“Falta impulsar y mecanizar al pequeño minero inyectando recursos”

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    En su primera visita a la provincia del Limarí en su cargo, el presidente de la Asociación Gremial de la Pequeña Minería de Chile, Rubén Salinas, tomó contacto directo con pirquineros de la zona con quienes realizó observaciones a reglamentos que a su juicio obstaculizan las labores de los pequeños mineros.

    “Vinimos con técnicos y geólogos a apoyar a pequeñas faenas a las que les faltan los recursos e información técnica, de manera voluntaria y gratuita. Quien debiera prestar esta colaboración es  Enami, que debiera sostener estas faenas con informes geológicos que les permita determinar la capacidad y riqueza de un yacimiento, o detectar cuáles sectores son mejores mineralizados que otros, haciendo estudios acotados en cada pequeña faena”, explicó Salinas a El Ovallino.

    Indicó que la organización que dirige la integran tanto sindicatos de base comunal como particulares que buscan apoyo para continuar o mantener su faena independiente. Están instalados en la capital, aunque mantienen presencia en las regiones de Valparaíso y Coquimbo, y en menor medida en las de Antofagasta y Atacama.

     “También vimos el estado de algunas faenas, para transmitir a la autoridad que nosotros tenemos que pasar de la carretilla al minicargador, es decir, mecanizar al máximo las pequeñas faenas. Desde la minería familiar debería estar mecanizada para que se vaya proyectando al modernismo, que incluya también la capacitación, tanto por los equipos, como por las zonas de explotación”.

    ¿Cómo considera que está la pequeña minería en la Provincia del Limarí?

    -“En otras regiones y zonas están más avanzados, pero aquí hay mejores riquezas en mineral, es lo que hemos detectado, lo que falta entonces es impulsar  y dar ese paso de mecanizar el pequeño proceso inyectando recursos, haciendo mejor fomento de la Empresa Nacional de Minería. Hoy día los recursos son limitados. La Enami te aporta como 30 horas máquina para excavadora, cuando participas en un programa. Unas 90 horas para una retroexcavadora. O para hacer un túnel de 27 metros de reconocimiento. Eso no es nada. Necesitamos tener una mirada más de fondo, más permanente, para que el minero pueda concluir lo proyectado. Estas ayudas son valoradas, pero son insuficientes para lo que en realidad necesita el pequeño minero”.

    Reconoció Salinas que aunque en la provincia se requiere de más apoyo que en otras zonas del país, también observa mucha actividad de la pequeña minería.

    “También están los temas institucionales, por ejemplo Sernageomín sigue siendo muy aprensivo, que impone estándares muy altos de exigencia de seguridad al pequeño minero, que son los mismos que le imponen a la gran minería. Por lo que nosotros planteamos que hay que tener un reglamento para la pequeña minería, que nos midan en ese parámetro. A las faenas de una o dos personas le están aplicando reglamentos para 400 hasta mil personas. Son estándares distintos, miradas diferentes. Al existir esa camisa de fuerza de seguridad mal aplicada, obliga a tener faenas marginales, teniendo accidentes mineros. Quisiéramos que todas las pequeñas faenas estén regularizadas, pero con un reglamento accesible”.

    Reglamento lapidario

    Destacó que tras la aprobación hace tres años del Reglamento de Seguridad Minera para la Pequeña Minería, capítulo XV, que fue un documento preparado por el Ministerio de Minería, junto a Sernageomín, y la Sociedad Nacional de Minería (que abarca a la grande, mediana y pequeña minería), entendieron que no había un organismo que mostrara la voz y posición de la pequeña minería, lo que precisamente dio surgimiento a la organización que dirige.

    “Allí le dijimos al ministro que estábamos en total desacuerdo con ese reglamento y que había que repensarlo completo. Se le hicieron miles de observaciones, porque era lapidario para el pequeño minero, era terminar con su actividad. Nos dijeron que fueron consideradas las observaciones, pero en un borrador que nos hicieron llegar se notó que era el mismo documento de hace tres años atrás. No se tomó en cuenta absolutamente nada”, indicó el dirigente gremial.

    Señaló que desde el proyecto, que tiene que ser realizado por un ingeniero, hasta cada cambio de puntos de explotación lo debe hacer un especialista. “Es como si el pequeño agricultor de media hectárea de terreno tenga la obligación de contratar a un ingeniero agrícola para que le avale el proyecto. Parece que no entienden lo que es la pequeña minería”, comparó Salinas.

     Adelantó que al borrador le harán las enmiendas que consideren necesarias para entregarlas a las autoridades para su posible incorporación en el documento.

    Apoyo oficial

    Consultado acerca del apoyo del Estado, Salinas mencionó que si bien los que están activos requieren apoyo, también aquellos que por la pandemia y otras condiciones no han podido volver a las faenas, quienes además necesitan un impulso extra para reiniciar labores.

    “Le hemos pedido a las autoridades nacionales, incluso a través de bonos y ayudas. Porque no se consideró a la pequeña minería que no pudo iniciar su actividad. Porque las ayudas son para quienes están activos, pero tenemos muchos que requieren impulso para retomar sus faenas”, explicó.

    Mencionó además el caso de aquellos mineros que ya no pueden trabajar, tanto por la edad, como por la capacidad física, y que no cuentan con una pensión que les permita un retiro digno, quienes también deben ser tomados en cuenta por el Estado para tenderles una mano.

    Respuesta tardía en Panulcillo

    Consultado sobre el reciente accidente en la mina La Condesa de Panulcillo, Sainas consideró que hubo una respuesta muy lenta por parte de las autoridades con respecto al rescate del trabajador venezolano.

    “Fue lento y un poco traumático para la familia. Allí faltó más celeridad. No entendemos la dilación, sabemos que había un tema de seguridad técnica, pero se pudo haber apurado un poco más”, puntualizó.