La hazaña del ovallino que ha cruzado el Norte Chico para hacer frente a la desigualdad

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    La hazaña del ovallino que ha cruzado el Norte Chico para hacer frente a la desigualdad

    Hace cuatro meses que Ignacio Jaime Carrasco partió un desafío y una travesía que poco a poco ha comenzado a despertar el interés de las personas. Harto de la desigualdad social, sobre todo de las personas con capacidades distintas, Ignacio a sus 51 años partió una caminata desde la ciudad de Antofagasta (donde actualmente vive) hasta Santiago con un solo objetivo, denunciar al Estado chileno por vulnerar el derecho a la salud en las personas.

    Toda esta tremenda hazaña comienza luego de que el año 2007 Ignacio sufriera un accidente laboral en una empresa de minería en la región del norte del país. Fue atropellado cuando salía del trabajo y se fracturó ambas piernas y la mano derecha, lo que le ocasionó también daños en el pulmón. Además sufre de fotofobia y hernias musculares en las piernas que lo obligan a medicarse con morfina y usar muletas.

    Por razones que él mismo intenta explicar, fue sacado de la base de datos de Mutual, por lo que tuvo que buscar la forma de poder costearse la morfina que actualmente en el mercado tiene un valor que bordea los 62 mil pesos.

    “Esto lo inicié en un principio por un tema mío, cuando la Mutual dejó de darme el tratamiento, tuve comprar la morfina por mi cuenta por 14 meses. Al tiempo me llamaron a una consulta médica en Mutual, la cual fue exigida por un médico externo que me atendió, allí reconocieron que efectivamente había una falencia en la base de datos. Los médicos reconocieron su error y yo pedí una sanción a la persona responsable de esto, pero ellos me dijeron que no podían, por lo que decidí viajar a Santiago”.

    Allí Ignacio recorrió varias entidades gubernamentales pertinentes, pero ninguna con respuesta, “el nivel de atención hacia los discapacitados es nula por parte de las personas de la entidades de gobierno”, señaló, agregando que “a raíz de eso un amigo me dijo: ‘sabes, ellos te están violando tus derechos humanos como paciente’ y esto lo reconoció un abogado francés con quien conversé, porque lo que hicieron fue una tortura física y psicológica. Física porque al suspender la morfina uno sufre mucho de dolores; y psicológica porque tienes que ingeniártelas para poder comprar la morfina que cuesta alrededor de los 62 mil pesos”, explica el analista informático.

    Es de esta forma que con el apoyo de sus amistades en Argentina, tomó esta decisión de caminar desde Antofagasta hasta Santiago para hacer efectiva esta denuncia, “yo no le echo la culpa a Mutual, si no a la Comisión Médica de Reclamos (Comere) y la Superintendencia de Seguridad Social (Suceso), porque son ellos lo que tienen que fiscalizar y controlar a Mutual y no lo hacen correctamente".

    Es así que el 17 de septiembre del 2014, Ignacio junto a sus muletas comenzó su viaje por el desierto de Atacama, el cual recorrió por 40 días y pese a las crudas temperaturas logró salir victorioso, pues para lograr este cometido se equipó con trajes profesionales y alimentación especial para sobrepasar las dificultades que desierto trae.

    A los 20 días de caminar, Mutual se enteró de este hecho, por lo que buscaron la forma de convencer a Ignacio de no seguir, pues arriesga su vida, pero se negó y pese a las insistencias, el profesional fue firme en su decisión, por lo que Mutual a partir de ese momento comenzó a monitorear al profesional realizándole exámenes médicos cada cierto tiempo para poder lograr este gran desafío.

    El lunes el ovallino pisó tierras limarinas y por petición de sus familiares permaneció dos días en la ciudad de Ovalle y este martes retomó su camino por la Ruta 5 Norte para llegar a la capital del país.

    “Al llegar al cruce de Quebrada Seca, conversé con gente y la verdad es que es patético la violación al derecho de las personas, descubrí que en un pueblito tienen una posta de barro y eso no puede ser. Hay una abuelita que le regalé uno de mis bastones, yo traigo tres, ella es discapacitada y el Estado no se hace cargo”.

    Hasta el momento el ovallino ha recorrido más de 1300 kilómetros, caminando desde las seis de la mañana hasta las cuatro de la madrugada, solo duerme tres horas (debido a los efectos de la morfina) y continúa su caminata que se extiende aproximadamente por cuatro kilómetros diarios.