Uno de los problemas más graves durante la época de sequía para los agricultores era hacer un uso lo más racional y correctamente del escaso recurso hídrico existente.
No obstante, al mismo tiempo, una menor disposición de agua ponía en riesgo sus cultivos, y por ende, la situación afectaba su capacidad productiva y con ello, su propio sustento como agricultor, poniendo en riesgo la actividad.
De ahí que se hacía imperioso contar con un instrumento que permitiera a los propios agricultores, como también a otras instituciones públicas y privadas involucradas en dicha área, contar con datos efectivos sobre la situación hidrológica de cada cuenca para de esa forma, poder conocer la real dotación de agua existente y organizar con ello, la distribución de ésta, planificando anticipadamente, la actividad agrícola.
En ese contexto, nace la plataforma PRO-Q, -Pronóstico de Caudales de Cabecera – creada bajo el alero del Laboratorio de Prospección, Monitoreo y Modelación de Recursos Agrícolas y Ambientales (PROMMRA), dependiente de la Universidad de La Serena, instrumento que apunta precisamente, en la línea de implementar y transferir información hidrológica relevante de forma anticipada de la temporada de las principales cuencas de la región.
Así, en el caso de la provincia del Limarí, las cuencas que hasta el momento son modeladas por parte de la plataforma, son las subcuencas del río Hurtado, río Grande y río Tascadero, con la posibilidad de extender la medición al resto de cuencas hidrográficas de la provincia.
En ese contexto, una característica no menor de esta plataforma es que es la única de su tipo que opera a nivel regional en el país, y que por ende, cuenta con su información disponible y abierta.
Héctor Reyes, ingeniero agrónomo, académico de la ULS, y subdirector del Laboratorio PROMMRA, explica que dado que las organizaciones “gestionan los recursos hídricos en función de los derechos de los regantes (derechos de agua), las organizaciones toman estos datos y pueden saber la dotación y así distribuir para cada temporada y esa dotación se hace en base a los modelos que tenemos en la plataforma, por lo tanto pueden planificarse de manera anticipada, ir preparando la temporada e ir informando a los regantes sobre qué va a pasar durante la temporada con el agua que, efectivamente, va a estar disponible” explica.
En ese sentido, el académico de la ULS asegura que desde que la plataforma comenzó a funcionar desde el año pasado, la evaluación es claramente positiva, en especial, para el sector agrícola que se beneficia de ella.
“Durante el periodo de la sequía se utilizaron los datos que hoy día se visualizan en la plataforma para, a través del pronóstico de caudales, poder establecer las dotaciones de las temporadas de manera anticipada y también poder gestionar los embalses y las reservas existentes en función de eso” sostiene.
LA PALOMA Y SISTEMA HÍDRICO
En efecto, sobre este último punto, Reyes destaca que, al contar en este periodo con mayor cantidad de agua y por ende, se deben estimar cómo y cuándo ocurrirán las crecidas, los regantes “pueden definir las cantidades de agua que van a pasar por los ríos, además de la forma en la que van a operar las compuertas de los embalses para poder administrar el recurso que va a llegar y así no evacuar ni de más ni de menos desde los embalses”.
Información vital además, justo cuando se anuncia que el embalse La Paloma estaría próximo a descargar sus aguas, después de 12 años de haberlo hecho por última vez.
“Nosotros trabajamos con un modelo que tiene algunas especificaciones para el Limarí, información que transferimos a los administradores de las organizaciones, particularmente del Sistema Paloma y de la Junta de Vigilancia del río Limarí. Entonces, en función de esa información, ellos establecen cómo van a definir las operaciones, todo en coordinación con los organismos del Estado” aseguró Héctor Reyes.
En ese contexto, el subdirector de PROMMRA señala que con la caída de las últimas precipitaciones de este año, se ha registrado una importante recuperación del sistema hídrico local y regional, y en donde precisamente, una eventual descarga del embalse La Paloma, permitiría que dicho sistema se recargue casi completamente.
“Pero lo importante también es que ojalá esto dure lo más posible para que también ocurra una recarga de los acuíferos, lo que es un proceso pasivo que va ocurriendo a medida que los ríos tienen agua” aclaró.