La modernización del Programa de Alimentación Escolar (PAE) por parte de la Junaeb, no ha sido aceptada de buena manera por parte de las manipuladoras de alimentos de país. Y es que en todo Chile se realizaron protesta y movilizaciones de parte de estas funcionarias, quienes exigen una mejora laborar urgente.
Esto mismo se repitió en la comuna de Ovalle, donde decenas de manipuladoras de alimentos se manifestaron a las afueras del recinto de Junaeb – ubicada en calle Vicuña Mackenna- con pancartas, lienzos, silbatos, cacerolazos y cortando por algunos minutos la circulación de vehículos en dicha intersección.
Asimismo, quienes participaron de estas exigencias en la “Perla del Limarí” no solo fueron convocadas de Ovalle, sino que desde las ciudades de La Serena, Coquimbo y de las comunas de Rio Hurtado, Guanaqueros, Andacollo y Tongoy. Así lo explica Rocío González, primera directora del Sindicato de Manipuladoras de Alimento Merkén Spa de la comuna.
“Nosotros estamos en estos momentos frente a Junaeb porque rechazamos la nueva incorporación de la modalidad del PAE, mientas que no se considera como una nueva modalidad las mejoras sustantivas a nuestros lugares de trabajo, cocinas, bodegas y otras instalaciones, nosotros vamos a estar siempre luchando por nuestros derechos y por visivilizar la realidad que estamos viviendo las manipuladoras”, explicó.
Avances pero a qué costo
Es bien sabido que los avances y modernizaciones de planificaciones estatales son en pro de la comunidad. Sin embargo, para las manipuladoras de alimentos no es así, ya que si bien se está modernizando el programa PAE, no está ocurriendo lo mismo con sus sueldos, horas de trabajos, las bodegas y hasta los mismos puestos de trabajos.
“Toda modernización debe ir de la mano de la restauración de la infraestructura digna y acorde a nuestra labor de profesional. Invitamos a Junaeb, al Ministerio de Educación y a toda la comunidad escolar a tomar cartas en el asunto y de una vez por todo visibilizar las malas condiciones de las cocinas y comedores en donde se desarrolla la alimentación de niños y jóvenes que son el futuro de nuestro país”, enfatizó Rocío González.
Además, puntualiza que se deben fiscalizar el cómo son las bodegas donde almacena los alimentos y otros utensilios. También las cocinas que son muy pequeñas para desempeñarse adecuadamente y que no poseen ninguna ventilación en estos momentos que se acerca una futura tercera ola del coronavirus.
“Si bien ahora nosotros estamos trabajando con el covid-19, con registros y todo, se nos está cargando cada vez más la mano y el próximo año será peor. Y la única manera es que estemos al frente del correo donde esta Junaeb, para que ellos vean que esto es a nivel nacional, desde Arica a Punta Arenas. Le pido que vean la realidad, que vayan a la cocinas y vean lo chicas que son, las bodegas y más. Y como están sin ventilación trabajando nuestras compañeras primero tienen que ver eso, antes de meternos un estándar PAE”, aseguró Rocío.
Problemas de años
Esta no es una dificultad nueva para las manipuladoras de alimentos del país. Y es que en el año 2014-2015 también hubo una disputa con respecto a las mejoras laborales, comenta Marcela Hernández, tesorera del Sindicato de Manipuladoras de Alimento Merkén Spa de la comuna.
“Nosotras las manipuladoras éramos como trabajadoras temporeras nos hacían el contrato desde el 1 de marzo o el 5 del mismo mes que era cuando empezaban a funcionar los colegios y terminaban el 10 de diciembre, cuando finalizaban las clases. En enero y febrero no había sueldo del trabajo y nos volvían a recontratar en marzo”, añadió.
Al paso del tiempo y después de movilizaciones se llegó a un consenso en el cual las manipuladoras de alimento tendrían un contrato indefinido, el cual sin duda les otorgo parte de la estabilidad económica que necesitaban.
“Después de un tiempo llegamos a que sería un contrato indefinido. Cada empresa nos licita por una cantidad de años y se supone que la manipuladora es contratada el 1 de marzo hasta que termina la licitación”.