La fórmula del hito del reciclaje en Ovalle

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    En dependencias de la ex escuela Oscar Araya Molina y a un costado del cementerio de Ovalle, se localiza el centro de reciclaje provisorio municipal. El funcionamiento y la habilitación de dicha unidad implica un verdadero hito y consiste en una iniciativa pionera no sólo a nivel provincial o regional, sino que también dentro del país.

    Su puesta en marcha fue gracias a una alianza entre el municipio local y los recicladores de base de Ovalle agrupados en Limarí Recicla. Desde dicha alianza ha transcurrido casi un año y medio y el balance es más que positivo. 

    De acuerdo a datos de la casa consistorial, en términos de reciclaje el  año 2018 la cantidad de botellas PET superó los 11 mil kilos, el vidrio superó los 50 mil kilos y el papel alcanzó los 23 mil kilos sumando el año 2017. En el caso del cartón, sólo el 2018 se logró recuperar más de 55 mil kilos.

    Al recorrer la planta provisoria se observa el arduo trabajo de los miembros de la agrupación y del Departamento de Medio Ambiente de la casa consistorial.

    Varios sacos de gran dimensión apilados dan a entender que han arribado varios kilos de botellas plásticas de tipo PET, las cuales provienen de alguno de los 50 puntos verdes que ha dispuesto el municipio desde el primer semestre del año pasado. El material es retirado dos veces por semana; los días lunes y jueves. En total a veces se pueden retirar más de 500 kilos cada siete días.

    En cuanto al contexto y al proceso que dio vida a la implementación de dichos puntos verdes, el encargado del Departamento Comunal  de Medio Ambiente, Eduardo Pizarro, sostiene, “la botella PET era el 19% del residuo que se generaba a nivel comuna. Nosotros creamos estos canastillos de  reciclaje, además de este convenio de cooperación entre la municipalidad y la agrupación de recicladores. Luego pudimos entregarles los contenedores a las respectivas juntas de vecinos y previamente hubo una reunión, charlas y talleres para capacitarlos y que replican esa información dentro las reuniones que tenían”.

    Dichas comunidades jugaron un papel importante en determinar la distribución de los puntos verdes, algo que ha incidido en los buenos resultados. “Ellos (los vecinos) se encargaron de darnos los lugares (….) En ese sentido se empoderaron un poco sobre la instalación. Eso también va ligado al éxito que ha tenido el reciclaje en la comuna, por ejemplo, no se ha visto algún canastillo dañado o roto, de eso no hay nada”.

    Un punto importante fue la coordinación para retirar las botellas desde los 50 puntos verdes a lo largo de la ciudad, “a los recicladores se les dio una ruta de trabajo, les entregamos camión los lunes y jueves durante el día completo”.

    Cabe destacar que a nivel comunal no solamente se reciclan botellas, sino que también, vidrio (a  través de dos tanquetas en la Feria Modelo y a través del programa de vidrio histórico), papel y cartón.

    En cuanto al retiro del cartón, el presidente de la Agrupación Limarí Recicla, Carlos Miranda, explica, “los recicladores nuestros están en el centro todos los días lunes, miércoles y viernes”.

    “Le entregamos  dos estacionamientos a los recicladores, uno en calle Arauco y uno en Coquimbo y que permitieron que gracias a la ordenanza del paseo peatonal, todos los locales comerciales entreguen a los recicladores de base el cartón separado”, añade Pizarro.

    En el caso del papel, se recicla a través de un total de 109 contenedores instalados en oficinas públicas de Ovalle. Próximamente se dispondrán de 150 al interior de distintos colegios y escuelas municipales.  Sumando así un total de más de 200 puntos de acumulación.

    El encargado del Departamento Comunal  de Medio Ambiente, Eduardo Pizarro, aclara que no se ha implementado un punto verde para cartón y papel, debido a lo fácil con que esos materiales se pueden contaminar, por ejemplo, con residuos orgánicos.

    Un eje relevante es la comercialización por parte de los recicladores, “nosotros como municipalidad también estamos comprometidos con ellos en el tema de la valorización. Les ofrecemos una gama de empresas que cumplen con la normativa sanitaria vigente. Son empresas serias y en donde no tendrán el riesgo de ser estafados, que les arreglen las balanzas o que no les entreguen un papel que certifique cuántos kilos se están reciclando verdaderamente”, cuenta el profesional.

    Esta asociatividad además ha permitido el cumplimiento de metas que exige la normativa. “Todos los certificados que nos entregan tanto mensualmente como anualmente permiten que nosotros como municipalidad logremos el objetivo que tenemos en cuanto a la ley 20.920 REP (Responsabilidad Extendida del Productor), que nos obliga como municipio a declarar todos los residuos reciclables que gestionamos. Eso es gracias a la labor de Limarí Recicla”, afirma.

     

    PROCESO DE LAS BOTELLAS EN LA PLANTA

    Una vez que llegan las botellas PET a la planta provisoria se hace un proceso arduo de limpiado y de selección, en donde se les saca la etiqueta, la tapa.  De igual modo, todo lo que no corresponde se descarta y se guarda separadamente, por ejemplo, los plásticos de alta densidad, como bidones. Al mismo tiempo se debe retirar todo líquido desde el interior.

    Cabe destacar que pese a que en los canastillos se instaló un cartel con las instrucciones específicas para depositar las botellas, algunas personas las arrojan ignorando el hecho de que deben insertarlos limpios, sin etiquetas, líquido ni tapa. “También es una responsabilidad por parte de la municipalidad de crear esta educación y que la gente pueda sensibilizarse de que solamente con el acto de sacar la tapa a la botella, retirar la etiqueta y lavarla, le están aliviando un gran trabajo a los recicladores que en verdad mucho no ganan con esto”, enfatiza Pizarro. 

    Teresa Áviles llegó hace cuatro años a Limarí Recicla. En la planta provisoria está a cargo de la selección. Junto a ella trabaja su marido, Guillermo Alcayaga, a quien  hace sólo dos meses se incorporó a los recicladores.  

    En sus palabras se evidencia el entusiasmo que le genera ser partícipe de la labor. “Esto nos ha servido mucho a mi marido y a mí como terapia porque nos sentimos relajados, pasamos todo el día acá e incluso los fines de semana echamos de menos el trabajo y queremos que sea lunes para volver. Nos venimos a las 8.30 desde la casa caminando  y nos vamos a las 5 o a veces a las 6, eso dependiendo de otros compromisos o controles médicos que tengamos”.

    “Hacer esto me encanta, y a mi esposo también”, dice.

    Incluso han incorporado a su familia en lo que hacen, ya que sus hijos y nietos han visitado la planta. “Ellos opinan que esto es muy bueno y que nos sirve mucho, además que la pasamos bien acá”.

    Por su parte Alcayaga manifiesta, “esto es muy bueno en todo sentido (…) Así se acaba la contaminación”.

    El siguiente paso es derivar las botellas a la sala de compactación, en donde se comprimen y se dejan listas para luego ser despachadas hasta una planta de una empresa externa en La Serena.

    “La finalidad de ese proceso es que ellos puedan reducir el volumen de la botella, al hacerlo pueden  trasladar y vender más residuos”, precisa Pizarro.

    En la sala de compactación trabaja Nelson Ledezma, quien acumula más de cinco años siendo parte de Limarí Recicla. “Creo que es muy bonito esto que se está haciendo,  nunca lo había visto en mis 74 años de edad”, afirma.

    Además de valorar el buen ambiente y el equipo de trabajo que han conformado, cuenta que al igual que otros compañeros de agrupación, tuvo la oportunidad de certificarse como gestor de residuos, “fue bonito, agradezco lo que hicieron, uno a veces no se espera poder hacer eso”.

    Guillermina Romero es otra de las integrantes de Limarí Recicla, ella se unió hace ya tres años. “Esto me ha servido mucho. Vine y me gustó harto el trabajo, hacer lo que hacemos acá”. Ella empezó limpiando papel y ahora está a cargo de las botellas y su compresión, “las empresas exigen que vayan limpiecitas y compactadas”.

    Sobre la labor de la que forma parte, menciona, “creemos que es algo muy importante lo que estamos haciendo los recicladores, a lo mejor no nos miran muy bien, pero esto es relevante para el medio ambiente. Antes todos estos desechos se iban al vertedero, pero ahora no porque los limpiamos, los procesamos”.

    Gracias a su función en la planta ha podido tener otra perspectiva y más conciencia sobre lo importante de reducir basura, idea que incluso ha divulgado en su propio hogar y hasta con sus vecinos. “Antes con mi familia tirábamos toda la basura junta, ahora todo es separado  y a las botellas le sacamos la tapa, se limpian. A los nietos les enseño eso y también a cuidar el agua”.

    GESTORES DE RESIDUOS A NIVEL NACIONAL

    El pasado mes de marzo, 25 recicladores que integran Limarí Recicla, fueron certificados por la empresa Boreau Veritas y se convirtieron en los primeros de la región de Coquimbo en recibir este documento, que los acredita como gestores de residuos.

    “Los recicladores no ganan mucha plata, el kilo de botella plástica tiene un precio de 170 pesos, el papel 90. Por ley ellos tienen que certificarse y costaba 180 mil pesos. Como la municipalidad mantiene este convenio de cooperación pudimos apoyarlos y pagarles la certificación. Hoy en día Limarí Recicla es la única certificada a nivel regional. Ellos están dentro de los 200 recicladores certificados a nivel país”, puntualiza Pizarro.

    Miranda por su lado destaca, “ahora nos podemos sentar con empresas a conversar porque se supone que nosotros seríamos las personas encargadas de retirar material para reciclar cuando la ley esté implementada”, detalla.

    También a nivel regional al ser la única agrupación cuyos miembros están certificados,  se les permitiría orientar a otras comunas que deberán seguir el mismo camino del reciclaje. “Vamos a ser los propulsores de los recicladores de toda la región. Orientaremos a los municipios, encargados de medio ambiente”, dice.

    NUEVO CENTRO DE RECICLAJE E IMPLEMENTACIÓN DE PUNTO LIMPIO

    Otra buena noticia es que ya está en proceso de cierre la licitación del nuevo centro de reciclaje, que cuenta con una inversión de 250 millones de pesos y que estará operativo en el mes de septiembre y se emplazará en cercanías del terminal de buses de Ovalle. Ahí se recepcionará gran parte de los residuos que no se han podido reciclar por el tema de la logística de ventas.

    Contará con un salón auditorio para charlas y talleres que permitan educar a la comunidad en cuanto al reciclaje. Tendrá también módulos para hacer talleres de reutilización, lugar de recepción de residuos abierto para todo público, parque y hasta juegos infantiles.

    Por otro lado el municipio compró un punto limpio móvil, el cual ya se encuentra operativo en distintas festividades comunales y rurales. “Permitirá generar rutas de trabajo puerta a puerta”, dice Pizarro.

    “Como comuna somos un ejemplo a nivel regional y ya a nivel país se está hablando de Ovalle en lo que respecta a reciclaje (…) Estamos muy contentos y felices por el éxito que el reciclaje ha tenido en sólo un año de implementación”, sentencia.

    Miranda por su lado evalúa el convenio de colaboración como una oportunidad satisfactoria y provechosa. “Para nosotros es bastante bueno que nuestro municipio nos haya acogido y nos haya dado esta oportunidad de trabajar en una labor, oficio que ya está formalizado. Esto está sólo empezando y más adelante irá creciendo”.

    El dirigente critica que en otras ciudades aún no se ha hecho un esfuerzo mayor en esta materia. “Para hacer reciclaje en Chile se necesita financiamiento, es caro. Ese fue el rumbo que tomó el municipio de Ovalle, ya que sacó las lucas de su bolsillo para poder invertir en la preservación del medio ambiente de la comuna. Eso es lo que tienen que hacer los demás municipios, no sabemos por qué otros alcaldes le están haciendo el quite a esto, siendo que es una realidad”.

    El plan de reciclaje continuará con novedades, ya que por ejemplo, el próximo mes de mayo se lanzarán otros 50 nuevos puntos verdes de botellas plásticas PET, sumando así un total de 100 contenedores en la vía pública de toda la ciudad.  “Eso es la demanda de la comunidad, otras juntas de vecinos querían tener contenedores más cercas de sus casas”, revela Miranda.

    Al mismo tiempo están a la espera de la aprobación de un fondo de reciclaje al que postuló el municipio para poder implementar 92 campanas para reciclaje de vidrio con un fin social y solidario, “estarían en todo el sector urbano de la ciudad”, concluye Pizarro.