El nivel de embalses ya comienza a bajar: Sólo dos de ellos se encuentran en 100%

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    El embalse más grande de la región (La Paloma, con capacidad para 750 millones de metros cúbicos), está en buena situación hídrica, en un 73% de su capacidad total.

    Después de un año 2017 que dejó lluvias históricas en la región y por consiguiente, los embalses de la zona en uno de sus más altos niveles, ad portas del invierno, los ocho tranques de la zona ya comienzan a ver sus estados de lleno a la baja.

    Así lo confirmó el último Informe Hidrométrico de la Dirección General de Aguas de la Región de Coquimbo, que muestra que al 31 de marzo, sólo dos embalses están en su 100%. Esto, después de que en enero de este año cinco de los ocho tranques de la región estuvieran en su capacidad máxima y totalizaran 1.159 millones de metros cúbicos de agua, teniendo a los embalses en un 90% de llenado. Sin embargo, tres meses después el nivel bajó a un 79%.

    EL DETALLE DEL NIVEL DE LOS TRANQUES

    Así, La Laguna y Puclaro son los dos tranques que muestra un lleno total, sumando 238,56 millones de metros cúbicos de agua. Le sigue en porcentaje Recoleta (91%) y el Bato (88%), con 101,17 millones de metros cúbicos. Por último, Cogotí (82%), Culimo (73%) y Corrales (51%), que suman 162,04 millones de metros cúbicos de agua embalsada.
     
    EL ESTADO DE LA PALOMA

    En tanto, el embalse más grande de la región (La Paloma, con capacidad para 750 millones de metros cúbicos) está en buena situación hídrica, tranque por lo demás en el que se afirma la región en términos de suministro. Al 31 de marzo totaliza un 73% de su volumen, es decir 546,84 millones de metros cúbicos. Hay que destacar que hace un año, este embalse sólo sumaba 327,97.

    PESE A QUE NIVEL ES MEJOR QUE AÑOS ANTERIORES, LA SEQUÍA SIGUE

    Si se compara la situación de los embalses de la Región de Coquimbo con la de años anteriores, este 2018 es bastante positivo en términos de agua embalsada. Sin embargo, los expertos advierten que la sequía no se ha acabado. Luis Lohse, presidente de la Junta de Vigilancia de Choapa, explica que la situación es preocupante. “Si bien se podría esperar una muy buena situación hídrica ya que se registraron importantes precipitaciones durante 2017, la precipitación nival fue escasa, afectando directamente la acumulación de nieve y generando como consecuencia una disminución de los caudales de agua en el río Choapa”, señala Lohse, lo que significó que los caudales del deshielo fuesen muy bajos.

    Con todo, los vigilantes coinciden en que todos sus esfuerzos están enfocados en mantener asegurado el riego durante toda la próxima  temporada y esperan una recuperación de todos los embalses con las lluvias esperadas para este invierno.