En un ambiente seguro, junto a sus familiares y equipo terapéutico, los pacientes del Policlínico Infantoadolescente de Psiquiatría del Hospital Provincial de Ovalle, participaron en una ceremonia que les reconoció el camino recorrido durante su tratamiento para recuperarse de distintas patologías de salud mental.
Se trata de jóvenes de entre 9 y 20 años que fueron galardonados por su constancia y adherencia durante el tiempo, mientras que otros se destacaron por recibir su alta médica o estar prontos a recibirla.
Esta iniciativa nació desde los propios funcionarios del recinto, con el fin de valorar el esfuerzo y avance de los pacientes y sus familias, puesto que estos dos últimos años han sido difíciles para trabajar en su recuperación, ya que estos niños, adolescentes y jóvenes han tenido que lidiar también con los riesgos psicosociales que ha provocado la pandemia de COVID-19.
Ingrid es madre de una de las jóvenes que fue galardonada en la ceremonia. Son oriundas de la comuna de Monte Patria y cuenta que en el año 2019 su hija fue derivada al Hospital de Ovalle, debido a un trastorno de estrés post traumático.
Ella misma explica que “el aporte de esta institución en el avance de los adolescentes ha sido súper valorable, es una instancia que permite encontrar un lugar de pertenencia para ellos, para que puedan recuperarse de la forma más amigable posible”.
En esa misma línea, la madre de la joven paciente agrega que su hija “ingresó aquí a raíz de evento de estrés post traumático que dejó visible una condición de espectro autista de alto funcionamiento, difícil de distinguir, porque ella desde pequeña fue súper inteligente. Eso nos dejó en un momento a la deriva y cuando nos encontramos con este lugar, sentimos que por fin estábamos con un apoyo importante que nos haría volver a creer en que todo iba a estar mejor”.
Un largo camino
Según explica la psiquiatra coordinadora del recinto de psiquiatría infantojuvenil del Hospital de Ovalle, Dr. Katherine Correa, “el reconocimiento es un refuerzo positivo que permite dar un paso e incentivar la continuidad de la disposición y de la buena colaboración en el tratamiento”.
La profesional agrega que este tipo de acciones tienen que ver con reconocer el esfuerzo que no sólo realizan los niños, adolescentes y jóvenes, sino que también las personas significativas que viven con ellos.
“Generalmente en los procesos de psiquiatría y en las intervenciones se plantean objetivos a largo plazo, en los que son muy difíciles de lograr una adherencia constante. No es fácil para las familias ni para los pacientes, sobre todo cuando los controles son bastante seguidos”, apuntó Correa.
Explicó que parte de la dificultad se basa en que para trabajar en la recuperación de los pacientes de salud mental, se requiere realizar diversos tipos de tratamientos farmacológicos, asistir a controles con distintos profesionales y muchas veces, incluso, tienen que presentarse a consulta médica todas las semanas, y que por lo tanto, “mantener eso a largo plazo es muy complejo por distintos factores”, destacó, al igual que valoró el esfuerzo de todo el equipo médico, técnico y administrativo del recinto, sin cuya dedicación no se podría avanzar en el mejoramiento de los pacientes.
“Al tener una actividad como esta, al poder reforzar a estos pacientes que han tenido el esfuerzo y dedicación a poder colaborar con el equipo, repercute en la mejoría y buena evolución clínica. Por lo mismo tenemos que premiar todo el esfuerzo que pone no solo el paciente, si no que la familia y el equipo también”, advirtió la especialista.