Hace un año atrás, el viernes 12 de mayo, la Provincia del Limarí era azotada por un fuerte temporal que, para el mediodía de aquella jornada, ya había dejado bastantes daños en pueblos y caminos de la zona.
A las dos personas fallecidas que se registraban hasta ese día en la comuna de Monte Patria, se sumaban varios cortes de ruta, crecidas de esteros y quebradas, localidades aisladas, e incluso la orden, por parte de la Gobernación provincial, a evacuar de forma preventiva todo el sector ribereño del río Limarí, lo que generó gran alarma entre la población que residía en esos lugares.
Lo cierto es que esta súbita crecida de las aguas del río no sólo se debían a las fuertes precipitaciones que habían caído en esas horas, sino que el aumento del caudal del río Limarí se vio aumentado por uno de los episodios más recordado de aquellos días: el derrumbe de una sección del peralte del muro del embalse Recoleta, el cual había sido construido hace 10 años atrás para aumentar el volumen de agua embalsada en aquel tranque, y que producto de las lluvias, terminara llenándose en apenas dos días.
LAS CONSECUENCIAS DE LA CRECIDA
Sin duda que la caída de esa estructura de 80 centímetros de alto, construida sobre el muro histórico del embalse, y que se había inaugurado en diciembre de 2007 se convirtió en la imagen icónica de aquel temporal, incluso siendo transmitida por los noticieros nacionales.
A raíz de ello, imágenes dramáticas fueron registradas en aquella jornada por nuestro equipo de Diario El Ovallino, en las cuales Bomberos y Carabineros debieron rescatar a un grupo de personas que se encontraban aisladas frente al mall Open Plaza, a lo que se sumaba la situación de aislamiento en que había quedado la localidad de Potrerillos Bajo, pues la crecida del río se había llevado dos puentes que la comunicaba con el casco urbano de Ovalle.
Pero no fue lo único: a la inundación que sufrió el balneario Los Peñones y las canchas del Complejo Deportivo Profesores, se sumaron los daños causados por inundación en la planta captadora de la empresa Aguas del Valle, lo que implicó que la capital limarina se quedara sin servicio de agua potable, situación que pudo ser solucionada sin embargo, ese mismo fin de semana.
La llegada a la zona del propio Ministro de Obras Públicas de la época, Alberto Undurraga, sumado a las acciones emprendidas por otras autoridades locales – pese a las críticas que en primera instancia había manifestado el alcalde Claudio Rentería respecto al aviso de evacuación preventiva de la ribera del río emitido por la Gobernación – lograron generar una mejor coordinación para abordar la emergencia.
INTERROGANTES POR LA CAÍDA DEL MURO
Con la presencia de las autoridades en el terreno, lo cierto es que muy pronto comenzaron los cuestionamientos por el derrumbe del peralte construido en la muralla del embalse en 2007.
“El daño se generó en esta pared nueva de 80 centímetros por una longitud de 200 metros. Esa es la (pared) que colapsó” dijo en su oportunidad el entonces gobernador provincial, Wladimir Pletocosic. El alcalde Claudio Rentería en tanto, aseguraba que desconocía la existencia de este muro adicional: “Eso contuvo las aguas, pero nunca se pensó que el río Hurtado traía 500 metros cúbicos de agua por segundo, e inmediatamente se produce la fisura” afirmaba en la oportunidad.
Ese mismo fin de semana, el propio ministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga aseguraba a los medios que se haría una investigación al respecto. “Queremos llegar a los responsables. Aquí se produjo un daño enorme a la ciudad y aguas abajo, además del riesgo de haber tenido consecuencias fatales” señaló el entonces secretario de Estado.
El propio ministro apuntó en su oportunidad a la propia Asociación de Regantes del Embalse Recoleta por lo ocurrido, pues “los administradores del embalse, privadamente al parecer, hicieron un agregado que evidentemente, no tenía las condiciones técnicas” aseguraba Undurraga.
HIPOTESIS Y DEFENSAS
Por aquellos días nuestro medio consultó a varios expertos para dar con una posible respuesta que explicara el derrumbe de una parte del peralte, y a la vez consultó la opinión de los propios regantes.
En efecto, ante los dardos que apuntaban hacia la asociación de canalistas, uno de sus directores, Juan Guillermo Farr explicó a nuestro diario que esta pared anexa fue construida para alcanzar un volumen de embalsado de 100 millones de metros cúbicos de agua, y que dicho proyecto fue debidamente informado a la Dirección General de Aguas como estima el reglamento para su fiscalización. No obstante, cabe señalar que la DGA planteó que no era la entidad idónea para este análisis y no emitió observación alguna.
“Se presentó una carpeta y un proyecto que duró muchos años y se llegó a la conclusión que ese muro debía hacerse” explicaba Farr a El Ovallino, insistiendo que “no hubo problemas estructurales, sino que fue la magnitud de las lluvias (…) En ese evento cayeron 130 milímetros en 48 horas, lo que cae en un año completo”.
Además, el directivo de la ACER explicaba que el agua que se desbordó producto de la rotura no era causal para generar una alarma pública ni la evacuación de la zona baja de Ovalle –rechazando implícitamente lo dicho por el ministro de Obras Públicas – pues “bajaron 500 metros cúbicos y la caja del río Limarí tiene una capacidad que supera los 2.500 metros cúbicos. Además existe protección de las defensas fluviales”.
No obstante, algunos expertos consultados por El Ovallino tuvieron una opinión más bien crítica en aquel momento.
Por ejemplo, Víctor Aros, docente del Departamento de Ingeniería Civil Hidráulica de la Universidad de La Serena, señalaba a El Ovallino que el diseño del muro caído “es inadecuado, no está hecho con criterios hidráulicos y con criterios estructurales: no resiste y no está hecho para que funcione con el agua”.
Por su parte, Waldo Oporto, ingeniero en Construcción y docente del CFT Santo Tomás, aseguraba a nuestro diario que dicho peralte no cumplió con su función de evacuar el agua, señalando que “quizás no se construyó bajo los estándares MOP, que son los estándares que deben regir la construcción de un embalse de esas características”.
Por otro lado, cabe recordar que las defensas fluviales están ubicadas del lado norte del río Limarí – hacia Ovalle -, sin embargo, la ribera sur – donde se ubican poblados como Potrerillos Bajo – carecen hasta el momento, de una protección de esas características.
Respecto de la investigación ordenada por la DGA, ésta ya se encuentra finalizada. ¿Y sus conclusiones, se preguntará Ud.? Esa es otra historia.