Familia de trabajador ovallino fallecido en Mejillones acusa presunta negligencia como causa de fatal accidente

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    Carla González (ex pareja), María Pereira (madre), Juan Castillo (padre).

    Han sido días difíciles para la familia de Erick Castillo Pereira (25), trabajador ovallino que falleció el domingo 24 de marzo tras sufrir un fatal accidente laboral en Mejillones.

    Ese día a eso de las 9.40 de la mañana, el joven recibió en su cabeza el impacto de una estructura de alto tonelaje, resultando así con graves lesiones, por lo que fue trasladado de urgencia hasta el Hospital Héroes de Angamos de Mejillones. Posteriormente fue derivado al Hospital Regional dr. Leonardo Guzmán, a donde llegó sin signos vitales. A las 13.18 de ese mismo día su cuerpo sin vida fue enviado al Servicio Médico Legal (SML).

    El ovallino -ex estudiante del Liceo Politécnico y de la Escuela Básica Bernardo O’Higgins Riquelme de La Chimba –había llegado hace seis meses a prestar servicios como amolador a una empresa subcontratista. Su régimen laboral era de 14×7 y su rol era cepillar estructuras y emparejar las soldaduras cuando se procediera a realizar un acople.

    Erick tenía dos hijos (2 y 3 años de edad) y hace cinco años estaba en una relación con Carla González, una profesional en prevención de riesgos. Ambos se comprometieron la noche de Año Nuevo y planeaban convertirse en un matrimonio y mudarse próximamente a su casa propia.

    Tristemente todos esos sueños se vieron truncados y el joven no pudo llegar a Ovalle la mañana del día miércoles 27, tal como lo tenía planeado. 

    La seguidilla de supuestas negligencias laborales

    Con el paso de la horas, y mientras aprenden a vivir con el dolor y la ausencia de Erick, sus cercanos han ido recabando antecedentes e hipótesis de lo que finalmente habría causado el accidente en donde el joven  fue golpeado por un tubo de varias toneladas mientras trabajaba dentro de la zanja.

    “Hubo varias falencias de la empresa subcontratista en la que trabajaba mi hijo”, señala enfático Juan Castillo, padre del trabajador.  A la vez hace hincapié en que, de acuerdo a su punto de vista, también existiría una concatenación de responsabilidades con al menos otras tres empresas relacionadas con aquella en donde trabajaba Erick.

    “Los antecedentes que me han comunicado sus propios compañeros es que mientras se estaba desarrollando este trabajo varios procedimientos de seguridad no se hicieron”, sentencia

    Lo primero que menciona es que durante el acoplamiento de los grandes tubos con los que estaba trabajando su hijo, éstos debieron, “haber sido ‘acuñados’ por ambos lados por la presión que ejercen ellos al unirse, y así evitar que se desmontaran”. “Fue tanta la presión que el tubo se desmontó y se corrió hacia un costado donde estaba mi hijo”, argumenta.

    Al estar en una zanja y a sólo metros de la pesada estructura, el joven no pudo huir de lo inminente, “no alcanzó a dar ni un paso y fue aprisionado por el tubo”.

    Lo que acusa es que durante dicho procedimiento hubo serías falencias. “En esta faena no tenían un prevencionista ni un supervisor presente, eso lo confirmamos nosotros. Nadie de ellos estuvo viendo y observando el trabajo para detectar cualquier peligro potencial. Solamente estaban ahí el operador de la máquina, el rigger, el soldador y mi hijo”.

    Otro eje crucial en la supuesta negligencia cometida en la obra, es que aseguran que esa fatal mañana el joven estaba desarrollando una función que no le correspondía, ya que él era amolador. “Él estaba acoplando los tubos. Esa jornada fue llevado para hacer algo que no debía. No se hizo el procedimiento para evitar peligros, mi hijo no firmó nada para trabajar en eso específico”, sentencia Castillo.

    Carla González, quien era pareja del trabajador, añade, “lo sacaron de su área para que hiciera eso específico”.

    En su celular, María Pereira, madre de Erick, guarda una imagen que da cuenta que su hijo  no tenía puesto un casco al momento de hacer la labor que se le solicitó. “Sólo llevaba una especie de máscara de plástico (…) No había un prevencionista o un supervisor para que le indicara al trabajador que no tenía los implementos apropiados. Debería haber sido sacado de esa área”, precisa Castillo.

    Ante todos esos antecedentes la madre declara tajante, “la empresa me asesinó a mi hijo. Hasta el momento todo lo que hemos recabado como familia, lo que nos han contado los amigos, las noticias que nos han dado, las grabaciones, apuntan a que eso fue un asesinato. Esa es la verdad de las cosas. Además él no tenía ningún implemento de trabajo en su cabeza, sólo la mascarilla”.

    Ella revela que tuvo la oportunidad de conversar con el compañero de su hijo que le prestó los primeros auxilios en el sitio del suceso, “confirmó que Erick andaba sin casco”.

    Otro hecho que les causó indignación, fue que nadie habría acompañado a su hijo durante su traslado hacia el primer centro asistencial en donde estuvo. “Llegó sin ninguna persona de la empresa para que lo fuera a apoyar (…) Ahí queda en evidencia que los trabajadores estaban solos en la faena sin un supervisor ni un prevencionista”, manifiesta el padre.

    “En el papel de atención médica, firmada por el doctor que lo atendió, aparece que mi hijo estaba solo”, complementa Pereira.

    Amargos acontecimientos

    En cuanto a la postura tomada por la empresa tras constatarse la muerte del joven trabajador, la madre expresó, “vinieron al entierro de mi hijo. Mi marido dice que él fue contactado por ellos cuando estábamos en el cementerio. Pero a mí ni siquiera me han dado el pésame”. Revela que tampoco se acercaron para comunicarles el inicio de alguna investigación interna o sumario que permita esclarecer responsabilidades en la muerte de su hijo.

    Una de las cosas que más le duelen como familia, es que Erick se accidentó a eso de las 9.40, y sólo pasadas las 16.30 horas se enteraron del hecho. “Nos tuvimos que contactar con el gerente de la empresa en Santiago para saber qué ocurrió”.

    El padre habló con él y confirmó el fallecimiento. “Quedé helado, no podía hablar, ni informarle a mi familia. Nos volvimos locos”, rememora.

    Pereira tomó el teléfono y enfrentó al gerente, “’Y a esta ahora me vienes a avisar que mi hijo falleció’”, le dijo.

    La familia arribó a Antofagasta el día lunes 25 de marzo. “Nos recibió un representante de Recursos Humanos de la empresa y nos llevó a un hotel. Nos dijo que ‘nos relajáramos’, cuando en la situación en la que estábamos cómo íbamos a ir a hacer eso, estábamos desesperados por ver a nuestro hijo”, afirma Pereira.

    Otras de las irregularidades que denuncian, es que al momento de retirar los restos del trabajador, no pudieron hacerlo de inmediato porque se habían  perdido el rastro de la cédula de identidad de Erick. “Necesitábamos eso para sacar el cuerpo del SML y trasladarlo a Ovalle (…) Me tuve que comunicar con el gerente de la empresa en Santiago para que me solucionaran ese problema. Después nos comunicamos con un Carabinero para poder recuperar el carnet. Eso fue parte de una seguidilla de negligencias que no entendemos de parte de la empresa”, manifiesta el padre.

    Búsqueda de la verdad

    Al transcurrir los días desde la tragedia, la familia convive entre el dolor y la búsqueda de respuestas.

    Anuncian que interpondrán una denuncia ante la Fiscalía de Antofagasta. Luego de eso, tomarán el proceso judicial en Tribunales para una demanda.

    De acuerdo a lo que se les fue informado, la empresa presentará todos los antecedentes el lunes 1 de abril. Cuentan que luego de eso, se determinará qué curso seguirá el caso.

    “Lo que estamos buscando es justicia. Nuestro hijo – con lo joven que era -dejó dos hijos muy pequeños. En este momento ellos están desamparados, nos tienen a nosotros como abuelos pero ya no tienen a su padre (…) Acá tiene que aparecer el culpable”, declara el padre.

    Desde su experticia en el campo de la prevención de riesgos, González añade, “ellos (la empresa) incumplieron en la ley 16.744, la que ampara a todos los trabajadores de Chile. En específico incumplieron el decreto 40, en su artículo 21, la que los obliga a informar los riesgos laborales a los trabajadores. A Erick no le dieron su procedimiento de trabajo correcto, no se le informó a lo que se exponía al estar ahí”.

    Un hombre ejemplar

    Su familia lo describe como una persona sincera, respetuosa, un caballero, sin vicios, un joven sano, preocupado de su familia, sin rencores de ningún tipo y sobre todo, como un hombre muy querido.

    “De los 25 años que fui su padre, jamás lo vi discutir ni pelear con ningún compañero o con alguna persona, sino que todo lo contrario. Para nosotros era un consejero; aconsejaba a su madre, a su padre, a sus hermanos (…) Deja un vacío muy grande.  Era muy cariñoso con sus hijos y su pareja”, relata el padre.

    Por su parte González, con evidente emoción recuerda, “Como familia nos habíamos ido por primera vez solos a celebrar el Año Nuevo en Tongoy. Esa noche me pidió matrimonio”.

    De los casi cinco años que estuvieron juntos como pareja, poco más de tres estuvieron viviendo bajo el mismo techo en Ovalle.  “Él no salía, era 100% entregado a su familia cuando venía del norte. Era un siete”, dice.

    Además de dedicar parte de su vida a su trabajo, sus cercanos, sus amigos, también le gustaba practicar fútbol. “Su club deportivo fue San Luis de Las Parcelas, en donde él jugó desde pequeño, se crió ahí”, agrega la madre.

    Como familia hacen un llamado para que se pueda investigar en las circunstancias y así identificar a los responsables. Su padre concluye diciendo, “le pido a la justicia que en primer lugar aclare este hecho, no pueden suceder estas anomalías en estas empresas que son tan grandes, en las cuales no se hacen todos los protocolos de trabajo que se debieran hacer y se quita la vida a un joven de un día para otro (…) Una familia está completamente destruida”.

    Autoridad del Trabajo de Antofagasta

    El seremi del Trabajo y Previsión Social de la Región de Antofagasta, Álvaro Le-Blanc, explicó este viernes a El Ovallino algunos de los antecedentes que manejan como servicio y abordó los protocolos que existen dentro de este caso de grave accidente laboral registrado en Mejillones.   

    “Durante el día domingo se recibió a través de los canales formales una denuncia de este lamentable accidente fatal que afectó al trabajador Erick Castillo mientras se encontraba efectuando sus labores. En virtud de este procedimiento se inició el traslado de funcionarios de la Dirección del Trabajo y así mismo por parte de la Seremía de Salud hasta el lugar del accidente”, mencionó.

    A raíz de lo anterior, contó, “se iniciaron los procedimientos que hoy día se encuentran en trámite, están dentro de un proceso de investigación por ambas entidades. También se decretó la suspensión de la faena en tanto se logren determinar las causales del accidente y se efectúen las correcciones que determinen los órganos fiscalizadores”.

    En cuanto a la denuncia que se ingresó a la Inspección del trabajo, Le-Blanc precisó, “la empresa contratista y empleadora que se nos informa y denuncia corresponde a  Servizi Energia Italia SpA”.

    Sobre las medidas que se aplicarían de confirmarse que sí hubo algún tipo de situación anómala, la autoridad manifestó, “en todos los procedimientos frente a cualquier accidente, la Inspección se constituye y debe primero – por la vía de resguardar la seguridad e integridad de nuestros trabajadores – solicitar y exigir que se cumplan con todas las normas y procedimientos para evitar una nueva ocurrencia de accidentes. Y tanto no se den por cumplidas estas normas, las faenas no van a ser respuestas”.

    En escenarios generales en donde se confirma que en un caso existieron falencias, detalló, “se aplicarán las sanciones que establece nuestra legislación por cada incumplimiento que haya existido por parte de los empleadores, tanto de la empresa contratista como de la mandante”.