Tsunami en Caleta Sierra: Cuando la mar se lleva todo lo que ha dado

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    Tsunami en Caleta Sierra: Cuando la mar se lleva todo lo que ha dado

    Confiados de que unidos lograrán salir adelante, los habitantes de Caleta Sierra, también conocida como Caleta El Maitén, han estado dando un claro y admirable ejemplo de fortaleza y unión ante la adversidad.

    Y es que el terremoto y posterior tsunami del pasado miércoles 16 de septiembre arrasó con más de veinte de las cuarenta viviendas de esta pequeña comunidad de pescadores artesanales ubicada a un costado de la ruta 5 Norte, específicamente en el kilómetro 312.

    Según explicaron los propios pobladores, luego del “remezón”, la mar no tardó más de tres minutos en salir. Raúl Vega, presidente de la asociación gremial de pescadores de Caleta Sierra, comentó que fue uno de los primeros en darse cuenta de esta situación, debido a que vive en la parte alta del poblado. “Al ver que a los compañeros que estaban abajo les podía suceder algo, nos juntamos ‘al tiro’ y les comenzamos a gritar pidiendo que salieran de sus casas, porque a la final, la ola ya venía hacia tierra. Fue muy rápido, nadie pensó que iba a ser ‘al tiro’, no se alcanzó a salvar nada de las casas; hay jóvenes que no ahorraban en los bancos, iban juntando su plata, y lo perdieron todo, que es lo más terrible”, relató, indicando que esos instantes fueron aterradores. “Cuando pasó la ola las casas crujían, y es algo que no se olvida, que queda registrado en la memoria para uno, y para los niños, que viven igual con el temor”.

    Y en efecto, uno de los menores, Jesús Correa de 12 años, reconoció sentirse mal tras lo ocurrido, pese a que a su casa no fue dañada. “Mi casa se salvó de pura suerte, mucha gente quedó sin casa, uno de ellos mi primo. Botes partidos a la mitad. Quedaron una camioneta y un auto debajo del agua y las casas andaban todas flotando”, recordó.

     Jesús Correa (12) es uno de los niños que ha crecido en Caleta Sierra. Al fondo la escuela donde cursa quinto año básico. 

    Pedro Jerez, alcalde de mar de la caleta, expresa que debido a lo traumático de lo acontecido, hay varias personas que están choqueadas. “Con mis vecinos de al lado arrancamos para arriba porque venía el mar detrás de nosotros. Menos mal que fue de día, porque si hubiera sido de noche, no estaríamos contando esta película. Aquí hubiéramos sido muy pocos los sobrevivientes”, mencionó, agradeciendo que en la caleta no hubo ninguna muerte que lamentar.

    Aun así, estas familias deberán comenzar de cero; y para ello, es preciso que puedan tener nuevamente un lugar donde vivir y embarcaciones óptimas para salir a buscar los productos que les permiten subsistir.

    Esa noche, nadie pudo dormir, excepto los menores que lo hicieron en los vehículos que se salvaron. De ahí a la fecha, la sede social ha sido ocupada como cocina, comedor y dormitorio, donde organizados, los vecinos han buscado el modo de hacer lo más llevadera posible las jornadas.

     Érica Soto, pese a haber perdido su vivienda, ha tenido una admirable fortaleza para organizar y liderar a los vecinos durante todos estos días.

    A este respecto, Érica Soto, vecina que pese a perder su vivienda ha sido capaz de organizar a los vecinos, y luego de diez días del evento telúrico, señala que están ya más tranquilos, aunque reconoce que la preocupación no ha dejado de ser protagonista. “Ha llegado harta ayuda, de particulares más que nada. Hemos tratado de estar bien, y de que los niños chicos no se den cuenta, porque uno a ratos anda preocupado y se altera y hay que visualizar que hay algunos que no quieren comer, que no quieren salir para abajo, que en las noches no pueden dormir bien”, señala.

    Dadas estas condiciones, agradece la presencia del apoyo psicológico que ha llegado. “Les hicieron una charla en la escuela, y lo que más destacaron fue que nosotros les habíamos hecho una pampilla; porque justo ese día venían dos familias que habían ido a comprar animales para pasar el “18” y los donaron. Todos compartimos y los niños andaban muy contentos”, relató.

    Necesidades

    Pero no han sido días fáciles, en muchos aspectos han tenido que improvisar. La falta de agua para la copa que sustenta los baños de la Escuela Caleta El Maitén, donde también hay duchas, ha imposibilitado su uso. “Tuvimos que hacer una ducha provisoria y ocupar baños de pozo. También es importante que llegue agua para la población de arriba”, expresó Soto, solicitando la llegada de más camiones aljibes con el vital elemento.

    Abel Cañete, pescador afectado, indicó que hace unos días, cuando fue la lluvia, parte de la sede social donde se albergan 33 personas, se mojó; lo cual también significó una complicación con la que han tenido que lidiar, y establece que en lo inmediato, es necesario que concurra maquinaria que empareje un terreno donde se puedan asentar viviendas de emergencia y apoyo en embarcaciones e implementos de pesca.

     En lo que ahora es un sitio eriazo, más de veinte familias vieron crecer sus sueños. En el lugar, también estaba la Iglesia del poblado, la que de igual manera, fue arrastrada por las olas. 

    Material productivo

    Sobre este punto, Cañete expresa que recibieron la visita de un grupo de marineros que fueron a evaluar los daños que habían sufrido las embarcaciones, pero que la idea de éstos es “reparar todo lo que se pueda. Ellos no venían con la idea de traer un bote o un motor nuevo”, expresa, advirtiendo que debido al impacto que sufrieron algunos elementos, existe la posibilidad que pese a su reparación, no funcionen de manera adecuada.

    Los pescadores de Caleta Sierra están unidos en una asociación gremial y conforman un grupo aproximado de cien personas que trabajan mancomunadamente en la extracción de algas (huiros), mariscos y peces.

    En su visita a la caleta, el gobernador de Limarí, Cristian Herrera reconoció que una de las principales solicitudes de los pescadores de las ocho caletas limarinas es recibir “apoyo en material productivo, ya sean botes que se destruyeron, redes, sus equipos de buceo. La verdad es que el apoyo que tenemos que generar en este sentido, también va relacionado con volver a recuperar la línea productiva de estos sectores. Se ha estado haciendo un catastro para evaluar los daños y también buscar un instrumento para poder apoyar a los pescadores y mariscadores de la provincia”, estableció la autoridad.

    En tanto, los pescadores de esta caleta, se esfuerzan por reconstruir el camino destruido que permite el paso de vehículos hasta el muelle desde donde cargan sus recolecciones. “Tiene que venir maquinaria a arreglar ahí, para que haya movilización de acuerdo a como se estaba trabajando últimamente”, advierte el alcalde de mar, Pedro Jerez.

    A modo de marcar un antes y un después, y de retomar las esperanzas, los pescadores quemaron una de las embarcaciones que sirvió de sustento familiar, en este particular modo de vivir, a veces tan alejado de la mentalidad del citadino ovallino.

    El alcalde de la comuna, Claudio Rentería, quien ha recorrido las caletas, expresa que todas están muy afectadas. “Los elementos de trabajo de los pescadores artesanales están muy dañados, no tienen elementos para salir a la mar y buscar su sustento; y en este sentido, la fuerza del agua fue muy fuerte. Es una cosa inédita y quiero decir a los ovallinos que tenemos que apoyarnos entre nosotros mismos y ser solidarios. Estamos trabajando con el gobierno provincial, pero aquí hay un tema de necesidad primero para solucionar el problema de la vivienda de cada uno de ellos, y el problema que tienen con los elementos de trabajo”, puntualizó Rentería.

    Hasta el momento, han ido cuadrillas de Carabineros para colaborar en la remoción de escombros, así también maquinaria que los ha trasladado hasta un socavón.

    Raúl Vega, remarcó que las necesidades más grandes son apoyar a los “compañeros que perdieron viviendas y material de trabajo. Igual se necesita harta ayuda, alimentos, ropa, porque muchos quedaron con lo puesto, y hay un menor que necesita pañales y ropita porque esa familia lo perdió todo”, detalló.

     Organizados, los pescadores, han iniciado la reconstrucción del camino que permite el transporte de vehículos que transportan sus productos. 

    La dramática situación que se vivió en la zona costera de las distintas regiones azotadas también por el tsunami, no puede quedar fuera de los procesos de reconstrucción, pues se ha de tener en consideración que lo que sustenta la vida familiar de los pescadores, también fue perdido.

    En Caleta Sierra, paisaje adornado por las añañucas y el cantar de los gallos, los habitantes han mostrado desde el primer momento su empeño por levantarse, y han hecho ver a las autoridades que para ello, también se requiere de su constante apoyo.