Preocupación existe en la población tras dos casos de violencia contra la mujer ocurridos en los últimos días. El femicidio frustrado de una dirigente vecinal que obligó a las policías a buscar al agresor (aun está prófugo) y un grave ataque que sufrió una trabajadora agrícola en la comuna de Monte Patria, ponen en alerta a los limarinos.
También inquieta se mostró Marcela Carreño, la directora regional del Servicio Nacional de la Mujer (Sernam), quien habló en extenso con El Ovallino sobre estos casos de connotación social que obligan a preguntarnos ¿hasta qué punto está dispuesto a llegar un hombre?
-¿Cuál es la labor del Sernam al momento de un caso de violencia contra la mujer?
“Cuando se reportan los casos se activan inmediatamente los protocolos que tenemos como servicio, pero todo depende de la gravedad y la intensidad de los hechos, y si está la denuncia. Depende de la intensidad, depende de la denuncia de la víctima. Por ejemplo, cuando hay riesgo vital en la víctima, inmediatamente otorgamos la oferta para que la afectada pueda ingresar a una casa de acogida para su resguardo y además se realizan los trabajos psicosociales que se requieren.
En el caso de que no exista riesgo vital, pero sí situaciones graves, se disponen centros de atención a la mujer, de tipo ambulatorio, como ejemplo Sayen en Limarí, también se presta ayuda social y jurídica”.
-¿Esta ayuda jurídica se refiere a querellas?
“Sí, aunque también hay abogados que sólo asesoran en qué pasos seguir a la víctima, con la tarea de que las respalden jurídicamente”.
-¿Existe una unidad específica para abordar estos casos de violencia?
“Antes teníamos una unidad de violencia contra la mujer, donde se abordaban los casos y los niveles eran de tipo reparatorio. A partir de ahora estamos trabajando para hacer funcionar una unidad de prevención, la que va a reunir a diversos actores de la ciudadanía con el fin de precaver que los hechos de violencia ocurran.
El objetivo es entregar herramientas para dirigentes vecinales, vecinos y quienes conocen su territorio se puedan capacitar para que sepan detectar qué hacer en una primera acogida con las víctimas. La idea es que sean capaces de entablar una relación cercana con las mujeres víctimas para que se conviertan en aliados potentes”.
-Como directora regional del Sernam, ¿cuál cree que es la razón de que se registren estos hechos donde los hombres golpean a sus parejas o exparejas?
“Hay una cultura imperante, el hombre cree que la mujer es de su propiedad y por eso la golpea, y hace un ejercicio de poder que en la mayoría de los casos se expresa de la forma más violenta, estos son los golpes o agobios sicológicos.
Es un tema de desigualdad de poder, en la cual hay un tema cultural de la sociedad, donde se ve a las mujeres con menos poder que los hombres”.
-Se dice que los hombres que cometen estos delitos están enfermos…
“Sabemos que en la gran parte de los casos se dice que un hombre que golpea a las mujeres, o las presiona sociológicamente, son enfermos, pero no es así, quiero señalar que ellos frente a su par no lo hacen, no son capaces, solo actúan con violencia frente a quienes son más débiles. Por lo general hacen ese ejercicio porque las víctimas no tienen la autonomía económica y las herramientas para defenderse”.
-¿Qué medidas puede tomar una mujer para prevenir ser víctima de estas situaciones?
“Lo primero es hacer la denuncia ante la policía en caso de que su relación se vuelva violenta, aunque también se pueden acercar al Sernam, a través de sus distintos centros en la región, para darle las orientaciones, apoyo y acompañamiento del caso.
En el fondo, lo que se busca es poder acompañar en todo el proceso a la mujer. Si no hacen la denuncia ante Carabineros o la PDI podemos apoyarla a través de nuestros abogados, les prestamos asesorías. Nadie está en conocimiento de qué hacer hasta cuando se tiene la necesidad de saber cómo enfrentarla”.
-En varias ocasiones la afectada o su familia ocultan estos casos, ¿a qué se debe este fenómeno?
“Debe ocurrir porque hay miedo y temor. Muchas ocasiones involucran a mujeres que conviven o mantienen una relación con un hombre y ellas no tienen la capacidad económica para subsistir solas, por eso se aguantan.
La sensación de estar sola y que nadie las va a apoyar es la principal razón de por qué lo callan. Las afectadas creen que no serán capaces de afrontar la realidad, pensar que el proyecto de vida que tenían se triza de pronto las asusta.
-Sabemos que como servicio no tienen las atribuciones necesarias al momento de actuar judicialmente ante estos casos, ¿Un futuro Ministerio de la Mujer ayudará a aumentar las penas para los responsables?
“El Servicio Nacional de la Mujer nos cuarta en las acciones que podemos emprender, y al ser ministerio vamos a tener más facultades y atribuciones.
Desde el punto de vista legal, se podrán modificar algunas acciones a la ley actual, para que se modifique lo que hoy conocemos como Ley de Violencia Intrafamiliar a una Ley de Violencia de Género y así lograr que las penas sean mayores para los agresores, también se puede lograr que se amplíen las penas para que no sólo sea un castigo en el contexto de pareja o expareja”.