28 mil hectáreas plantadas con frutales en la región, representando el 9,5% de las plantaciones frutícolas a nivel país son algunas de las cifras que demuestran la importancia de la fruticultura como actividad económica regional.
Importancia que es todavía más relevante cuando nos referimos a la provincia del Limarí, pues nuestro territorio concentra casi el 12,5% de las plantaciones de uva de mesa del país, el 55% de la producción de mandarinas, el 22% de la producción de limones, y el 21% de naranjas, sumando casi 5 mil hectáreas de plantaciones de cítricos.
Esta relevancia a nivel país de la zona del Limarí como productora de frutales, sumado a las oportunidades y desafíos a las que se enfrenta como territorio, hicieron que productores de toda la región se reunieran en Ovalle para participar de un encuentro local enmarcado en el denominado Ciclo de Encuentros Regionales de Productores Frutícolas, organizado por la Federación de Productores de Fruta de Chile, Fedefruta, la Sociedad Agrícola del Norte, SAN, y ProChile.
En la actividad, desarrollada durante todo el día de ayer, productores frutícolas del Limarí y la región, además de profesionales, se reunieron para conversar, analizar, informar y debatir sobre las perspectivas, los problemas, las oportunidades y los desafíos que presenta el rubro.
De esta forma, la jornada se dividió en un “panel-taller” durante la mañana, en donde invitados de diferentes áreas, pero que se manejan en temas relacionados con los actores de la agricultura, conversaron sobre las consideraciones a tener en cuenta para avanzar hacia una experiencia de éxito en la producción y exportación de frutales, tanto desde el punto de vista de los resguardos e instrumentos legales, como el acceso a financiamiento y mercados, apuntando a generar productos de calidad.
Durante la tarde en tanto, se desarrollaron diversos seminarios relacionados con las perspectivas y el futuro de la fruticultura en medio de un escenario nacional e internacional desafiante, pero que presenta amplias oportunidades de desarrollo, en donde los cítricos, la introducción de nuevas variedades de uva, y la producción de pasas como opción para los productores de esta misma especie, aparecen como alternativas prometedoras.
ENFRENTAR LOS PROBLEMAS
María Inés Figari, presidenta de la SAN, explicó que a través de encuentros como el desarrollado ayer en Ovalle, se hace posible visibilizar los desafíos a los que hoy se enfrentan los agricultores a nivel local y regional, en especial, cuando existe incertidumbre a su juicio, ante las reformas que se impulsan desde el ejecutivo.
“Existen diferentes cosas que nos están preocupando. Por ejemplo, los malos precios de las ventas de uva, las modificaciones al Código de Aguas, o el Estatuto del Temporero que aún no es aprobado. Y si no nos juntamos ni somos capaces de levantar la voz en un seminario de esta envergadura, no vamos a llegar nunca a buenas soluciones” sostuvo.
La dirigente gremial afirmó que la agricultura “no es una actividad momentánea, esta es una forma de vida. Aquí se necesita tener un política de Estado en beneficio de ella”.
Palabras a la que se sumó el presidente de Fedefruta y ex presidente de la SNA, Luis Schmidt, quien indicó que “necesitamos buenas políticas públicas que ayuden al sector, pero que no la politicen y le creen problemas artificiales, y podamos aprovechar así las enormes oportunidades que se nos presentan”.
En ese sentido, destacó que “Chile es un país privilegiado en el sector frutícola. Hoy día el 35% de las exportaciones agrícolas son fruta fresca, somos el mayor sector productivo de la agricultura” afirmó, subrayando que “hemos pasado a ser el principal proveedor de fruta fresca de China, pero además, el tercero en vinos, y esto va a continuar”.
“VALENTÍA” PARA EXPORTAR
En efecto, uno de los puntos que más se destacaron en la ocasión fue el desarrollo de la capacidad de exportar de nuestros fruticultores.
Alex Salas, productor frutícola de la zona de El Palqui, y quien exporta uva de mesa y cítricos a Estados Unidos y Alemania desde hace unos tres años a través de su empresa Asoexport, explica que dicha opción nació como una necesidad de lograr un mayor sustento económico, decisión que lo tiene satisfecho por los resultados.
“Ha sido bastante bueno, en el sentido de que eso nos permite conocer nuestros precios de venta, no tenemos que esperar a que pasen cinco o seis meses como ocurre con las exportadoras tradicionales que liquidan al productor. Además contamos con una mejor información del mercado” afirma.
Ello explica, se ha ido traduciendo en un retorno extra para asegurar el crecimiento de su empresa, así como por apostar por nuevas variedades de frutas, aumentar hectáreas de cultivo y crecer en cuanto a nuevos mercados.
Este productor asegura que ante la iniciativa de exportar “se debe ser valiente primero” pues, los problemas a los que se enfrenta la actividad agrícola son múltiples, desde complicaciones climáticas hasta problemas económicos. No obstante, el camino debe ir hacia la generación de productos de calidad.
“Si no se tiene un producto de calidad mejor no hacerlo, porque se puede cometer el error de mandar un producto que no es vendible, que no va a llegar en buenas condiciones, y el resultado va a ser un desastre para la agricultura” señala.