A sus 90 años de edad, el nombre y la figura del ingeniero agrónomo Jacques Chonchol Chait está indisolublemente asociada a uno de los mayores hechos políticos y sociales ocurridos en Chile durante el siglo XX: la Reforma Agraria.
Aquel episodio, que se inició durante el gobierno de derecha de Jorge Alessandri con una tímida ley de reforma agraria – tan tímida e impracticable que llegó a hacer conocida como la “Ley del Macetero” – culmina con la promulgación de una nueva legislación de reforma: la ley 16.640del 16 de julio de 1967, bajo el gobierno de Eduardo Frei Montalva, continuando posteriormente su aplicación, durante la administración de Salvador Allende, y con Jacques Chonchol como Ministro de Agricultura en ese momento.
En todo caso, en nuestro país, ya había habido, décadas antes, un antecedente al respecto, pues en 1939, el entonces senador del Partido Socialista, Marmaduque Grove había presentado un proyecto de reforma agraria que fue muy discutido en su época, pero nunca se aprobó. La sociedad chilena aún no estaba lista para dar un paso así.
Y es que no son pocos quienes señalan que la reforma agraria en Chile fue el mayor cambio político y social que vivió nuestro país desde la época de la independencia. En medio de un ambiente agitado y polarizado como era el Chile de los años 60, distintas visiones a favor y en contra, tiñen ese proceso histórico.
Ello, porque terminar con el latifundio, era en el fondo para quienes impulsaban la reforma, no sólo el camino hacia una agricultura desarrollada, dejando atrás un sistema de explotación agrícola de origen colonial absolutamente atrasado, sino que también era una lucha política: acabar con la hacienda, era acabar también con un poder de dominación e influencia que había sobrevivido, sin mayores cambios, a lo largo de cuatro siglos.
Es así, como a casi 50 años de la promulgación de la ley, Jacques Chonchol, quien también fue alto funcionario del Instituto de Desarrollo Agropecuario, Indap, durante el gobierno de Frei – en ese entonces era militante DC, pero renunciaría a la Falange para ingresar al MAPU – estuvo en nuestra región, participando de un coloquio que forma parte de un programa de conmemoración de este hito histórico elaborado por varias instituciones convocantes: Ministerio de Agricultura, Dibam, Organización de las Naciones Unidas para Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
Durante aquella jornada, el ex secretario de Estado conversó con nuestro medio en donde plasmó sus impresiones y sus recuerdos respecto a lo que fue este relevante hecho histórico.
-¿Cómo se fue gestando la idea de realizar una reforma agraria en el país?
“Cuando vino la conquista española, éstos se repartieron la tierras en grandes latifundios a través de varias instituciones de esa época. Una fue la Encomienda en que se encomendaba una serie de indios a cada uno de los conquistadores. Otra fue el repartimiento de tierras, y otra fue el Mayorazgo, donde la tierra lo heredaba elhijomayor y así se mantenía la unidad de la gran hacienda.
Ahora, esta gran hacienda predominó en todo Chile Central, desde Coquimbo hasta el Biobío, porque las zonas de más al sur de ese río, estaban todavía, en esa época, en manos de los mapuches hasta el siglo XIX, cuando ocurrió la denominada Pacificación de la Araucanía, y se les conquistó.
Pero en toda lazona central se mantuvo este sistema de haciendas, que daba mucho poder a sus dueños: poder político,poder económico y poder social, pero eran muy ineficientes desde el punto de vista productivo, y en los años 60 del siglo XX, no respondían ya a las necesidades del país.
Por ejemplo, Chile tenía que importar más alimentos que los que exportaba, y al mismo tiempo, el campesinadovivía en una situaciónmás o menos servil en los fundos: eran los famosos inquilinos, que eran trabajadorespermanentes que vivían aveces, por generaciones en los fundos, en condiciones muy pobres, en donde ni siquiera se les pagaba un salario, sino regalías en gran parte.
Pero no solamente vivíanpobremente, sino que además no constituían un mercado para los productos industriales, porque en esos años, se comenzó a plantear en Chile como en otros países de América Latina, la idea de que la industrializaciónrequería mercado, y que por tanto, había que incorporar al campesinado”.
-¿Cuál era el escenario a nivel político en ese momento?
“En esos años, la Revolución Cubana, que tuvomucha importancia en América Latina, hizoque el gobierno de Estados Unidos liderado por John F. Kennedy, en la famosa Conferencia de Punta del Este (1961), organizada por la Alianza por el Progreso, planteara a los gobiernos latinoamericanos la posibilidad de hacer reformas agrarias.
Eso hizo que el primer proyecto de reforma agraria en Chile comenzara con el gobierno de Jorge Alessandri, que no tenía en principio, ninguna intención de hacer una reforma agraria,pero se vio obligado a hacerla por las condiciones internacionales.
Y al mismo tiempo, venían creciendo las fuerzas en el campo de los partidos de izquierda, Socialista y Comunista, y en la Democracia Cristiana, todos los cuales planteaban realizar una reforma agraria.
Entonces la primera ley de Reforma Agraria (1962), que se le denominó‘ley del macetero’, porque no tuvo ningunaimportancia real, sí tuvo una importancia psicológica muy fuerte, porque resulta que antes, se decía quela reforma agraria era un invento de los comunistas, pero resulta que el primero que comenzó ahacer una reforma agraria fue un gobierno conservadorque era el de Jorge Alessandri.
Eso después se plasmó con la nueva ley de 1967, bajo el gobierno de Eduardo Frei Montalva”.
-Esa nueva legislación ¿Qué la diferenciaba de la ley anterior aprobada en 1962 bajo Alessandri?
“Planteaba condiciones mucho más radicales: limitó la propiedad a la tierra a una cantidad determinada que eran 80 hectáreas de riego básico en el valle del Maipo o sus equivalentesen otros tipos de tierra; obligó a que todas las tierras mal cultivadas o abandonadas, pudieran ser expropiadas; estableció también que las tierras no pudieran estar en manos de sociedades, sino que tenían que estar en manos de personas naturales; que todas las tierras en donde el Estado hiciera obras de riego se expropiaban esas tierras y se las devolvía a los agricultores una parte mínima, si tenían derecho de reserva en tierras regadas, y el resto eran para la reforma agraria.
Y al mismo tiempo se estableció por esa misma ley que las aguas ya no serían privadas, sino que serían un bien nacional de uso público. Había derecho a uso, pero no derecho a propiedad sobre las aguas.
Y con esa ley se empezó en la segunda parte del gobierno de Frei a profundizar la reforma agraria lo que se continuó en el gobierno de Allende hasta que vino después el golpe de Estado, y ahí se paró todo el proceso.
Pero en definitiva, a pesar de que se detuvo el proceso con una contrarreforma agraria se terminó para siempre con ese viejo sistema latifundista que era muy ineficiente desde el punto de vista social y económico, y se crearon otras condiciones para el desarrollo de la agricultura chilena, aun cuando el fenómeno de la concentración de la tierra se estávolviendo a producir de una manera importante”.
-Cuando en 1970, la Unidad Popular llega al poder, ¿cuál era la mayor preocupación que Ud, como ministro de Agricultura, y el Presidente Allende tenían respecto a la marcha de la reforma?
“La verdad es que el Presidente Allende no tenía mayoría en el Congreso. Entonces cuando llego el gobierno de la UP, decidió aplicar la misma ley de Eduardo Frei, que venía del año 67. Y con eso prácticamente se terminó el gran latifundio, se expropiaron como 6 millones y medio de hectáreas, mas unas 3 millones y medio que se había expropiado con Frei, y prácticamente el latifundio para ese momento, ya había desparecido en Chile, salvo en algunos lugares donde había predios muy privilegiados, ya sea los grandes predios vitivinícolas por ejemplo, que eso no se expropió porque justamente se quería conservar y desarrollar la actividad vitivinícola, que era un patrimonio de Chile que venía desde mucho tiempo, y que se siguió desarrollando posteriormente”.
-¿Cómo impactó este proceso de cambios en el campesinado?
“Junto con la ley de reformaagraria, en el mismo año 67 se votó una ley sindical que permitía la organización de sindicatos campesinos que se llamaban Comunales: bastaba que 100 campesinos que habitaban una comuna, se pusieran de acuerdo y podían constituir un sindicato. Entonces eso desarrolló mucho el sindicalismo rural; llegaron a haber más de 300 mil campesinosorganizados en sindicatos.
Entonces con las dos leyes, la ley de reforma agraria y la ley de sindicalización campesina, se modificaron mucho las condiciones sociales y económicas en el campo”.
-Entre las diferentes críticas que se la han hecho al proceso de reforma agraria, una de las más recurrentes es que a los campesinos se les dio tierra, pero no capacitación para trabajarla.
“Eso es falso. En primer lugar la capacitación no se puede dar de la noche a la mañana, es un proceso mucho más lento, pero entones se mejoró mucho, hubo muchos programas de alfabetización. Inclusive se utilizaron métodos de alfabetización de un gran educador brasileño como fue Paulo Freire.
Se hizo una capacitacióncooperativa, pues había una ley de cooperativascampesinas que era muchomás favorable, había una serie de funcionarios que trabajan en cooperativas. También se promovió por parte de Indap, lasorganizaciones y sindicatos rurales.
Pero indudablemente, la capacitación no es inmediata, pero el proceso se inició de una manera muy significativa yhoy día, no me cabe la menor duda que el campesinoactual no es el que había antes”.
-En relación a la región de Coquimbo y al Limarí, en particular ¿Cómo se llevó a cabo el proceso de reforma agraria?
“Aquí en el Limarí y en la región en general, lo que yo recuerdo es que los primeros fundos que pasaron a la reformaagraria fueron justamente durante el gobierno de Alessandri, porqueese gobiernoestableció que todas las tierras fiscales tenían que pasar a la Caja de Colonización para la reforma.
Entonces por ejemplo, habían en la provincia del Choapa una serie de fundos que eran de la Beneficencia, y esos fundos pasaron a la Caja de Colonización y, por tanto, fueron los primeros que entraron al proceso.
Después hubo otras haciendas que se expropiaron, pero aquí fundamentalmente, lo que predominaba eran las típicas comunidades agrícolas del Norte Chico, las que, a causa de problemas de pobreza y de producción, se les dio asistencia a través de Indap fundamentalmente.
Ahora, el sistema de comuneros de esta región es distinto al sistema de comunidades indígenas del sur, porqueestascomunidades del Norte Chico no son de origen indígena, sino de origen español”.
-Casi 50 años después ¿Qué rescata de lo que fue el proceso de Reforma Agraria?
“Yo creo que tiene un gran mérito: terminó para siempre con un sistema que existía desdela época de la Colonia y que no se modificó durante la época de la Independencia. El gran latifundio creaba mucho poder político y era muy improductivo. Eso se terminó para siempre.
Ahora, con la contrarrevolución que vino después, no se pudo desarrollar un movimiento de pequeñosagricultoresorganizados en cooperativas,que era muy significativo y muy importante, y de paso, también se terminó con el movimiento sindical, porque lo que hizo la dictadura fue suprimir todos los sindicatos y la ley de reforma agraria. Eso fue todo barrido”.
-¿Y cómo ve la marcha de la agricultura hoy en día, marcada por problemas graves como la disminución del recurso hídrico y la pérdida de suelo fértil?
“Yo creo que la agricultura hoy tiene grandes desafíos.
En primer lugar, tiene una orientación productiva correcta en el sentido de producir productos de alto valor agregado como frutas, vinos, etc, que tienen la ventaja de que, como Chile está en el hemisferio sur, es una especie de ‘California del sur’, pues estamos en verano cuando el hemisferio norte está en el invierno. Entonces hay posibilidades de exportación con muy buenos precios. En ese sentido es muy positivo.
Pero hay dos o tres cosas negativas que se están produciendo: primero, una nueva concentración de la tierraen manos, ya no de agricultores individuales, sino muchas veces de sociedades; segundo, el agua, porque como se terminó con la ley de reforma agraria que establecía que éstaera un bien nacional de uso público, se ha ido privatizando, y no solo en manos de agricultores, sino en manos de mineras u otras empresas, situación que, junto a la sequía, ha generado una serie de conflictos en distintas regiones.
Y lo otro que me parece bastante grave, es que se estáproduciendo una urbanización y una parcelación de muchas de lasmejores tierras agrícolas cercanas a las ciudades, a través de estas famosas ‘parcelas de agrado’, y eso significa una pérdidade tierra útil en un país que tiene muy poca tierraagrícola como es Chile. A esto indudablemente, hay que ‘ponerle coto’, porque si no, en algunas decenas de años nos vamos a quedar sin tierra fértil”.