De acuerdo a datos publicados recientemente, el delito que el año pasado tuvo su mayor alza fue el uso fraudulento de tarjetas de crédito y de débito. Subió de 17.683 denuncias (2014) a 34.359 (2015), lo que significó un incremento del 94%. Es por ello que es importante mantener los resguardos necesarios para no ser otra de las víctimas de este delito, más aún, en esta época de verano.
Dentro de estos fraudes se configuran dos delitos. Uno en relación a la clonación propiamente tal, el cual es cuando personas instalan artículos electrónicos para obtener información de los cajeros, mediante un “skimmer “ o una cámara pequeña, para poder filmar el movimiento de los dedos cuando se ingresa la clave. Posteriormente ocurre el uso fraudulento de la tarjeta de crédito, en donde los antisociales bajan la información y crean tarjetas nuevas. “Algunos cajeros tienen una ranura que sobresale en la parte en donde se inserta la tarjeta. Eso hay que moverlo y si permanece fija quiere decir que no ha sido intervenida por delincuentes. Si se mueve hay que darle aviso al guardia porque es probable que ese cajero tenga inserto un skimmer”, explica Pablo Olave, comisario de la Brigada de Delitos Económicos de La Serena.
También es necesario poner atención palpando los bordes y contornos internos del cajero porque, “en ese lugar es donde instalan las cámaras”, declara.
Uno de los puntos más importantes, es ser discretos y cubrir el teclado al momento de digitar la clave secreta, ya que sin esa información los delincuentes no pueden hacer uso de la tarjeta de forma fraudulenta. “Tapando la clave, disminuye bastante el riesgo”, indica el detective.
Otra de las maneras de evitar este tipo de delitos es manteniendo la privacidad al momento de utilizar un cajero automático. “Hay veces en que los delincuentes están esperando para ver la clave o para hacer un ‘cambiaso’ de la tarjeta”, agrega Olave, recalcando lo seguro que es utilizar los cajeros sin terceras personas alrededor.
De igual modo, otra de las maneras óptimas de mantener alejado a este tipo de delitos es cambiar periódicamente la clave de la tarjeta bancaria. No sólo puede producirse esta estafa en los cajeros, sino que también en la ruta en época de verano. “Es común que en los servicentros, el bombero nos pida la tarjeta para poder realizar la transacción, y luego a uno se la devuelven. Eso es un riesgo muy grande porque muchas veces ellos mantienen un skimmer en un llavero y en un descuido pasan la tarjeta por ese llavero” relata el comisario.