Loreto Flores Ardiles / Ovalle
Bajo un potente sol, este sábado 28 de enero, la familia Rojas fue la encargada de regresar la tradicional trilla a yegua suelta al campo de Alcones Bajos.
La actividad fue organizada por la señora Matilde Rojas, quien luego de ver la lluvia del año pasado, que no se apreciaba hace años, decidió retomar la tradición y sembrar trigo, recordando a la vez a su padre, don Adán quien realizaba la misma actividad.
“Mi mamá quiso organizar esta actividad para dar a conocer la trilla a los nietos, a los niños, las niñas, a la gente, para que recuerden (…) acá en la casa no se veía una trilla hace treinta años”, señaló la hija de la organizadora, Yolanda Rojas.
RECUPERANDO UNA TRADICIÓN
“Hace años no veíamos una trilla, ni siquiera nosotros vimos una, yo tengo 32 años, yo tenía solo dos años en la última trilla, cuando mi abuelito Adán Rojas trillaba, él siempre trillaba en casa, porque había esa necesidad, no como ahora que hay maquinarias”.
“Más que nada esta trilla es en honor a él, porque su familia era de trilladores, eran de hacer trillas porque la familia era bien grande, entonces mi mamá lo hizo para revivir la cultura que teníamos acá antes, ya que hoy los niños no saben, las generaciones de hoy no saben lo que es una trilla”, contó Yolanda.
“Mucha gente no sabe lo que es una trilla, no sabe que es la separación del grano y de la paja y eso lo hacen los caballos y las yeguas, es la realidad, ya que cuando se hacía en esos años no había maquinaria, los tiempos antes eran súper diferentes”, comentó Rojas.
COMIENZO DE LA TRILLA
Ya siendo las 10:30 horas, comenzó todo en torno a la trilla, actividad que fue realizada en Alcones Bajos, específicamente en el sector de Zapato Roto.
La entrada de esta actividad tuvo un valor mil pesos y donde los asistentes pudieron encontrar venta de empanadas, almuerzos, mote con huesillos y otras comidas típicas que volvieron la jornada más amena y familiar.
TRABAJO DETRÁS
Asimismo, la hija de la señora Matilde explicó a El Ovallino que la trilla conlleva un gran trabajo detrás y junto con ello organización.
“Mi mamá en un inicio pensaba hacerla para la familia, para la gente de la casa, pero después mucha gente se fue entusiasmando que quería conocer la trilla, entonces nosotros dejamos la invitación hecha para aquellos que querían venir y conocerla”.
“Esto tiene alrededor de un mes de trabajo, con un arduo esfuerzo, ya que el lugar se encontraba en ruinas (donde antiguamente se hacia la trilla) se encontraba botado, por los treinta años que no se trillaba”, finalizó.