Jornada recreativa en Aeródromo Tuquí despliega alegría en asistentes

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    Jornada recreativa en Aeródromo Tuquí despliega alegría en asistentes

    Emoción y gratitud fueron los dos principales componentes de lo que se vivió la jornada de este sábado en el Aeródromo Tuquí de Ovalle, donde los socios del Club Aéreo de Ovalle brindaron nuevamente la posibilidad para que la infancia cumpliera uno de los sueños más característicos de la raza humana: volar.

    La instancia, totalmente gratuita, tuvo como protagonistas a niños, niñas y jóvenes de establecimientos educacionales rurales de Ovalle y Punitaqui y a residentes de los hogares de menores Niño y Patria, San José y Divina Providencia de dependencia del Servicio Nacional de Menores (Sename).

    Verónica Zárate, directora regional de Sename manifestó su gratitud a la invitación que les extendiera el Club Aéreo, “los niños han estado felices viviendo esta experiencia. Para muchos de ellos fue una experiencia nueva; la idean es abrirles perspectivas a ellos, agradecemos la oportunidad y la acción social que realizan, sobretodo en beneficio de ellos que están en situaciones de vulneración”, indicó.

    Por su parte, John Turner, presidente del Club Aéreo de Ovalle, explicó que para desarrollar esta actividad conocida como “vuelos populares”, fue necesaria la colaboración del Club Aéreo de La Serena, Carabineros de Chile y particulares. La idea es mostrarles a los niños que hay otras actividades que ellos pueden valorar como es la aviación. Es una actividad que hacemos en conjunto con otros clubes aéreos; es sin costo para nadie, los costos lo asumimos nosotros junto a la Federación Aérea. Tenemos que hacer horas de vuelo, y esto está dentro de las políticas nuestras de que ellos tengan la experiencia de volar”, detalló.

    Ambos encargados de los hogares de menores de Ovalle, Lino Pérez (Fundación Niño y Patria) y Evelyn Cofré (Hogar San José y Divina Providencia) destacaron la instancia brindada a los niños y jóvenes de entre tres y 24 años que se hospedan en sus residencias.

    Escuelas rurales

    Quienes también pudieron disfrutar de esta aventura que se extendía por un periodo aproximado de 15 minutos sobrevolando la ciudad de Ovalle, fueron estudiantes de diversos establecimientos educacionales de la comuna de Punitaquí y Ovalle a quienes el Club Aéreo les extendió la invitación a través de los departamentos de educación municipal de cada municipio.

    En el caso de Punitaqui se otorgaron 35 cupos para ser distribuidos entre la Escuela Bélgica, Liceo Alberto Gallardo Lorca, Teresita de Los Andes , Sol Naciente , Hijos de El Peral, Higuera de Punitaqui; varios de ellos de extrema ruralidad.

    Sandra Olivares, docente de la escuela Sol Naciente del Divisadero de Punitaqui, se trasladó junto a tres estudiantes de octavo, sexto y cuarto básico hasta el Aeródromo Tuquí para que ellos pudiesen vivir esta experiencia en controbución a su destacado rendimineto acádemico que fue el filtro que se utilizó para poder ocupar los tres cupos que pertenecian a la escuela.

    “Se eligió a quienes tenían mejores notas. Ha sido toda una novedad, estamos felices todos, contentos, y los padres también”, relató.

    Otro docente que contó su relato fue Elías Castillo director Escuela San Antonio de la Villa de Ovalle, “escogimos a alumnos de distintos cursos que pudieran experimentar esta maravillosa experiencia. Ha sido una oportunidad para ellos que los ha llenado de emoción y alegría y que recordarán por siempre”.

    Pero también hubo oportunidad para los niños que pertencen al programa 4-7 donde ellos son cuidados luego de clases. “Nos gustó mucho que nos consideraran como programa”, indicó Jeanette Araya,monitora de Punitaqui.

    El vuelo

    Para Tomás Gómez, estudiante de la Escuela Bélgica de Punitaqui haber tenido la oportunidad de volar fue “maravilloso” y recomendó la experiencia, “me gustaría que se repita”, declaró.

    Por su parte, Florencia Cortés, alumna de la Escuela San Antonio de la Villa, afirmó que durmió bastante poco la noche previa al vuelo, “me sentí feliz de volar por primera vez, y fue muy emocionante vivir esa experiencia con mis compañeros”.

    Finalmente, Rubén Gottreux, uno de los pilotos reconoció que poder brindar esta oportunidad apunta a inculcar el amor por la aviación.