Superficies de cultivo han disminuido en un 40% en la región

    0
    84
    img-20240319-wa0004

    La Región de Coquimbo arrastra una grave sequía de años, y así lo comenta Claudio Balbontín, quien recientemente asumió como director regional del INIA Intihuasi. 

    “En este momento estamos viviendo una contingencia de falta del recurso hídrico, tuvimos un invierno que no nos acompañó, a diferencia del resto del país, en donde sí hubo precipitaciones, lamentablemente en nuestra región no ocurrieron estos eventos, lo cual nos pone en una secuencia de años secos, lo que dificulta nuestro ejercicio de riego a los cultivos, a eso sumamos el cambio climático que marca claras tendencias a disminuir la disponibilidad hídrica”, comenzó declarando. 

    Esta situación ha afectado en gran manera a una de las actividades productivas más tradicionales de la zona, como es la agricultura, la que se ha visto obligadamente disminuida, “la superficie agrícola se está reduciendo, se habla de valores en torno al 40%, producto de la sequía o disminución de la disponibilidad de riego, ya que mucha gente dejó de regar algunas partes de sus superficies cultivadas y se enfocó en las zonas donde tiene mayor rendimiento y donde finalmente ha dado mejores calidades. También se ha dado riego de mantenimiento en otras zonas del campo”, detalló el experto. 

     

    TIPOS DE CULTIVOS 

     

    Balbontín comenta que en la región han entrado cultivos que no se condicen con la realidad de la zona, siendo el ejemplo más claro el de los paltos, los que si bien dejan grandes ganancias económicas, requieren de mayor gasto de agua. 

    “Hay cultivos que han llegado ahora a la región, pero que muchas veces no conversen con una condición de sequía, como son los paltos. Eso pone el desafío de cómo dimensionar esa superficie, para la disponibilidad hídrica real que tenemos en nuestra región”, apuntó. 

    En esa línea enfatiza en que la institución que él dirige puede entregar recomendaciones, que espera sean escuchadas, “las decisiones de inversión la hacen los dueños del agua, la inversión privada. Uno puede entregar la recomendación, hay un abanico de cultivos que podrían estar más adaptados a las zonas áridas, pero estos cultivos muchas veces no coinciden con la rentabilidad económica esperada por los empresarios y dueños de los cultivos. Puedo decir que es complicado en una situación de sequía manejar cultivos con altos requerimientos hídricos, como por ejemplo los paltos, que son de origen tropical o subtropical”, puntualizó. 

    De esta manera, las higueras y lo granados, e incluso las tradicionales vides de uva, serían cultivos más apropiados para la zona, “hay especies que a lo mejor deberíamos darle mayor importancia, no solo en el cultivo, sino también en la posibilidad de exportar y montar un mercado exportador, basado en cultivos de zona árida”. 

     

    TECNOLOGÍA PARA RIEGO

     

    Se han impulsado diferentes tipos de riego para adaptarse a la sequía y la realidad de la región, y así lo comenta Claudio Balbontín, “en el INIA hemos trabajado mucho en los riegos tecnificados, en la capacidad que tenemos de poner agua en la zona de raíces, y así evitar que tengamos perdidas en zonas donde no hay raíces”. De esta manera quedan atrás los riegos por surco o tendido, “que tienen un componente de evaporación directa bastante alto, lo cual hace que sea un sistema de poca eficiencia”.

    En esa línea, el experto destaca el riego localizado, riego por goteo y riego por aspersión, los que asegura tienen bastante eficiencia, “hemos trabajado mucho en la transferencia y extensión de este tipo de sistemas, nosotros no los hemos inventado, los han inventado empresas privadas. Lo que nosotros hacemos es transferir este tipo de tecnología a los agricultores, para que ellos aprendan a usarlo y tengan éxito, porque aunque sean tecnologías muy buenas, desde el punto de vista de la eficiencia, mal utilizada puede llegar a una eficiencia muy baja”.

    También se destaca el riego subterráneo, lo que el director del INIA califica como un método novedoso y útil, “porque se moja el agua bajo la tierra y el agua ni siquiera se asoma sobre la superficie, y por lo tanto la eficiencia es máxima, hemos tenido varias pruebas con ese tipo de sistema”.

    Para cerrar, Balbontín destaca que independiente de que se produzca un año de muchas precipitaciones, la agricultura debiese adaptarse a este tipo de medidas, en consideración de que la Región de Coquimbo por esencia es una zona árida. 

    “Se ha presentado un pronóstico de que lo más probable es que este año sea seco, pero independientemente que nos dieran un pronóstico de humedad y un año de lluvias, nosotros tenemos que estar preparados para un escenario pesimista, pero más que pesimista, es realista. En nuestra región se sigue hablando de sequía, cuando en realidad somos una región árida, y por lo tanto siempre vamos a tener un recurso hídrico limitado, por eso no podemos tener mayor superficie cultivada de la que nos alcanza”, concluyó.