En el contexto del Consejo Comunal de Seguridad Pública de Ovalle correspondiente a este mes, el comisario de la Policía de Investigaciones (PDI) Raúl Muñoz, expuso ante el alcalde Claudio Rentería y ante los representantes de diversos organismos vinculados al área de seguridad, respecto a una investigación efectuada por la academia superior de estudios policiales de la PDI que tuvo por objetivo identificar causas o detonantes que hayan llevado a un femicidio. El estudio comprendió 82 casos de mujeres víctimas de este delito, cuyos casos fueron investigados por la policía entre los años 2011 a 2013.
En primera instancia, contextualizó este delito en función de la legislación chilena, estableciendo que desde diciembre de 2010, se reconoce este delito como tal en Chile. Hizo mención también al machismo y al patriarcado, condiciones socioculturales que gatillan en el agresor un modo de pensar respecto a la familia y a las relaciones de pareja, y que dan pie para que se perpetúen hechos de violencia en la pareja. Explica que el machismo y el patriarcado son “dos corrientes de hombres que se vinculan con una mujer (…). Se da una relación basada en el sexismo donde hay un sentimiento del hombre por sobre la mujer, donde la miran a la miran como objeto; el machista dice que la responsabilidad de cuidar y de proteger a los hijos es de la mujer, no es del hombre, y sin duda que hay una suerte de discriminación sexual enfocada a ver a la mujer como un objeto. En el caso del patriarcado, hay una gran diferencia en cuanto a que el patriarca asume una posición de patrón de fundo, vale decir, él manda en la casa, el manda en la familia, no descuida a sus hijos, sin embargo si sigue manteniendo esa relación de subyugación con la mujer”, establece.
Estadísticas
La investigación reveló que en términos estadísticos, en el 73% de los casos investigados, había violencia anterior; dentro de ese porcentaje, el 41% de los casos habían sido motivados por los celos. El 41% de las víctimas del estudio, había denunciado hechos de violencia intrafamiliar con el agresor y el 49% no. Es decir, en concordancia con esos 82 episodios, se dio la tónica de que la mayoría de ellos no registraban denuncias previas que dieran cuenta de los niveles de agresividad de los atacantes. El 75% de las víctimas era dueña de casa, o bien compartía hogar común con su pareja, y en el 12% de estos hechos, no existían episodios de violencia anterior. Por otra parte, el estudio reveló que los ataques de femicidio por situación de infidelidad comprobada, se ha dado mayoritariamente en los estratos sociales altos, aunque en número sean menos que los de estratos socioculturales más bajos.
Factores desencadenantes
El estudio reveló que los celos son uno de los móviles mas predominantes dentro de una relación de pareja donde hay violencia, así también la incopatibilidad de caracteres como segundo móvil. "La incompatibilidad de caracteres genera el factor desencadentante de femicidio cuando por hay de por medio ingesta de alcohol y drogas (…). La mayor parte de los factores desencadenantes están vinculados a los celos y a la suposición de engaño. Hoy en día, las relaciones de pareja que tienen violencia basada en celos, tienen una alta probabilidad que puedan convertirse en un femicidio", advierte el comisario Muñoz.
Acciones a seguir
En la instancia, el expositor señaló a los asistentes que se ha de trabajar mancomunadamente para ir en ayuda de las víctimas, y que éstas puedan sentir un real apoyo, "si nosotros tomamos esos datos, podemos adoptar medidas de prevención basada en campañas, pero no incentivando a las víctimas a denunciar abiertamente; porque uno de los factores desencadenantes que también encontramos nosotros dice relación con la denuncia o la amenaza de denuncia, y con la actitud desafiante de la mujer; vale decir, hubo casos en donde estos dos factores fueron desencadenantes de femicidio", indicó.
Centro Sayén
Sobre esta problemática social, también toma voz el Centro de la Mujer Sayén, dependiente del Servicio Nacional de la Mujer y de la Municipalidad de Ovalle. La coordinadora del centro, Patricia Pozo, indica que en dicho lugar, reciben alrededor de 300 mujeres víctimas de violencia intrafamiliar por año, desde 2006 a la fecha. "No todas las usuarias que atendemos han realizado denuncias, con muchas de ellas se trabaja la etapa de empoderamiento (…) Por lo general, ellas tienen muy baja autoestima, aunque a simple vista alguien no lo note, porque hay quienes se conservan muy bien y se arreglan, pero es solo un disfraz, cuando uno las entrevista nota que no se quieren así mismas", plantea.
Por su parte, la psicológa del centro, Ana Gallardo, comenta sobre la dependencia emocional que se genera entre víctima y víctimario y lo díficil que se torna para la sociedad comprender este fenómeno; y advierte la drástica desición de algunas mujeres de acabar con su vida cuando se ven expuestas a este tipo de situaciones. "Hay mujeres que cuando son muy dependientes emocionalmente del hombre, siguen dando oportunidades, entonces ese es el problema; no es que a la mujer le guste vivir así; pero intenta que ese proyecto continue, pensando que va a variar positivamente" indica.