Dolor en la misma familia y por vías contrapuestas. Por un lado la pérdida de un ser querido en condiciones tan dramáticas como inexplicables. Por otro, saber que otro ser querido atravesará un proceso judicial que podría llevarlo tras las rejas por un tiempo prolongado.
La pequeña y tranquila comunidad de San Julián, 20 kilómetros al sur de Ovalle, se vio estremecida por la noticia que como pólvora comenzó a circular a tempranas horas de la mañana. “Asesinó a su propio hermano”, comentaban los vecinos.
Siendo poco después de las cinco de la mañana de este lunes 23, P.F.C de 38 años de edad regresaba a su ruco, ubicado en las afueras de San Julián y era saludado por su hermano mayor, quien le pedía que le ayudara con su desayuno.
El hermano mayor, Luis Cortés de 40 años de edad, por una condición de discapacidad intelectual recurría a sus hermanos y familiares para poder mantenerse, pero como indicaban los vecinos, era incapaz de ser violento con alguien.
La fatídica mañana
Uno de los factores que sumó al momento del desenlace sería el licor, ya que al regresar a su residencia, P.F.C. habría reconocido estar bajo los efectos de bebidas alcohólicas.
Su hermano le habría pedido ayuda y en ese momento se ensañaron en una inexplicable discusión que comenzó a elevar el nivel de violencia y a los pocos minutos sería indetenible.
Por causas que el señalado deberá explicar a las autoridades, un cuchillo corvo de considerables dimensiones apareció en la escena y sería el arma con el que el hermano menor le quitaría la vida al mayor de manera casi instantánea.
Con su familiar directo tendido en el suelo, parte del raciocinio volvería y el sentimiento de culpa afloraría por reconocer lo que acababa de suceder.
Llegó llorando
Todavía muy temprano P.F.C. buscó apoyo con una de sus hermanas, a quien le confesó lo que había sucedido, y cómo estaría su hermano en esos momentos.
“Llegó llorando y me decía que lo había matado, ‘No sé lo que hice, yo mismo lo maté’ me decía”, narró en la mañana a El Ovallino una de las hermanas de la familia. Vale consignar que la familia Cortés es numerosa y muy arraigada en la zona de San Julián.
Añadió que Luis siempre se acercaba a su hogar en busca de ayuda y comida, y siempre hubo solidaridad en la familia.
“Llegaba buscando un desayuno o una once y nosotros siempre lo ayudábamos. Él hacía trabajos menores en los fundos y siembras de la zona, pero siempre nos pedía ayuda y siempre le tendíamos la mano.
Otros familiares que conversaron con este medio confirmaron que nunca habrían existido rivalidades ni discusiones fuertes entre hermanos.
“Lucho no se metía con nadie, no merecía morir así. Es muy extraño porque ellos nunca discutían de esa manera. Eso tienen que investigarlo bien”, explicó otro de los familiares en medio de la consternación por lo sucedido.
Labores de investigación.
Una vez que se anunció el hecho y se notificó a las autoridades, Carabineros se hizo presente en el lugar para resguardar la escena del crimen. También los funcionarios del Samu hicieron presencia, aunque al certificar que ya no habría un herido al cual atender, se retiraron del lugar dejando a los uniformados de verde en custodia del sitio.
Carabineros tomó las primeras declaraciones y procedió a detener al hermano señalado por el hecho, y trasladarlo hasta Ovalle. Según las informaciones entregadas a Carabineros, los sujetos habrían protagonizado una fuerte discusión, momento en el que Luis, habría sido apuñalado por su familiar.
La escena, una mediagua y un ruco a unos 20 metros subiendo un cerro a las afueras de San Julián, en la vía a Tabalí y Barraza, estaba a unos 20 o 30 metros más de otras viviendas en las mismas condiciones, habitadas por miembros de la misma familia, todos trabajadores del sector agrícola.
Dos vehículos se quedarían resguardando la escena mientras llegaban los detectives a tomar las pruebas y a realizar el levantamiento del cadáver junto a los funcionarios del Servicio Médico Legal.
En tanto, el fiscal Jaime Rojas Gatica tomó conocimiento del hecho y dispuso la concurrencia de personal de la Brigada de Homicidios de la PDI.
Al respecto, el subprefecto jefe de la Brigada de Homicidios de La Serena, Cristian Lobos, señaló que "se están realizando todas las diligencias de investigación, a fin de establecer y acreditar fehacientemente la responsabilidad de la persona involucrada en este delito”.
Una vez al llegar, los uniformados registraron detalladamente cada rincón de la casa y del sector, recolectando las pruebas que podrían usar para confirmar científicamente lo que al menor de los hermanos habría confesado horas antes a sus propios familiares.
Así, los detectives se tomaron su tiempo, mientras el ruido de un tractor que trabajaba en un predio agrícola cercano rompía el silencio habitual de la zona rural sanjulianense. Tomaron fotos, tomaron muestras, entrevistaron a familiares y vecinos llevándose todo lo que pudieran utilizar para demostrar la culpabilidad del agresor.
Pasado el mediodía los funcionarios de Servicio Médico Legal hicieron lo propio levantaron el cadáver y lo trasladaron hasta las instalaciones en Ovalle, dando a los familiares todas las indicaciones sobre el proceder en este tipo de casos.
Una vez retirados del lugar tanto el cadáver, como el presunto autor, como los funcionarios de investigación, San Julián se quedó en silencio con una sensación de vacío por la tragedia vivida durante la mañana de este lunes.