La ovallina que pretende llevar el nombre de su ciudad a nivel internacional

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    Al verla jugar pareciera que lleva años metida en un salón de pool, pero nos equivocamos. Es la única mujer inmersa en un espacio de hombres que no paran de prender y apagar cigarrillos.

    Al poco hablar nos cuenta que se está preparando para un torneo internacional, pero que necesita ayuda económica, ya que el traslado y el equipo que debe llevar es costoso.

    La esperamos a que se cambie de ropa mientras conversamos con su mentor, el maestro Alejandro Chacón quien asegura que es una talentosa billarista que dará que hablar si logra consolidarse. Mientras tanto, un grupo de hombres comienzan a apostar en las mesas colindantes.

    Pasan unos diez minutos y entra al salón, las miradas de sus colegas de juego son sólo para ella. Aún algo nerviosa poza ante nuestro lente y nos cuenta que el pool se debe jugar con un uniforme que mezcle elegancia y algo más…

    Los disparos de la cámara vienen y van, y ella se relaja. Su nombre es Angelina Flores Zepeda, tiene 23 años, una hija de cuatro años llamada María Antonia, y debe trabajar los fines de semana en Coquimbo como mesera para costear sus gastos personales y los de su pasión, el billar.

    Vive junto a su abuela y hermano, quienes ayudan en el cuidado de su beba para que pueda entrenar. Lamentablemente el año pasado debió abandonar sus estudios de Licenciatura en Matemáticas por problemas familiares, pero espera volver a la universidad en los próximos años.

    Pese a que llegó a este deporte por suerte, su abuelo, a quien no conoció, era un destacado jugador ovallino. “La verdad es que me enteré de eso hace pocos años. Yo no conocía a mi madre, recién supe quién era como a los 18 años y al encontrarla me dijo que mi abuelo había fallecido hace una semana, le decían “El Pulga”, y por ahí escuché que jugaba billar.

    En el circuito de billar me enteré que era muy conocido en Ovalle, que vendía cueros en la Alameda y de tanto hablar comencé a compartir eso con mis amigos que me dijeron que era muy conocido, incluso me di cuenta que el salón de pool estaba lleno de sus fotos, era uno de los mejores en la ciudad. Me habría encantado conocerlo y jugar con él”, comenta.

    -¿Cuándo fue el primer acercamiento a una mesa de pool?

    “Fue cuando estaba en cuarto medio, con unos 17 años, y estudiaba en el colegio Santa María, recuerdo que empezamos a ir al pool con amigos y amigas, sólo íbamos a tirar palos, a tomarse una bebida y pasarla bien. Ahí me di cuenta que tenía más facilidades que ellos para echar las bolas, para mí era más fácil”.

    -¿Y cuándo te diste cuenta que el hobby podía ser tu deporte?

    “En cuarto medio quedé embarazada y dejé el pool por unos dos años, después volví a jugar en un club que había en la Alameda, donde dejaban jugar gratis a las mujeres, así que llevaba a mis amigas y así nos entreteníamos.

    Hasta que en una oportunidad hubo un campeonato y el maestro Alejandro Chacón me vio jugar. En esa oportunidad jugué un torneo de hombres, fue el 2012, además me vieron jugadores de Santiago y otras partes de Chile, y me dijeron que tenía mucho talento, así que debía estar compitiendo en la federación chilena. Así que me inscribieron, y yo que ni siquiera conocía Santiago me di cuenta que podía ser una buena jugadora”.

    -¿Ese mismo año participaste de otros torneos?

    “Sí, los mismos jugadores con quienes generé conversaciones me invitaron a Santiago (Ñuñoa). Recuerdo que me fui con un buzo y una mochila. Los mismos amigos me fueron a buscar al terminal y cuando llegué al campeonato me di cuenta que se participaba con ropa formal, un pantalón, camisas y tacos, yo no tenía nada. Así que ellos me compraron toda la ropa y el vestuario y participé en nombre del Club Loncoche, al que ellos pertenecían. Sin saber jugar bien salí tercera de entre más de 20 jugadoras”.

    -Hablas que no sabías jugar bien ¿Cómo empezaste a conocer las reglas de la bola 8, 9 y 10?

    “El 2013 me perfeccioné, el maestro Chacón me invitó a su pool y empecé a entrenar, así conocí las reglas del juego, porque hasta ese momento yo solo sabía echar bolas. Ahí fui conociendo el deporte y vi en qué campeonatos participar.

    Debido a que no tenía los mejores recursos, siempre participé en torneos en Santiago, a los torneos que se realizaban en otras partes del país me costaba llegar.

    Así fue entrenando, seguí perfeccionándome, en La Serena no me quisieron aceptar, ya que sólo había billaristas y nadie jugaba bola 8 o 9, así que esperé que Ovalle fuera federado y finalmente el club del maestro Chacón consiguió federarse”.

    -¿Cuáles son las claves para jugar bola 8, 9 y 10?

    “Creo que la principal es la tranquilidad. En las primeras competencias me ponía nerviosa y no me salía nada, la presión me fue debilitando. Así aprendí a entrenar física y psicológicamente, y así generé confianza”.

    La muchacha pretende llegar a la competencia panamericana de la especialidad, torneo que se desarrollará en julio próximo en Buenos Aires.

    El espacio sólo de hombres 

    Actualmente en Ovalle sólo existen tres salones de pool, de los cuales son sólo hombres los que juegan. Pero entre ellos asoma la sonrisa de Angelina, quien se ha ganado el respeto del sexo contrario, pese a que en un comienzo era mirada como extraña.

    -Se dice que el pool y el billar son juegos de hombres ¿Hay discriminación de género?

    “Cuesta mucho que dejen jugar a una mujer pool, es muy de hombres, pero sólo es acá en Ovalle, en otras partes del país no es tan relevante el tema, más les interesa que la mujer pierda plata. Los hombres son machistas cuando las mujeres les ganan.

    Pero al menos en Ovalle ya me conocen y con el tiempo ya no hay discriminación, sólo algunas personas continúan mirándome feo porque llego a jugar.

    Me quieren mucho en el pool. Cuando voy con mi hija nadie fuma, igual me respetan, cuando me vieron con medallas me tomaron respeto”.

    -En Ovalle eres la única mujer que juega este deporte ¿Cómo está tu nivel a nivel nacional en la categoría femenina?

    “Las niñas que juegan a nivel nacional llevan varios años practicando billar, ellas tienen sobre 30 años, y yo soy la más joven, ellas desde chicas juegan y tienen sus rankings. Actualmente 235 puntos tiene la número uno, yo tengo 200 y la segunda 204, los niveles están súper parejos. Yo ocupo el tercer lugar del país.

    Este lugar lo he conseguido con participaciones en torneos en Antofagasta, Santiago y Chillán, y espero este año llegar nuevamente a Santiago y al sur”.

    -¿Cómo debes lidiar con que en Ovalle sólo exista una mesa de bola 8, 9 y 10?

    “Es difícil, debo entrenar unas dos o tres horas por día y me perjudica que la única mesa de este tipo esté ocupada, cuando la arriendan no me queda otra cosa que esperar o devolverme a casa.

    Esta mesa que está en Ovalle se diferencia de otras mesas, no son iguales que las de pool, son espacios reducidos.

    Creo que en Ovalle hay varios jugadores, pero como faltan espacios para la práctica no se dan a conocer”.

    -¿Cómo defines este deporte?

    “Para mí, antes era un hobby, iba cuando podía. En cambio ahora es una pasión que no voy a dejar, ya pasó ese momento en que lo pude abandonar y decidí seguir adelante, así que ahora me esfuerzo para llegar a ser la mejor.

    Me quiero dedicar al 100%, tratar de juntar dinero para comprar mejores tacos. Actualmente tengo uno básico que debe ser de los más baratos en todo el circuito federado. Sé que con un nuevo va a ser difícil que me ganen, pero voy de a poco, por lo normal se utilizan tres tacos para jugar y yo lo hago sólo con uno.

    -¿Cómo es el apoyo de tu familia para que practiques pool? ¿Existe este respaldo?

    “Mi familia no me apoyaba en los inicios del pool, me iban a buscar de las mechas a los clubes de pool, ya que era mal visto ese ambiente. Era un lugar de puros hombres, de drogas y cosas malas, pero meterse en esos temas era solo de cada uno. Yo desde que me inicié me enfoqué sólo en el juego y me propuse no meterme en los vicios de apuestas y drogas.

    Recuerdo que como no me dejaban, me arrancaba y pese a que me escondían el taco en la casa, me arrancaba y me conseguía uno. Para los torneos me iba a Santiago y avisaba desde allá que estaba en una competencia, porque si avisaba en casa del viaje no me deban permiso.

    Después empecé a salir en el diario, traje medallas, y copas, y recién ahí me empezaron a dar más permisos, ahí me dejaban ir a entrenar”.

    El panamericano es el horizonte 

    A contar del próximo 10 de julio se desarrollará en el Club Trébol de Buenos Aires el Campeonato Panamericano de pool bola 8, 9 y 10, en categoría masculina y femenina, certamen organizado por la Federación Argentina de Aficionados al Billar.

    Flores no consiguió la clasificación de manera directa, sin embargo llegará a la ronda de clasificatorias, siempre cuando consiga auspiciadores.

    Angelina Flores junto a su mentor, el maestro Alejandro Chacón, quien la ha apoyado y entrenado durante los últimos años. 

    -Sabemos que en la actualidad te estás preparando para llegar a Buenos Aires a representar a Ovalle en el Panamericano que se realizará en julio…

    “Sí, en eso estoy, aunque dependo del financiamiento que pueda conseguir. El año pasado se hizo en Colombia, donde a pesar de que no había clasificado de forma directa, algunas que clasificaron no pudieron acudir, cediendo sus puestos y justo alcancé a estar dentro de las que podían participar, pero al final se perdieron los pasajes y la falta de dinero hizo que no pudiera llegar a ese campeonato.

    Así que como ahora es en Argentina, está más cerca, así que quiero desde ya buscar a alguien para que me pueda apoyar, y así poder estar allá.

    Este panamericano se realiza en un salón que se llama El Trébol, lugar donde por lo menos hay unas 30 mesas, es muy hermoso.

    Como yo no clasifiqué de manera directa, debo llegar días antes para poder hacer el qualy y así poder clasificar al torneo.

    Estoy segura que si alcanzo a clasificar puedo llegar a estar dentro de las cuatro mejores, sé que tengo las capacidades. Quien actualmente ocupa el tercer lugar panamericano es Susana Barrera, y a ella me he enfrentado, siendo siempre partidos muy estrechos.

    Confió en que puedo estar dentro de los cuatro primeros lugares y con ellos podría obtener un buen premio que me permita renovar mi equipo de juego, lo que me ayudaría a seguir fomentando este deporte.

    Todos los años hay un panamericano en América y en el que corresponde a este año pretendo participar y tomar la experiencia para el próximo ya estar entre las 4 mejores.

    Lo que más cuesta es la salida, llegar a Argentina, pero me tengo fe en el panamericano, sé que en el nivel de Chile estoy dentro de las mejores y conozco a las mejores”.

    -Estás buscando financiamiento, ¿qué le podrías decir a los empresarios locales?

    “Sí, antes jugaba por Antofagasta y les entregaba medallas y trofeos al club del norte, ahora estoy representando a Ovalle, así que espero contar con apoyos económicos de gente de la zona. Por lo pronto le pido el alcalde que me ayude, siendo que en otras ocasiones apoyó a otros compañeros.

    Ahora estoy buscando ayuda para vestuario, pasajes y alojamientos. Llamo a todos los que quieran apoyar a una ovallina en un campeonato internacional a confiar en mí, a que me apoyen, no tengo problemas en ocupar logos y sus marcas mientras me apoyan.

    Tengo todas las ganas de dejar bien puesto el nombre de Ovalle, quiero que esta ciudad se dé a conocer por el deporte, y creo que yo lo puedo hacer, pero ahora dependo de auspiciadores”.

    -¿Cuáles son las metas que pretendes alcanzar como billarista?

    “En mi caso es algo especial, quiero llegar lo más alto posible, ser la mejor del país y llegar a torneos internacionales. En mi recorrido como billarista he vivido dos momentos, el primero fue cuando lo dejé y el segundo cuando lo retomé.

    Ahora pienso que si hubiese sido parte del círculo de la federación quizás no habría estado actualmente jugando. Ya lo hubiese dejado porque es un deporte que demanda tiempo y mucho dinero, pero como me di cuenta que tengo talento y me gusta seguí en esto. Con el tiempo me di cuenta que tengo mucha capacidad. Me ha costado muy poco llegar arriba y pretendo ser la número uno de Chile, clasificar al panamericano y si llego a quedar entre las primera ir al mundial. Creo que mi gran sueño es llegar a un mundial”.