Por Luciano Alday Villalobos / Ovalle
Un verdadero calvario ha vivido la madre ovallina Isabela Véliz junto a su hija de un año de edad, quien recibió una de sus vacunas con un diluyente distinto al que correspondía. La familia está molesta por este hecho propiamente como tal, pero también por la tardanza de soluciones en el caso.
Todo se remonta al 15 de septiembre de este año, fecha en que la pequeña recibiría según el calendario de vacunación las dosis de tres vírica, neumonía y meningitis. Para cumplir con aquello se dirigieron desde su casa en el pueblo Limarí hasta el Centro Comunitario de Salud Familiar (Cecosf) de dicha localidad.
Desde un principio la madre notó algo raro cuando las atendió una enfermera distinta a las ocasiones pasadas. Según relata Isabela, su hija realizó un movimiento que provocó que el líquido de la vacuna no lograra ser inyectado, acto seguido, la enfermera con la misma aguja habría vuelto a pinchar el brazo de la pequeña.
Tras administrar las otras dos dosis se retiraron a su hogar preocupadas, lo que se acrecentó durante la tarde cuando recibieron la visita de la enfermera en cuestión y un médico, quienes le informaron de un “error programático”.
La equivocación fue en el diluyente utilizado en una de las vacunas, el cual no habría sido el correcto. En la vacuna tres vírica se habría usado el líquido destinado para la dosis de la varicela.
La madre acusa que desde ese momento se molestó con el manejo del caso. Tras una revisión con estetoscopio, los profesionales se habrían retirado sin dejar alguna notificación formal por escrito.
Esa noche Isabela no pudo dormir bien pensando en que su hija podría verse afectada por una infección, o en el peor de los casos, morir. Al día siguiente volvió al Cecosf para hablar con la enfermera y conocer detalles de lo sucedido, en esa conversación la profesional habría confesado que trabaja habitualmente en el Cesfam Marcos Macuada y que por mucho tiempo no habría efectuado vacunas, por lo que no se sentía preparada, “su disculpa fue más grave, porque ella asumió que no estaba preparada y lo hizo igual, entonces yo me enojé”, señala Isabela.
Hurgando respuestas
Ante esta situación la madre siguió buscando información con la pediatra de su hija y una doctora especialista en infectología en una clínica de Santiago, quienes coincidieron que la pequeña debía recibir una dosis contra la meningitis como solución al problema.
La madre continúo con su búsqueda de respuesta, por lo que se consiguió el contacto de las encargadas de las enfermeras de la comuna, quienes le manifestaron que no tenían conocimiento del caso, pidiendo un tiempo para recopilar mayor información y así poder ayudar.
Semanas más tarde, tras la insistencia de la familia afectada, la Seremi de Salud determinó que la pequeña debía ser vacunada contra la neumonía, lo que fue rechazado por la madre, considerando la recomendación de la pediatra y doctora contactadas con anterioridad.
“Les dije que me estaban faltando el respeto, nadie se comunica conmigo, nadie me informa nada, tengo que estar llamando yo para saber que está pasando con el caso de mi hija. Yo me informé y tengo los medios para tratar de hacer algo, hay mamás que no tienen eso, si a mí no me preocupara el caso quedaría totalmente abandonado”, apuntó Isabela.
“Mi hija se podría haber muerto o tener alguna infección, gracias a Dios no pasó, mi hija hasta ahora no tiene sus vacunas, esa es una parte de mi molestia, pero también molesta todo el protocolo, he gastado plata y tiempo, hasta el momento no han hecho nada, entonces hay una molestia mucho más profunda que la propia vacunación, cómo es posible que te vacunen mal un hijo y no te traigan un informe con todo lo que pasó, yo recurro al diario porque esta información le puede servir a más personas, esto no es un caso aislado, día a día pasan errores programáticos”, agregó la madre.
El próximo lunes 22 de noviembre hay pactada una reunión entre la Seremi de Salud, el Departamento de Salud Municipal y las afectadas, pero desde ya Isabela advierte que no descarta acciones más drásticas, como una demanda, en caso de que la solución se siga postergando.