Joven montepatrina se recupera de exitoso trasplante de hígado

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    Camila Cortés ha sufrido complicaciones al hígado durante gran parte de su vida. Por estos días continuará internada en el Hospital Clínico de la Universidad de Chile a la espera de ser dada de alta.

    “Mi única opción para seguir con vida es un trasplante. Al oír mi realidad sentí que se derrumbó el mundo a mis pies”, escribió Camila Cortés en el mes de julio del año pasado en un grupo de Facebook, aquello sin saber que su publicación se viralizaría en redes sociales.

    Sin embargo, catorce meses después de ese hecho, su vida ha dado un vuelco en 180 grados, ya que el pasado 1 de septiembre se confirmó que el hígado encontrado para ella era compatible y finalmente en el Hospital Clínico de la Universidad de Chile se materializó la tan esperada cirugía que cambiaría su vida y le devolvería la salud que tanto ha buscado desde que era sólo una niña.

     

    HISTORIAL MÉDICO

     

    Recordemos que los problemas médicos de la joven oriunda de Chañaral Alto en Monte Patria, se iniciaron el año 2004, cuando se descubrió que tenía una hepatitis autoinmune crónica. Ella había pasado su adolescencia y niñez bajo constante supervisión médica, debido a esa condición. Además hace sólo meses atrás se le diagnosticó una cirrosis hepática, por lo que los médicos tratantes consideraron que la joven debía ser trasplantada.
     

    POSITIVA EVOLUCIÓN

     

    Tras esta anhelada cirugía, Lucy Rojas, madre de Camila, explica que “ha evolucionado súper bien, sólo tuvo pequeñas complicaciones al principio debido a la magnitud de esa intervención”.

    Pese a enterarse de la aparición de un órgano para ella, la joven se lo había tomado con cautela, a raíz de que hace un tiempo atrás también había sido llamada pero finalmente el trasplante no se había concretado. “En esa oportunidad llegamos al hospital en Santiago y analizaron el órgano pero venía infectado. Por eso no pudo ser trasplantada”, recuerda Rojas.

    Afortunadamente esta vez el escenario fue distinto, incluso declara que antes de terminar la cirugía, un médico le había dado luces del potencial éxito de esta intervención. “El doctor me dijo que era compatible, que calzaba perfecto y no había ninguna complicación” dijo.
    Un hecho que llenó de alegría a la familia fue que ocho días después del trasplante, Camila abandonó la Unidad de Cuidado Intensivo.  Ahora se encuentra en el Servicio Intermedio Quirúrgico y luego sería trasladada a la Unidad de Gastroenterología, en donde se realizarán tres sesiones y terapias. 
    Rojas espera que con el paso de los días esta evolución siga viento en popa. “Hay que tener fe. Camila se sorprendió porque fue el mismo doctor el que dijo ‘dele gracias al de arriba’”. 

    Por otro lado, la comunidad montepatrina- de la que es oriunda la familia- ha estado atenta a este importante paso en la salud de Camila. “Incluso por radio dieron a conocer el trasplante, estaban todos orando. He recibido  muchas muestras de apoyo a través de Facebook, en Whatsapp nunca había recibido 200 mensajes”, dice. 

     

    LLAMADO A DONAR

     

    Rojas concluye su testimonio entregando un mensaje a la comunidad local sobre la importancia de la donación de órganos. “Gracias a Dios se cumplió un sueño y es una realidad. Es desesperante cuando el órgano no llega y se va deteriorando la persona. Le digo ‘sí’ a la donación de órganos porque a la larga el donante se va al cielo pero un pedacito de ella va a seguir viviendo en otra persona. Los receptores tienen otra oportunidad de seguir viviendo. Le doy mil gracias a la familia que hizo que quien partió donara los órganos, gracias a eso le llegó el hígado a mi hija y ella volvió a nacer, tiene otra postura de la vida, incluso se proyecta. Es una emoción demasiado grande que todavía no puedo asimilar, creo que lo haré recién cuando tenga  a mi hija en la casa”.