Uno de los dardos del recorte presupuestario del 2018 dio en el blanco de la cultura, al rebajarle su asignación anual al Museo del Limarí y al Dibamóvil, quienes vieron con sorpresa cómo los números fueron mucho menos de los esperados –además de llegar en junio y no a principios de año- y les obligó a ajustarse los cinturones y adecuarse a su nueva realidad financiera.
El más afectado, además del usuario, fue el Dibamóvil, la biblioteca rodante que lleva 20 años recorriendo las carreteras limarinas motivando a la lectura de todos los niveles y de todas las edades.
Sufrió un recorte que le obligó a rehacer su calendario tanto en tiempo como en lugares a visitar, ya que si antes llegaban a cuatro de las cinco comunas de la provincia, ahora en 2018 sólo se concentrarán en Ovalle y tres puntos de Monte Patria.
La Directora del Museo del Limarí, Gabriela Carmona Sciaraffia, explicó a El Ovallino que se han afectado las actividades de extensión del museo y principalmente las salidas del Dibamóvil, que no tuvo presupuesto hasta junio, para poder hacer sus recorridos.
“Con la creación del nuevo ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, estaban los recursos para armar este ministerio pero los recursos de funcionamiento de la Dibam se habían estancado y los habían bajado. Como todos los recursos se utilizaron para implementar el nuevo ministerio, bajó el tema de los recursos para hacer nuestras actividades normales, por lo que se vieron más perjudicados fueron los servicios de Dibamóvil”, explicó Carmona.
Confirmó que fue apenas en junio cuando les dieron el financiamiento para su recorrido, pero que fue tan poco lo que recibieron que tuvieron que eliminar muchos recorridos de su circuito, por eso se concentran ahora en Ovalle y Monte Patria (hasta El Palqui).
“Ya para el próximo año estamos viendo cómo nos podemos coordinar a través de la Biblioteca Regional en La Serena, a ver si a través de esta biblioteca logramos un financiamiento más estable del Dibamóvil”.
Cultura en números
Confirmó la directora que no fue cosa menor lo que rebajaron del presupuesto acostumbrado. “Nos rebajaron un 30% del presupuesto tanto del Museo como del Dibamóvil, por eso las actividades de extensión no tendrán tantos eventos como en años anteriores, porque tendremos que disminuir nuestro servicio a la comunidad, aunque sigamos desarrollando las actividades gratuitas. Si recibíamos unos $14 millones anuales, ahora recibimos $9 millones, y en el caso del Dibamóvil, si recibía unos diez millones este año recibió tres millones. El Dibamóvil sufrió un mayor recorte, por eso sus actividades también se han tenido que eliminar”, lamentó.
Esperando a quien no llega
Por su parte, y viviéndolo desde dentro, el coordinador en terreno del orograma Dibamóvil, Rodrigo Araya Elorza, confirmó que lo recibido en presupuesto no les permite mantener el ritmo al que estaban acostumbrados, y que eso lo notaron los lectores de la provincia.
“Antes atendíamos hasta a Combarbalá, que era lo más lejos que llegábamos en la Provincia del Limarí. Lo atendíamos desde 1998, desde que partió el proyecto, en ese momento se hacía una cobertura de la región completa, y gradualmente se fue disminuyendo la presencia de acuerdo al presupuesto que nos entregaban. Primero atendíamos a toda la provincia del Limarí y ahora sólo pocas zonas de ella. Nos hemos concentrado más en las zonas urbanas de Ovalle”, Araya.
Especificó que lo más lejos que están llegando es a la localidad de El Palqui en Monte Patria, mientras que ni en Punitaqui ni en Río Hurtado hay presencia actual.
“El plan siempre fue apoyarse en las poblaciones organizadas e instalarse, la gente se inscribe y retira los libros e inmediatamente sabe cuándo regresaremos, porque hacemos la agenda anual con siete u ocho visitas por comunidad. Por eso es tan importante la regularidad del funcionamiento del servicio, porque si la gente ve que hay un trabajo permanente, pues regresan con los libros y a llevarse en préstamo más libros. Por eso cuando se planifica un año se organizan al menos siete u ocho atenciones por lugar”, explicó.
Aunado al recorte, les afectó la fecha en la que les entregaron el monto. “Lo normal es que comencemos en marzo y terminemos en noviembre, que es cuando termina el año fiscal y cuando hacemos el cierre de recursos. Pero este año fue irregular, porque partimos en julio porque hubo un cambio de organismo rector”.
El cariño de los lectores
Explicó Araya que normalmente salían a terreno cuatro veces a la semana, de martes a viernes, ya que los lunes era un día de organización administrativa y de reuniones de planificación. “Ahora estamos saliendo dos o tres días a la semana. Se hacía una buena labor en lugares que lo necesitan, lugares que no tienen biblioteca, y la gente se había acostumbrado a nuestras visitas y servicios. La semana pasada atendiendo El Palqui, llegó una familia de Chañaral Alto a devolver unos textos porque nosotros no pudimos ir, porque, antes los atendíamos y ahora ya no los pudimos incluir en la programación. Entonces eso si demuestra el compromiso de la gente”.