Dentro de unos pocos días, finalmente la comisión mixta del Congreso Nacional comenzará a analizar los principales puntos pendientes de la reforma laboral, tal como quedó establecido tras la última votación en tercer trámite del proyecto de ley ocurrida la semana pasada.
Así las cosas, mientras el gobierno defiende la reforma, desde la oposición, el mundo sindical y los empresarios, las críticas no dejan de llegar, aunque los motivos y la relevancia de temas que plantean no sean los mismos para cada uno de ellos.
En ese contexto, desde la Central Autónoma de Trabajadores, CAT, su presidente nacional, Oscar Olivos, quien estuvo de visita en Ovalle, llamó a poner el foco de atención en los trabajadores, quienes a su juicio, debería ser el principal foco de la reforma.
Junto con criticar al gobierno por haber elaborado este proyecto de ley junto con la CUT sin consultar a las otras centrales sindicales existentes en el país – entre ellas la CAT – Olivos es tajante al decir que, desde su creación como institución, el objetivo ha sido la creación de un nuevo código laboral, reemplazando de plano al denominado Plan Laboral de 1979, impulsado por el entonces Ministro de Trabajo, José Piñera.
“El código laboral que nosotros tenemos fue impuesto en un momento difícil de nuestra historia, pues no había posibilidad de apelar. Y los gobiernos de la Concertación, el gobierno de Piñera y ahora el gobierno de Bachelet, han hecho algunas pequeñas pinceladas en el sentido de maquillar dicho código, pero el concepto de fondo sigue siendo desequilibrante para el trabajador” asegura Olivos.
Es más, para el máximo dirigente de la CAT, con la reforma “no va a haber equilibrio entre empleador y trabajador” señala, refutando una de las promesas del Ejecutivo, quien señala que con esta reforma, se busca emparejar la cancha para el mundo laboral.
Adecuaciones vs reemplazo
Para Oscar Olivos, el mejor ejemplo de ello es la norma de “adecuaciones necesarias” que fue finalmente aprobada en la Cámara.
“En el tema de las adecuaciones en huelga: ¿es reemplazo o no es reemplazo?” se pregunta, respondiéndose asimismo que el problema “pasa porque en los últimos años, desde el retorno de la democracia aprendimos a cambiarle el nombre a las cosas. Entonces ya no despedimos a la gente, sino que los ‘desvinculamos’; ya no existen los pordioseros o los vagabundos, sino que ahora son ‘hombres en situación en calle’”.
Por lo mismo, agrega que “ahora queremos sustituir el reemplazo por la ‘adecuación necesaria’. En el fondo si lo miramos con calma, va a ser un reemplazo, y la huelga va a dejar de lado el concepto que tenía originalmente”.
En otros aspectos de la reforma – o que deja de lado – Olivos critica por ejemplo que respecto a los sindicatos interempresas “no vemos la posibilidad de que puedan negociar colectivamente, vamos a seguir como antes. Si la empresa quiere negociar de común acuerdo lo puede hacer, pero si no, no”.
Respecto a los trabajadores bajo régimen de subcontrato, el presidente de la CAT señala que en caso de huelga de éstos, la empresa mandante “puede contratar otra empresa y hasta ahí no más llega la huelga. Al final el trabajador no tiene ninguna posibilidad de negociar. Otro aspecto es el despido por necesidades de la empresa, que se sigue manteniendo”.
Intereses creados
Ante este cuadro, Oscar Olivos lamenta que no haya existido voluntad de mejorar lo que ya existía, aduciendo que con esta forma de trabajar, el gobierno aparece ante la ciudadanía con una promesa que aparentemente, ha sido cumplida, pero “sin nada sustancial de fondo”.
Pero además de la falta de la voluntad política, también menciona los intereses que según él, están detrás de quienes han intentado cambiar en lo más posible, los tímidos avances que mostraba en su inicio el proyecto.
“Aquí se juegan muchos intereses de por medio, especialmente del gran empresariado. Todos hemos sido testigos en el último tiempo, del descalabro que han significado las platas políticas. ¿En quién crees después de esto?”
“Lo que en un principio, entró a la Cámara de Diputados, hoy día está bastante diluido, y la verdad no sabemos que va a salir de la comisión mixta. Porque si hay una pugna en la misma Nueva Mayoría en este proyecto, al final los únicos perjudicados son los trabajadores” afirma Olivos, recordando el voto en contra y a favor respectivamente, que el PC y la DC tuvieron frente a normas como las adecuaciones necesarias en la última votación.