Desde hace unos días atrás, seguramente como un fiel lector de nuestro medio, ha podido notar que nuestro producto ha presentado algunos cambios.
Y es que más allá del nuevo diseño de portada y de las páginas interiores, aspecto que no deja ser importante, el cambio va por un lado más significativo: acercar a nuestro periódico a la gente del Limarí, y especialmente, a sus problemas, necesidades, desafíos y oportunidades. En otras palabras, ser la voz de toda la comunidad, acercando nuestros contenidos a la realidad local.
Sobre esa apuesta por la que estamos caminando desde que se iniciara el nuevo año, existe un gran equipo de personas, periodistas, columnistas, diseñadores y personal administrativo, que pone todo el empeño para que ello resulte. No obstante, como todo equipo debe tener un líder que sepa trabajar en grupo y olfatear los temas que hoy están el aire en nuestra provincia. Ese hombre es Roberto Rivas Suárez.
Originario de la ciudad de Maracaibo, Venezuela, este periodista forma parte de la numerosa diáspora venezolana que en los últimos años ha llegado a nuestro país. Con 20 años de experiencia de trabajo en medios de comunicación en su país, y habiendo sido también editor en un medio de su país natal, desde fines de diciembre de 2017, cumple estas funciones en El Ovallino y es el capitán del barco del nuevo formato de nuestro medio.
“La crisis me sacó de Venezuela, y en la oportunidad, se me abrieron las puertas en diario El Día. Ellos me propusieron este reto, y yo dije que sí. Me encantó tomar este reto en una ciudad pequeña pero que está creciendo” comenta.
Sobre este desafío, Rivas Suárez comenta que existe una gran oportunidad de crecimiento para el periódico, los cuales, se deben plasmar en nuevos y novedosos proyectos –varios de los cuales ya están en marcha – que Diario El Ovallino puede ofrecer a sus lectores, enfocado eso sí, en una mirada que incluya las voces de la propia gente del Limarí.
“La idea es acercarmás el periódico a la gente, que sea el periódico DE la gente, donde se pueda apoyar con sus denuncias ciudadanas, con sus victorias. Incluso, ya en dos semanas nos ha tocado atender dos casos que simplemente venían a exponer su historia, mas alláde que fuera una noticia o no, sino que venían a exponer su historia. Buscar con quien hablar. Queremos que la gente sienta que El Ovallino es su periódico, un periódico cercano a la gente” afirma.
En ese sentido, para el nuevo editor de El Ovallino, la idea es darle al diario una clara directriz, que vaya enfocado hacia la comunidad. “Hay muchas ideas que de repente, no se estaban aplicando acá en el periódico, y que yo por venir de afuera, tengo otro concepto. Vamos a aplicar cosas así, como las crónicas, otras ideas de reportajes diferentes, incluso fotorreportajes, que hacía tiempo que no se hacían, y que es algo muy sencillo y muy vistoso para la gente. Incluso ideas de mercadeo, de marketing para impulsar la marca del producto” señala.
Con 29 años de historia, para Roberto Rivas, Diario El Ovallino es un producto y una marca que deben potenciarse, con mayor presencia en la calle y que sirva como vaso comunicante para las personas, sin distinción ni diferencias. “Tenemos mucho que ofrecer, no sólo noticias, sino también como marca-producto y eso también lo vamos a potenciar” sostuvo.
VENEZUELA HOY
Rivas también se dio un momento para comentar la situación de su país que, cuya crisis política y económica, ha generado la salida de 2 millones de sus ciudadanos al exterior, como una forma de buscar nuevas oportunidades para crecer.
“La situación es dura, es crítica, es fuerte, pues es una crisis social y humanitaria, e institucional” afirma, agregando que respecto al ejercicio del periodismo en Venezuela, éste “se hace bajo amenaza. Uno denuncia y uno sabe que tiene consecuencias, ya sea que te persigan, que te abran un expediente en tu contra, ya sea que rayen el medio de comunicación, como nos pasó muchas veces. Tampoco nos permitían entrar a las actividades oficiales, nos cerraban la puerta en la cara. Lo más inocuo e inofensivo eran las ofensas” asegura.
Reconoce que muchos de sus colegas trabajan con miedo por las represalias que podían recibir de parte del oficialismo y de sus seguidores, pero que ello era un riesgo necesario de tomar, pues forma parte de esta profesión.
“Es tu trabajo, sabes que es lo justo, lo que tienes que hacer, sobre todo cuando un gobierno es un secuestrador de instituciones, cuando un gobierno se transforma en un amparador de la corrupción y no solamente eso, sino que la está viviendo. Porque una cosa es ocultarla por política, pero otra cosa es que sea el mismo gobierno el corrupto” explica.
Sobre su llegada a Chile, Rivas señala que tomó la decisión luego de que el gobierno de Nicolás Maduro convocara a una Asamblea Nacional Constituyente, en detrimento de la Asamblea Nacional (Congreso) mayoritariamente en manos de la oposición, restándole a ésta sus poderes de fiscalización y control.
“Fue un fraude horrible, y en ese minuto yo decidí irme del país. Pensé, no puedo vivir aquí, no hay mayores garantías para mi familia ni para mis hijos” sostiene, ante lo cual, Chile se convirtió en su opción.
“Hay ahora una migración muy fuerte hacia Chile, porque es uno de los países más estables del continente, porque es una economía sólida, y porque tiene oportunidades de crecimiento que obviamente en Venezuela se cerraron” concluye.