La evolución del fotógrafo chileno Sergio Larraín, el primer latinoamericano en ingresar en la agencia Magnum, está al descubierto a partir de este sábado en Sao Paulo, donde una muestra expone el singular recorrido de un artista que rompió con el periodismo fotográfico para hacer poesía en imágenes.
La exposición, titulada "Sergio Larraín: Un rectángulo en la mano", abre este sábado 27 de abril y estará disponible con acceso gratuito hasta agosto en la galería del Instituto Moreira Salles, en plena Avenida Paulista.
"Sergio Larraín nació en Santiago en 1931, comenzó a estudiar forestación en California (Estados Unidos) pero no le gustó, así que se compró una Leica y decidió convertirse en fotógrafo", explicó a Efe la comisaria de la exposición, Agnès Sire.
A partir de su contacto con el legendario fotógrafo francés Henri Cartier-Bresson, entró en la agencia Magnum en 1959, convirtiéndose en el primer latinoamericano en ingresar en ella, y pasó cinco años dedicado al periodismo gráfico.
En la galería, destaca un espacio de estanterías amarillas reservadas a esta fase del autor en las que están expuestos ejemplares originales de "O Cruzeiro Internacional", la revista gráfica brasileña lanzada en 1957 con la que Larrain colaboró desde su creación hasta 1960.
Etapa poética
Sin embargo, el chileno se cansó pronto de esa faceta profesional y en 1964 dejó la agencia Magnum y el periodismo para dedicarse a imágenes más poéticas y contemplativas.
"Él ya no quería ser enviado a Irán, Alemania o Italia para hacer tres páginas para una revista", relata Agnès Sire, que es directora artística de la fundación Henri Cartier-Bresson de París (Francia).
Fruto de esta ruptura a mediados de los años 70 son casi todas las piezas expuestas en la exhibición, fotografías en blanco y negro dispuestas según la localización en las que fueron tomadas: Chiloé, Santiago, París, Buenos Aires o Londres son algunos ejemplos.
De estas colecciones, la de Valparaíso es una serie destacada por el punto de inflexión que supuso en la vida profesional del fotógrafo, en especial por la imagen que da comienzo al conjunto, en la que se muestra a unas niñas bajando las escaleras del pasaje de Bavestrello.
"Él decía que la fotografía es un estado de gracia", parafraseó la especialista.
Otro espacio diferenciado en la galería es el rincón dedicado a la etapa del fotógrafo que ocupó la mayor parte de su vida, el exilio volcado a la meditación.
Tras entrar en contacto con la filosofía oriental, Larraín se retiró en 1978 a vivir recluido en las montañas del poblado de Tulahuén (Limarí), donde permaneció hasta su muerte, en 2012.
Como producto de esta fase en la vida del artista, que entonces ya no fotografiaba, se encuentran exhibidos algunos diseños confeccionados por él llamados "satoris".
"El satori es un ejercicio de yoga que consiste en no pensar sobre el futuro o el pasado, tú estás ahí, en el momento preciso", comentó Sire.