La muerte de joven ovallino que se convirtió en enigma

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    La muerte de joven ovallino que se convirtió en enigma

    “Traté de investigar por todos lados, pero nunca nadie se atrevió a contarme la verdad, han pasado años y nunca supe por qué murió mi hijo”, señala Sandra Tello, madre de Rodrigo Carvajal, joven encontrado fallecido en un cerro en marzo del 2002.

    Acongojada, la madre del “Rulo”, como lo apodaban, recuerda este caso que se convirtió en un enigma policial. Sobre lo acontecido, los medios de prensa de la época exponían que el muchacho se encontraba junto a un grupo de amigos intentando perpetrar una plantación de marihuana.

    En ese momento los guardias del terreno habrían salido a ahuyentarlos con escopetas, por lo que los muchachos debieron correr. Al huir Rodrigo habría sufrido un paro cardiorespiratorio. Sin embargo, de aquel episodio quedaron muchas interrogantes.

    Rodrigo Humberto Carvajal Tello (23), ex estudiante del Colegio Amalia Errázuriz, salió de su casa en la población José Tomás Ovalle en la mañana del 12 de marzo y su cuerpo fue hallado al día después sin vida en una quebrada de difícil acceso, en las cercanías del Maqui de Quiles, comuna de Punitaqui.

    Su madre recuerda que “ese día salió en la mañana, se despidió de mí y me dijo que saldría con una niña. Pasaron las horas y lo empecé a llamar desde mi trabajo y nunca contestó, después me fui a la casa a almorzar y tampoco llegó. Pasó la tarde, lo llamé donde todos sus amigos y no sabíamos nada, hasta que comenzaron a dar las noticias en la televisión y me comencé a preocupar mucho.

    Luego llamó un amigo y nos cuentan que Rodrigo había sufrido un accidente, salí en su búsqueda, llegué a la PDI y me dijeron que lo buscara durante 24 horas y después de eso podría hacer una denuncia por presunta desgracia, le pregunté a sus amigos y ninguno me entregó una respuesta clara.

    Mientras lo buscaba en la población Villalón nos fuimos a Carabineros, desde donde nos mandaron a la tenencia de carretera (Ruta 5 Norte), allí nos dijeron que efectivamente Rodrigo había tenido un accidente, pero que no podíamos acceder al lugar”.

    Es ese momento Sandra no entendía qué pasaba con su único hijo. “Me vine a Ovalle pero jamás pensé que era grave lo que había ocurrido. De hecho pensé en un momento que mi hijo podía estar en una casa en Guanqueros”, remarcó.

    El 13 de marzo la mujer volvió en busca de su hijo, en compañía de su esposo. “Llegó Carabineros a esa quebrada, yo comencé a buscarlo y gritarlo por los cerros. Ahí nos dijeron que lo habían encontrado muerto, no les creí y seguí gritando para encontrarlo.

    Luego seguí a los carabineros y vi a mi hijo arriba de una roca desnudo, estaba muerto, ahí lo taparon y no dejaron que estuviéramos en el sector”.

    La investigación 

     La fiscalía de Ovalle indagó en las causas de la extraña muerte del muchacho, pero la investigación no dejó tranquila a la familia.

    La autopsia arrojó que la muerte se produjo a una insuficiencia cardiorespiratoria (infarto al miocardio). Meses más tarde se realizaron nuevos exámenes que indicaban la participación de terceras personas en el deceso.

    Incluso se exhumó el cuerpo y se envió hasta España, donde realizaron nuevas pericias, pero como los profesionales a cargo no contaban con todas las autorizaciones, éstos fueron expulsados de Europa, siendo devueltos a Chile, y el cadáver quedó retenido.

    A trece años de lo sucedido la madre del “Rulo” aún espera justicia. “Nadie me daba respuestas, la fiscalía dejó de investigar, sus amigos no me contaban nada y por eso creí que a mi hijo lo mataron. Pasaban los meses y escuché que a Rodrigo lo mataron unos narcotraficantes, pero hasta la fecha no sé qué realmente ocurrió”, finalizó Sandra Tello.