Un amplio abanico de posibilidades extracurriculares ofrece a sus estudiantes la Escuela José Tomás Ovalle. Robótica, deportes, artes, gastronomías son sólo algunos de los talleres que se han dispuesto.
Bajo el lema, “Aprendiendo y educando en la diversidad” han implementado un proyecto educativo que no sólo ha tenido buenos resultados en el tema netamente académico, sino que también en el ámbito de una formación integral para los alumnos.
Pese a que los sellos de la escuela son “educación integral” y “en valor”, se ha procurado realizar un trabajo importante y sostenido en ámbitos como el deporte, aquello a raíz de sus múltiples beneficios.
El director de la Escuela José Tomás Ovalle, Jilberto González, explica, “le hemos dado harta importancia a la participación en eventos deportivos (…) Por ejemplo, si existirá un campeonato de jugar al luche nosotros participaríamos”.
Al mismo tiempo añade, “esto también nace con la posibilidad de poder socializar a nuestros estudiantes, de que vean otras realidades, además, que tengan una gran participación física, lo que nos ha permitido que ellos tengan una mejor oxigenación y atacamos el tema de la obesidad. Se produce al mismo tiempo una mejor irrigación sanguínea y por ende un mejor torrente de oxígeno al cerebro, lo que permite mayor concentración y disponibilidad al estudio”.
El docente – quien asumió la dirección el año 2015 – recuerda que el 2013 el establecimiento obtuvo sus peores resultados Simce por lo que fue intervenido por la Agencia de Calidad de la Educación. “A partir de ello, una de las estrategias para subir nuestro rendimiento fue la participación física en la sociabilidad de los estudiantes”, manifiesta.
Aquello les ha permitido estar en varios campeonatos de fútbol, en donde incluso los estudiantes se han coronado como vicecampeones.
Hace algún tiempo los invitaron a participar en un proyecto de robótica. Lo generaron y finalmente pudieron conseguir nada menos que cuatro robots. “Son de trabajo mixto y se potencia parte del conocimiento tecnológico y los trabajos en equipo”, dice.
En esa línea, a través de la Ley Sep implementaron la compra y adquisición de otros tres robots, sumando así un total de siete. Gracias a esta iniciativa han participado de ferias científicas con muy buenos resultados, además de aprendizaje para los alumnos.
En cuanto al taller de gastronomía, el educador menciona que la iniciativa nació, “con la idea de intervenir a aquellos estudiantes que eran más disruptivos”. Es así como a través de la cocina, han, “ido modificando su conducta”.
Mientras que en lo artístico ha destacado el ámbito del folklore, “eso hace en el fondo que se realice una educación integral, lo que nos ha permitido sobresalir a nivel comunal”, indica.
Balance de los talleres
“Todas estas instancias que nosotros disponemos tienen un origen pedagógico, que pueda ayudar también a las demás asignaturas o al currículum nacional (….) Todas estas academias son un medio para mejorar los aprendizajes y nos han dado muy buen resultado”, destaca el educador.
De igual modo han incidido en el reforzamiento de la autoestima, “hemos trabajado mucho lo que tiene que ver el acercamiento con ellos, el brindarles cariño y apoyo. Para así ir cambiando las expectativas de vida de los niños”.
Inclusive menciona que estas instancias han generado un gran espaldarazo por parte de padres y apoderados, “tenemos harta participación de ellos en las academias (…) En el último aniversario llegamos a contabilizar trescientos apoderados”. Él recuerda que antes la situación era diametralmente opuesta.
“En la medida en que uno tenga objetivos claros, las academias ayudan enormemente”, concluye.