Desde el 2015 la principal institución de salud de Limarí está impulsando un programa de inclusión laboral con pacientes de la unidad de psiquiatría que tienen diagnóstico de esquizofrenia. El proyecto que partió con dos pacientes ahora ya da cobertura a diez personas que están insertas en el mundo laboral cumpliendo funciones de jardinería y lavandería dentro del hospital.
El 2018 comenzó a entrar en vigencia la nueva ley de inclusión laboral que obliga a las empresas e instituciones a destinar el 1% de su personal a la contratación de personas con algún tipo de discapacidad. Antes de esto, el hospital ya venía trabajando con la inserción de los pacientes de psiquiatría en la sociedad, iniciativa que es pionera en la región y el país, debido a que es de las primeras instituciones en aborda un enfoque de trabajo con las personas con este tipo de patologías.
Así lo explica el director (s) del hospital de Ovalle, Dr. René Cevo Salinas, quién comentó que este proyecto busca que “parte de la terapia de nuestros pacientes incluya el fomentar y desarrollar su rehabilitación e inclusión en la sociedad. Llevamos años desarrollando esta tarea y ya se ha convertido en parte de los deberes de la institución”.
Actualmente el programa de inclusión laboral del hospital está dando cobertura a diez pacientes que reciben tratamiento clínico multidisciplinario para mantener su enfermedad estabilizada y poder así trabajar dentro del recinto con el seguimiento del equipo profesional de la unidad de psiquiatría del establecimiento.
Juan Acuña es uno de los beneficiados con el programa, actualmente tiene un diagnóstico de esquizofrenia y gracias al apoyo de los profesionales del hospital está trabajando en la lavandería del recinto hace dos meses.
Gracias a esta oportunidad laboral que se le entregó, Juan comenta que “mi familia está muy pero muy contenta, mi mamá está chocha conmigo, porque estoy trabajando y porque soy un aporte a la sociedad, claro que antes la gente me preguntaba por qué no trabajaba, me decían que era flojo, pero en realidad era porque sufro de esquizofrenia y cuando uno está enfermo, uno necesita ayuda, porque vivir esta enfermedad solo es difícil, tienes que buscar apoyo y además ir cambiando el chip”.
La posibilidad de trabajar es un paso importante para estos pacientes, ya que según dijo el Dr. Bruno Barahona, médico jefe de la Unidad de Psiquiatría del Hospital de Ovalle, “para poder sentirse sano, necesariamente tenemos que sentir que contribuimos a nuestro entorno y el trabajo nos da esa posibilidad, de poder estar integrados a las demás personas, contribuyendo y sintiendo que nos desenvolvemos normalmente como cualquiera”.
El Hospital de Ovalle cuenta con un equipo clínico que hace un tratamiento multidisciplinario con los pacientes del programa de inclusión laboral. Reciben atenciones por parte de psiquiatras, psicólogos, terapeutas ocupacionales, entre otros.
Ellos se encargan de buscar la estabilización de su enfermedad, al punto de que la persona puede optar a un trabajo y una vez que el paciente va a ingresar al programa, lo orientan durante los procesos administrativos como la firma de contrato o el pago de su sueldo. Los profesionales también les entregan herramientas para entablar relaciones interpersonales con sus compañeros de trabajo y desarrollarse normalmente en el entorno laboral.
Actualmente los pacientes del programa de inclusión laboral se desempeñan en las áreas de lavandería y jardinería y desde la institución aseguraron que estas personas desarrollan sus labores como todos los funcionarios del recinto, con mucha vocación y excelencia.
Pioneros contra un estigma
El programa de inclusión laboral del Hospital de Ovalle es uno de los primeros en el país en enfocar su trabajo con pacientes con diagnóstico de esquizofrenia. Este tipo de personas están estigmatizadas por la sociedad producto de su patología, es por ello que al momento de integrase a la sociedad les cuentas mucho más.
Según comenta el médico jefe de la unidad de psiquiatría del Hospital de Ovalle, Dr. Bruno Barahona, esta desigualdad frente a reinserción en la sociedad, se genera porque “casi todos los programas de inclusión laboral están orientados a la discapacidad física y a la discapacidad sensorial, pero pocas se han hecho cargo de la discapacidad psíquica”, consignó.
En esa misma línea el profesional agrega que la gente que vive con alguna discapacidad física “no puede integrarse al mundo laboral porque las estructuras arquitectónicas y los espacios físicos no están habilitados para personas con discapacidad física y es su entorno físico el que se vuelve una barrera, en cambio, en la discapacidad psíquica nos encontramos con una barrera cultural, ya que el estigma social de su enfermedad hace que nuestros pacientes sean marginados y tengan pocas posibilidades de incluirse en el mundo laboral”.