La hectárea de la discordia

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    La hectárea de la discordia

    La ciudad de Ovalle se ha caracterizado por entregar valiosos baluartes del fútbol al país. Desde los ya míticos hermanos Gómez, Rodolfo Dubó o Willy González en los años ’70 hasta Jorge ‘Kike’ Acuña, Paolo Vivar y Enzo Roco. Y son justamente estos últimos quienes se formaron deportivamente en la orilla del río Limarí. Aquel verde espacio natural congrega a las múltiples academias del balompié, donde se forjaron los sueños mundiales para las entonces promisorias figuras.

    En aquel espacio de la ciudad un grupo de formadores decidió instalarse y dar vida a una institución que eduque y entregue valores deportivos a los niños que no tenían cabida en otras escuelas de fútbol. Así, en el año 2009 se constituyó oficialmente el Club Deportivo y Social Limarí, o bien Academia Limarí, aquella que acoge a cerca de 80 niños de Ovalle, siendo un 70% de ellos con riesgo social.

    Desde ese tiempo un sinnúmero de niños pasaron por las filas de la academia que preside Juan Carlos Ahumada, reconocido entrenador de fútbol de la zona y quien también ejerce como presidente de la escuela.

    La academia decidió instalarse en la ribera del río, al igual que otras instituciones como el Quiscal, Unión Chachal, Anfur, Academia Kico Rojas y Academia Municipal.

    Desde un comienzo el Club Deportivo Limarí quiso regularizar el terreno para así tener la posibilidad de postular a proyectos deportivos, tantos municipales como del ahora Instituto Nacional de Deportes. Solicitaron al municipio el comodato del terreno que ocupaban hasta que el día 23 de julio del año 2013, el concejo municipal sesionó y en votación unánime por todos los concejales y el alcalde Claudio Rentería aprobaron el documento que acredita a la Academia Limarí como encargada del terreno de 4.2 hectáreas por los próximos 50 años.

    Todos felices, pero el tiempo pasó y pasó.

    “A partir de ese momento, nosotros venimos insistiendo de que se nos entregue el decreto firmado por las autoridades para tener ese documento y hacer uso del comodato y postular a diferentes programas y proyectos. Pero desde ese minuto se nos viene tramitando en que estará, se va a entregar. Se conversó con los abogados del municipio, quienes esperaban los antecedentes del director de Obras municipal y cada semana se fue dilatando”, cuenta Ahumada quien solo esperaba el decreto de comodato, es decir, el papel legalizado.

    Hasta que el pasado 26 de abril en el concejo municipal se habría aprobado otros comodatos y que la petición de Academia Limarí no estaba ni siquiera en tablas. Es más, las originales 4.2 hectáreas solicitadas y aprobadas para la Academia Limarí se redujeron a 3.18 hectáreas, ya que en aquella ocasión tanto los concejales como el alcalde votaron nuevamente y aprobaron otro comodato, echando por tierra el primero del año 2013.

    Fue justamente en esa sesión donde el director de Obras de la municipalidad de Ovalle, Glen Flores, aparece en escena.

    “Glen Flores propone que se nos quite ese retazo de terreno, cuando hay mucho tiempo y recursos invertidos, pensando en que se lo van a entregar a otros que no les ha costado nada”, cuenta.

    Susana Lobos es secretaria y apoderada de dos de sus hijos que compiten en la academia. Conoce bien la realidad de la escuela, aquella que vio a Hugo y Matías Contreras coronarse como campeones regionales de Acefa, el campeonato más importante de la región de fútbol formativo en la serie juvenil.

    “Llevo siete años en la academia y se supone que nos dieron el comodato en julio del 2013, había sido aceptado por los concejales y el alcalde, y solo estábamos esperando el decreto ley. Estábamos todos felices, se nos había dicho que sí y el director de Obras nos disminuyó el terreno”, cuenta.

    Desde el año 2010 que vienen solicitando el comodato, enviaron cartas a la entonces alcaldesa Marta Lobos y recién en el 2013 el concejo municipal y el alcalde Claudio Rentería dieron el visto bueno.

    La hectárea en cuestión

    El terreno en discordia ha sido justamente en el que más recursos han puesto. Más de 500 horas de maquinaria pesada que tiene un alto precio para despejar y emparejarlo. Que deje de ser el basural en lo que lo encontraron y convertirlo en un complejo deportivo.

    “Es justo el espacio que habíamos trabajado, con gran esfuerzo, se han invertido plata y horas de maquinarias, aunque al director de Obras no le parezca, lo que era ese terreno a lo que es ahora, se puede utilizar. Hay decepción en nosotros y sobre todo en los niños. La cancha de entrenamiento está ahí, al igual que los containers y futuros camarines. Nosotros tenemos que conseguir canchas para jugar”, se lamenta.
    Agrega que “es el único lugar donde nosotros tenemos para realizar nuestras actividades y yo no me voy a mover de acá y menos los niños. Lo poco y nada que poseemos, lo tenemos ubicado en este sector”, asegura Ahumada con impotencia al ver que el principal espacio del terreno donde ya tiene inversiones se lo quitarían.

    Resulta que en la aprobación del comodato del año 2013, el concejo municipal y el alcalde votaron unánimemente a favor a la Academia Limarí, pero dentro del acta del concejo detalla que “las cuales serán determinadas según el Plan de Reordenamiento presentado por don Glen Flores, director de Obras Municipal”.

    Ahora, el Club Deportivo y Social Limarí no tiene decreto ley y si lo tuvieran tendrían una hectárea menos. Pero el director de Obras del municipio se defiende.

    “El comodato del 2013 está basado según el plano que debe ejecutar el director de Obras municipal, este es el Plan de Reordenamiento de la caja del río Limarí y para la Academia Limarí queda un terreno de 31.8 mil metros cuadrados. Los concejales entregan una superficie de tres manzanas, una superficie bastante grande y caben más de tres canchas”

    Flores alude al Plan de Reordenamiento de la caja del río, y que según el acta municipal del 23 de julio de 2013 señala que “el Concejo Municipal aprobó porunanimidad otorgar el comodato al Club Social y Deportivo Limarí por 4 hectáreas (…), las cuales serán determinadas según el Plan de Reordenamiento presentado por Glen Flores, director de Obras Municipal” y que el primer comodato “estaba condicionado al plano que elabore el director”.

    Asegura que hay cerca de 40 solicitudes de comodato de diversas instituciones o agrupaciones sociales y que la entrega actual de 3.1 hectáreas para la Academia Limarí sería suficiente.

    “En Ovalle hay una necesidad muy grande de espacios para diversas agrupaciones sociales, gremiales. No puede ser que un terreno de 4 hectáreas, inmensamente grande, sea entregado para una sola persona que maneja una academia de fútbol”, dice y aclara que “no se le ha quitado el comodato a la Academia Limarí, tiene sus espacios, y podrán postular a proyectos, generar inversión, pero si quieren seguir con esta guerra sucia diciendo que el municipio les quitó el comodato, lo cual es mentira”, comenta enérgico.

    Reacciones del Concejo

    Dentro del concejo municipal la mayoría apoya a la Academia Limarí. Hay voces disonantes como la de Héctor Valenzuela. Por su parte, el concejal Jorge Hernández ha prestado apoyo a la escuela que dirige Ahumada. Incluso estuvo presente en cada reunión que sostuvieron Ahumada y el director de Obras. Pero ante la insistencia de este medio de comunicación por escuchar su versión, se excusó en múltiples ocasiones para no dar entrevistas.

    Uno de los concejales que apoya a la Academia Limarí en esta disputa es Raúl Tello, quien afirma que hizo averiguaciones con el asesor jurídico del municipio, Sergio Galleguillos, sobre la legalidad de aprobar un comodato por sobre el mismo que ya estaba aprobado.

    – Entonces, ¿usted no sabía lo que estaba aprobando en el concejo de abril de este año?

    “Si tienes personas que te están apoyando en la gestión, como el abogado municipal o el director de obras, no puedes estar desconfiando de que ellos están mintiendo, porque son profesionales. No hubiésemos tenido problemas si el director de Obras hubiese entregado la información de la regularización de la caja del río hace dos o tres años atrás. Eso molesta, porque funcionarios se comprometen ante un cuerpo de concejales y después hay problemas”, afirmó.

    En este punto, Ahumada es crítico con las autoridades y las responsabiliza.

    “El concejo municipal cometió un error muy grave, se equivocaron, y el director de Obras indujo al error al concejo y al alcalde.

    Todas las autoridades deben revisar qué fue lo que firmaron. Todos los concejales, incluso el alcalde, firmaron un comodato y que hoy no lo pueden revocar a insinuación del director de Obras”, aseguró.

    Pero el director de Obras respondió.

    “Ningún concejal rechazó las 3.1 hectáreas o la propuesta entregada por esta dirección de Obras, la avalaron y ninguno quiso volver atrás en la entrega de las 4 hectáreas. Hay muchas necesidades de terrenos y esto lo saben los concejales, no se puede entregar la mayor cantidad de terreno a una sola academia”, aseguró Glen Flores.

    El final

    Lo cierto es que hasta esta fecha la Academia Limarí tendría aprobado el comodato por 3.1 hectáreas y faltaría el decreto ley que oficializa su tenencia. Pero Ahumada y los apoderados no están conformes con el terreno otorgado.

    “Lamentablemente, Glen Flores desconoció las conversaciones, el advenimiento y recomendaciones para mejorar este plano. Entonces, después de todo esto, nos resta una hectárea donde está ubicada nuestra cancha en la cual entrenábamos, donde está el conteiner, oficinas y baños y el camarín que vamos a construir. Todo esto nos ha costado.

    A nosotros no nos perjudica la avenida y que nos debieran entregar el comodato tal cual está establecido, de acuerdo al acta del 23 de julio del 2013”, fue enfático Ahumada, quien no cederá ni un metro de la propuesta inicial.

    “Me responsabilizo porque aquí se hizo un compromiso en el año 2013 y esperemos que todos los concejales y el alcalde se responsabilicen por lo que votaron y rectifiquen esta votación, producto de la irresponsabilidad del director de obras”, dice Tello.

    Mientras existe la disputa, los cerca de 80 niños de Ovalle y sus alrededores de la Academia Limarí seguirán luchando por el sueño de ser futbolistas profesionales y dejar a un lado los distractores sociales que rondan en la comunidad. Dijeron no a las drogas, pero sí a la vida sana en torno al deporte.