Aun cuando el mundo se ha adaptado para incluir a miles de personas con diversos tipos de discapacidad, todavía una ciudad como Ovalle está en deuda con las personas con una condición especial.
Así lo sienten los más de 15 integrantes activos de la Asociación de Sordos de Chile, Asoch, en el capítulo del Limarí, quienes expresaron en una videoentrevista con El Ovallino, cómo algunas dependencias públicas y educativas todavía son casi inaccesibles para personas con deficiencia auditiva.
Alicia Barraza, representante de la Comunidad Sorda de Limarí, explicó que desde el año 2004 uno de los primeros trabajos con los integrantes fue lograr que superaran una Escuela Especial que no estaba adaptada a sus necesidades.
“Ellos estaban listos para estudiar y sacar su cuarto medio. Incluso varios comenzaron a estudiar en Institutos Técnicos, pero al no contar con intérprete fue para ellos inaccesible. Y ellos quieren estudiar y superarse como cualquier otro”, indicó.
Una de las que comenzó a estudiar en el Santo Tomás fue Joselin Cassanga, quien no pudo continuar porque no logró adaptarse. “Para mí era difícil porque no escuchaba y entendía nada, no tenía intérprete. Y ellos tampoco se adaptaron para que siguiera”, explicó con el apoyo de Rossana Díaz, intérprete de señas.
Mundo laboral
Varios de los integrantes han recibido apoyo para entrar a trabajar en distintas empresas, pero nuevos desafíos han surgido en el camino.
Pedro, quien trabaja en un supermercado, indica que él puede leer los labios de los clientes y compañeros de trabajo, pero con las mascarillas por Covid no pueden comunicarse como antes. “Tengo que pedirle que me escriban las cosas porque no los escucho y no los puedo leer los labios”.
Instituciones públicas
Paola Guerrero, trabaja en una tienda, recibe las instrucciones de sus jefes, y ha podido responder a las exigencias del mundo laboral, pero señala que las instituciones públicas como el Registro Civil y los hospitales no son tan amigables, al igual que las notarías, no cuentan con intérpretes y se hace muy difícil la comunicación hasta para los trámites más sencillos.
Explicaron que aunque en la Municipalidad se han dictado algunos talleres para sus trabajadores, cuando requieren de un trámite no siempre se logran comunicar de la manera más eficaz.
Actualmente casi todos los integrantes de la organización son padres de familia, trabajadores de retail y emprendedores
Esfuerzo local
Desde el año 2016, se ha desarrollado un plan de inserción laboral, a través de la Oficina de la Discapacidad que funciona bajo el alero del departamento Social del municipio de Ovalle. Actualmente, 12 personas en situación de discapacidad se encuentran trabajando, de las cuales 8 de ellas poseen una condición de discapacidad auditiva.
“Ellos se desempeñan principalmente en supermercados y en tiendas del retail. Constantemente, les hacemos seguimiento y conversamos con sus jefaturas para conocer su rendimiento. Asimismo, realizamos charlas en las empresas donde laboran” sostuvo el coordinador de la Oficina de la Discapacidad de Ovalle, Felipe Muñoz.
Sumado a esto se entrega apoyo, a través de intérpretes de lenguajes de señas, quienes realizan charlas, a través de video llamadas. “Estos profesionales trabajan por hora y nosotros aprovechamos al máximo sus capacidades, porque nos ayudan de diversos tipos, nos acompañan a entrevistas de trabajo e incluso a realizar trámites, pero no podemos tenerlos a disposición durante todo el día” agregó Muñoz.
La Oficina de la Discapacidad, que funciona en las ex dependencias de la escuela Oscar Araya Molina, a un costado del Cementerio Municipal, está abierta para toda persona, en situación de discapacidad que necesite de cualquier tipo de apoyo.
En Chile, se estima que hay 2.836.818 personas con discapacidad (ENDISC 2015), equivalente al 16,7% de la población. De este grupo, un 40% presenta dependencia funcional, es decir, dependen de un tercero para realizar actividades de la vida diaria. Sin embargo, en el Registro Nacional de la Discapacidad hay sólo 391.771 personas inscritas (septiembre 2020), lo que corresponde a un 13,8% del total nacional de población.
Fortaleciendo el autoestima
Explica Barraza que en algún momento para fortalecer el autoestima de la persona con discapacidad, realizó un interesante ejercicio de subir a una micro de transporte público con varios de ellos, porque les daba vergüenza que la gente se enterara que eran sordos.
“Allí frente a todos comenzamos a hablar en lenguaje de señas y la gente nos miraba. Me dijeron ‘La gente nos mira, nos discriminan’, y yo les dije que no, que la gente siente que ustedes son importantes, y ellos preguntaron por qué, y yo les dije fíjate que nadie más sabe lo que tú sabes, y cuando un oyente le dice a un sordo que no hay que ponerse límites, ellos lo asumieron”, señaló Barraza.
Sobre el ejercicio, Camila Urqueta recuerda ese momento comentando que: “yo tuve mucha fuerza, mucha voluntad, me sentaba y salía adelante. Me acompañaron y me enseñaron a salir hacia a delante”.