Por Omar Aguirre / Ovalle
Desde el viernes 25 de agosto y hasta el 2 de septiembre, se realizan en la localidad de Sotaquí, las celebraciones por la “Fiesta Chica del Niño Dios”.
En total son 9 días de celebración denominados “Novena” y en los cuales, las organizaciones de la localidad deben encargarse de todos los preparativos, responsabilizándose un día cada una. En cada jornada, se realiza una adoración al santísimo sacramento a las 19:00 horas y la santa misa a las 19:30 horas.
Se trata de una fiesta de santuario con gran concurrencia de feligreses, extendido comercio popular y múltiples bailes religiosos que han sido históricamente importantes.
Sobre esta celebración, Raquel Araya, presidenta de la junta de vecinos de Sotaquí, destaca que “para nosotros es sumamente importante esta conmemoración en el sentido religioso. Empezó con las distintas organizaciones del pueblo que cada día durante la Novena deben llevar sus ofrendas y hacer el rosario. En cuanto a lo comercial, hemos contado con el apoyo por parte del municipio para los puestos; este año se dio la oportunidad para las emprendedoras de Sotaquí que estaban bien motivadas”.
Por su parte, Juan Jiménez, uno de los organizadores del evento, comenta que “en el último día de la fiesta chica acuden siempre cerca de 15 mil personas. Este año estamos con una celebración especial porque el 10 de diciembre, el niño Dios cumplirá 150 años y nos estamos preparando para celebrar en la versión mayor que se efectúa en enero”.
Jiménez agrega que “el domingo 3, que es el día central de la fiesta, se realizan misas cada una hora y se realizan procesiones con la imagen del niño Dios por las calles del pueblo. Hacemos la invitación a devotos y peregrinos para que asistan a una de las fiestas religiosas más importantes de la región de Coquimbo”.
ORIGENES DE LA TRADICIÓN
El culto al niño Dios es una tradición que tiene sus raíces a comienzos del siglo XIX.
La leyenda, ampliamente difundida, cuenta que la imagen habría llegado al pueblo de Sotaquí recién en 1873, año en que la imagen pasó a manos de la iglesia.
Esta celebración se propagó por los alrededores y los lugareños de Sotaquí, quienes comenzaron a concurrir para suplicar al Niño Dios y pedir favores, sumando adhesión al credo local que acababa de nacer, lo cual hacían en todo el transcurso del año.
Para esta celebración es que a Sotaquí llegan grandes cantidades de visitantes y peregrinos provenientes de otras comunas de Limarí, la región de Coquimbo e incluso el país.