La disponibilidad de agua para el riego de los cultivos se está viendo reducida en gran parte del país, ya sea por los efectos de una población creciente con mayores necesidades de alimentos, competencia con otros sectores económicos y/o efectos del cambio climático.
La agricultura chilena requiere encontrar formas de adaptación a escenarios de baja disponibilidad hídrica, en ese sentido, el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), tiene un rol fundamental como centro generador de ciencia y tecnologías, mediante las cuales desarrolla soluciones para aumentar la eficiencia en el uso de los recursos hídricos disponibles.
Con este objetivo, INIA realizó un conversatorio dedicado a plantear los nuevos desafíos que enfrenta la agricultura chilena y cuáles podrían ser las líneas de trabajo para abordar de manera efectiva la gestión del recurso hídrico en la agricultura.
En la instancia, participaron investigadores de INIA de todo Chile, con visiones particulares desde sus territorios, junto a autoridades ministeriales, profesionales de otras dependencias del Ministerio de Agricultura, asesores, ejecutivos de fuentes de financiamiento y tomadores de decisiones.
“Este es un hito muy importante para nosotros y forma parte de las reuniones que les hemos denominado ‘Agendas del INIA’, para fijar una posición institucional frente a problemas relevantes para la agricultura nacional”, explicó el subdirector nacional de Investigación y Desarrollo de INIA Rodrigo Bravo, para quien el recurso hídrico “es uno de los temas más relevantes para la agricultura nacional”.
En este sentido, indicó además que es necesario “que la agricultura comprenda que el recurso hídrico es limitado (no infinito) y por lo tanto tenemos que generar ciencia y tecnologías que nos permita convivir y conservar el recurso en un contexto de cambio climático y no solo pensando en el uso actual, sino que también para las generaciones futuras”.
El Seremi de Agricultura, Hernán Saavedra, destacó la actividad realizada y se comprometió a coordinar un trabajo colaborativo entre los diferentes servicios del agro, puesto que considera que esto es fundamental para lograr una transferencia efectiva de las tecnologías y conocimientos desarrollados para los agricultores.
“La gestión de los recursos hídricos necesita llevar al agricultor a tener una mejor eficiencia hídrica durante la producción agrícola y de este modo permitir que acceda a una buena calidad de vida y por tanto siga viviendo en el campo. En ese sentido, la labor del INIA, la labor del Estado, de autoridades y privados, es establecer una sinergia que permita que la gestión de recursos hídricos sea eficiente ya que tenemos poca agua y debemos aprovecharla al máximo”, sostuvo.
Adaptarse a la oferta disponible
Si bien dentro del conversatorio se tocaron temas relacionados con la necesidad de ampliar la oferta y disminuir la demanda del vital líquido, una de las conclusiones fue que con el agua disponible y mejorando la gestión, se puede optimizar la eficiencia hídrica y por tanto la disponibilidad de agua para la agricultura.
“La principal apuesta es trabajar en mejorar su gestión y eficiencia, antes de pasar a otras soluciones que apuntan a aumentar su oferta a través de obras de gran inversión pública o que afecta a otros ecosistemas”, explicó Claudio Balbontín, especialista en riego de INIA Intihuasi.
Por su parte, Carolina Pañitrur, investigadora de INIA Intihuasi y encargada del Banco Base de Semillas de Vicuña, agregó que “el conversatorio permitió abordar el tema de la oferta y demanda de agua desde el riego, desde diferentes aristas y nos condujo a diferentes preguntas y desafíos que tenemos que abordar en el corto y mediano plazo”.