Por Viviana Badilla Vargas.
Complejo ha sido el panorama actual para los centros de salud de todo el mundo, ya que se han visto sobre pasados totalmente, debido a la alta demanda de pacientes contagiados que ha surgido como consecuencia de la pandemia del coronavirus.
Y es que esto ha sido la tónica en las clínicas y hospitales del país, en los cuales los funcionarios de estas instituciones, han tenido un extenso y arduo trabajo en sus respectivos turnos.
Tal es el caso de la matrona Scarlet Fuentes Zamorano (25) y la técnico en enfermería (TENS) Ana Maria Estay (49), quienes se desempeñan en el área de ingresos maternales del Hospital Provincial de Ovalle.
Por un lado, la matrona Scarlet, proviene de Concepción para prestar ayuda en el periodo de pandemia, mientras que Ana Maria, ejerce su labor hace más de 30 años en el centro de salud de la comuna. Ambas han tenido que adaptarse a estos nuevos protocolos, que sin duda alguna, ha sido un nuevo desafío de aprendizaje para las dos.
“Yo llegué el tres de junio a Ovalle para prestar ayuda en este periodo, y claramente esta situación ha sido compleja, ya que yo soy una persona que le gusta acompañar y dar muestras de cariño a sus pacientes, cosas que hoy en día no se puede hacer debido a los reglamentos de seguridad que existen, por ende solamente puedo ofrecer una contención emocional en estos momentos, lo cual me entristece”, comentó Scarlet.
Por otro lado, Ana Maria, explica cómo ha sido la adaptación a las nuevas medidas sanitarias y el traslado de hospital que hubo hace unos meses.
“Desde que comenzó la pandemia hemos sufrido muchos cambios, partiendo por el cambio de hospital, ya que fue difícil para mí, por el tiempo que llevo en el servicio y que llevaba en el antiguo edificio. Y posteriormente se le suma a esto las nuevas medidas de seguridad y el familiarizarme con los nuevos protocolos que se han implementado actualmente”, aseguró Ana Maria.
Asimismo, la nueva forma de atención a las mujeres que se encuentran en periodo de parto también ha sufrido grandes cambios, ya que los funcionarios y funcionarias que se desempeñan en la sección de maternidad deben ser rigurosos antes cualquier indicio de covid-19 en sus pacientes.
“En primera instancia, nuestras pacientes tiene que realizar un flujo grama, el cual consta de la entrega de un papel donde se nos indican que no viene con síntomas respiratorios. Posteriormente, cuando ellas ingresan a urgencia, la paramédico le vuelve a realizar unas consultas y un nuevo rastreo para ver si tiene o no contacto con algún paciente con coronavirus o con síntomas de coronavirus. Si la paciente responde que sí, se activa el flujo en donde la tenemos que tratar como positiva o sospechosa, y luego se aísla en una sala y con materiales de trabajo solo para ella”, puntualizó Scarlet.
Cabe destacar que las medidas de seguridad que están utilizando estas dos profesionales de la salud, son el lavado constante de manos con alcohol gel, doble pares de guantes, mascarillas, caretas faciales, uniforme quirúrgico, la barrera de distanciamiento y la higienización de todos los implementos utilizados. Sumándole a esto, si es que una paciente viene con una supuesta sospecha de covid-19, el flujo grama se realiza en cuestión de minutos, para que esta sea internada de forma rápida y evitando futuros contagios.
Si bien, la atención y protección de las pacientes es lo primordial para el personal de maternidad, también hay que destacar lo que ellas tiene que vivir, ya que al igual que todos, son seres humanos que tiene una vida personal, la cual se ha visto afectada de gran manera en estos últimos cinco meses.
“Siempre está el temor, de poder traer el virus a mi hogar, ya que mi madre es adulta mayor y mi esposo tiene una patología cardiaca. Lo cual me causa mucho miedo, pero a la vez trato de cuidarme bastante para que esto no suceda”, puntualizó Ana Maria.
Por último, si bien es complejo vivir una situación con el miedo de poder contagiar a sus seres queridos, el tenerlos lejos también es sumamente significativo, ya que la familia es el principal motor del personal de salud.
“Tengo a mi hijo y a mi familia en Concepción, y yo me vine a trabajar para acá por que necesitaban ayuda y justo se dio la oportunidad de trabajar en Ovalle. En un comienzo no conocía a nadie y fue complicado, ya que estoy sin mi red principal de apoyo, que es mi familia y mi hijo”, finalizó la matrona Scarlet.