabilidades y llegar así a una formalización y posterior acusación en caso de las indagaciones apunten a algunos de los delitos que se indagan.
PARQUE CERRADO
Hoy las puertas de Parque Laguna se encuentran cerradas y desde el lugar no hay disposición para hablar de lo ocurrido, de hecho, “ustedes saben más que yo sobre lo que pasó”, dijo el hombre que nos recibió y quien aseguró ser el administrador del camping.
En una corta conversación del otro lado de la reja confirmó que el recinto está cerrado por completo, “no hemos abierto y no sé si podremos hacerlo, eso no depende de mí”, agregó, claramente incómodo e intentando terminar con el diálogo.
De hecho, al intentar hacer más preguntas, o solo conversar del tema fuera de grabaciones se niega, alejándose del lugar, cerrando con eso toda posibilidad de entregar más información sobre el destino del popular camping en una semana en la que cada año recibían una gran cantidad de clientes.
“NOS CAMBIÓ TODO”
Son fechas sensibles y para la familia de Martín tienen un significado nuevo, que con la peor experiencia de sus vidas han podido comprender. “Si me preguntan que me quitó, fueron muchas cosas, el amor por el 18, por ejemplo”, indica Guillermo Montaño, porque más allá de que se cumple un año de la muerte de Martín, entendieron que siempre se trató de la familia.
“Cuando uno habla de las Fiestas Patrias vienen a la mente los asados, los vinos o el feriado, pero al final lo importante es que te juntas con la familia, de eso se trata ir a La Pampilla, las ramadas… a nosotros nos cambió todo, para mi será una fecha de recogimiento, igual nos reuniremos, pero no es lo mismo”, dice el padre.
Su esposa agrega que las celebraciones no tendrían sentido, “él era el alma de la fiesta, bailaba cueca con todo el mundo, tocaba instrumentos aunque no supiera, estaba en todos los juego”, señala Mónica López, pero fuera de las fiestas, la dinámica familiar tampoco es la misma. Antes se reunían cada viernes después de los entrenamientos de hockey, ahora “de repente nos hemos juntado a jugar, pero no es lo mismo”, agrega.
Pese a todo el objetivo ahora está fijado en seguir adelante, aseguran. “Tenemos que tratar de mantener a la familia unida y que no se nos pierda nadie en el camino, qué más puedo decir”, finaliza su relato Guillermo, entre fotos y las pertenencias de Martín, desde donde todo este tiempo han sacado fortaleza