Tuvo toda una vida dedicada al servicio voluntario, por eso sus compañeros de labores le brindaron un merecido homenaje.
Este domingo pasado, mientras la ciudad celebraba la Navidad el ulular de la sirena de bomberos registró esta vez un tono de tristeza, ya que poco antes del mediodía fue despedido por los bomberos ovallinos el experimentado voluntario Héctor Allende Aguilera.
Su trayectoria
“Titín” Allende Aguilera, como era conocido en múltiples círculos sociales, nació en Ovalle en 1951 y realizó sus estudios secundarios en el entonces Liceo de Hombres de la ciudad. Ingresó muy joven a las filas de la Cuarta Compañía del Cuerpo de Bomberos de Ovalle, pues solo tenía 14 años cuando decidió seguir los los pasos de su padre, Héctor Allende Cortes. En la institución ocupó numerosos, tanto dentro como fuera de su compañía, llegando incluso a ser Vice Superintendente de la organización por más de 11 años, y fue además protesorero en el Consejo Regional de Bomberos.
Héctor “Titín” Allende se destacó además por ser formador de varias generaciones de bomberos, a quienes les enseñaba la doctrina y la voluntariedad de la institución, el respeto a las tradiciones y la inigualable labor de servicio.
Aficionado al ajedrez, participaba junto a sus amistades en torneos, por lo que era común verlo en la Librería Colón, compartiendo, realizando juegos y pequeños torneos de la disciplina
Despedida
Allende falleció en la madrugada del viernes en el Hospital Provincial de Ovalle, donde había ingresado la jornada del jueves aquejado por una enfermedad.
Este domingo fue sepultado en el Cementerio Municipal, acompañado de familiares y amigos, y por sus compañeros de ideal, formados en las ocho compañias de la ciudad, y donde el estandarte lucía un crespón negro, en señal de duelo. No hubo banda, ni marchas, solo numerosos cascos y casacas de diferentes colores que despidieron a uno de los suyos.