Quioscos en pandemia: Una tradición que se mantiene con esfuerzo y valentía

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    Por Viviana Badilla Vargas.

    Son un clásico representativo de la perla del limarí, se pueden encontrar en poblaciones, al interior de supermercados, en el paseo peatonal y en la Plaza de Armas de la ciudad. Es que, los quioscos son un lugar  icónico que abastece de lectura, confites  y unas carismáticas sonrisas a miles de Ovallinos. 

    Pero, surge la duda de cuál ha sido el panoramas de estos en plena crisis sanitaria, ya que es notable el porcentajes de trabajadores independientes que se han vistos afectados tanto en sus vidas como en sus ganancias por el letal virus.

    Tal es el caso de Sara Pérez Sanders, dueña del quiosco que se ubica a las fueras de Correos de Chile, en el cual ha estado trabajando por más de 30 años.  

    En un comienzo este cálido lugar de trabajo era de su suegro Pedro Santander, pero al encontrarse delicado de salud, ella y su suegra, asumieron el puesto de trabajo. Actualmente, es la Señora Sara, quien se encuentra al manejo del reconocido local.

    Sin embargo, ha sido grande el cambio para la Señora Sara, ya que las ventas se han visto afectadas debido a la crisis sanitaria que vive el país.

    “Las ventas han disminuido notablemente. Son menos las personas que vienen al quiosco. Yo creo que han bajado en un 30% más o menos y claramente es un afecto del virus”, comentó.

    A su vez y por el bienestar de su salud y sus clientes, ha tenido que tomar las medidas pertinentes de sanidad.

    “Bueno, mi atención es con mascarilla, utilizó guantes que me voy cambiando a lo largo del día. Y ocupo mucho alcohol gel, ya que como no tengo acceso a lavarme las manos a cada rato. Además de ponerle protección a la ventanilla, ya que ahí es el mayor contacto que tengo con la gente. Por otro lado, también vendo mascarillas que confecciona una sobrina”, explicó.

    Asimismo, su vida se ha visto afectada, ya que al igual que todos no puede hacer lo que habitualmente estaba acostumbrada a hacer en sus rutinas diarias.

    “Obviamente en lo emocional, al igual que a todos. En mis horarios de trabajo, ya que yo antes trabajaba todo el día y ahora solo hasta el mediodía debido al virus. Además, en mi casa, ya que antes había una persona que me ayudaba en mi hogar porque yo trabajaba hasta tarde, y bueno ahora no se puede”, puntualizó.

    No obstante, la señora Sara, no pierde la fe de que esto va a pasar, y que será un mal recuerdo para todos.

    “Le pido todos los días a Dios, para esto pase pronto y se puede volver a la normalidad”, finalizó.

    Definitivamente, lugares que son emblemáticos como los quioscos que tiene la perla del limarí, deben ser más valorados por los habitantes de la ciudad.