Un año totalmente turbulento es el que cerró Deportes Ovalle. Desde la inesperada salida del entonces entrenador Ramón Contreras durante la primera semana del mes de enero, pasando por la llegada de Danilo Chacón en su reemplazo, hasta los problemas económicos que mantuvieron al plantel sin recibir sus sueldos los días que corresponde; el club limarino espera que en 2016 cambie de rumbo.
Sin embargo, para proyectar un mejor año es necesario desmembrar este convulsionado período desde sus inicios. Deportes Ovalle inició la segunda rueda del campeonato 2014-2015 con la misión de repuntar en la tabla de posiciones tras ubicarse en la medianía de ésta. Para aquello buscaban jugadores para reforzar el plantel de cara al segundo semestre, pero una noticia alteraría el devenir sobre todo para sus jugadores. El entonces técnico Contreras sería desvinculado del club. Sin que nadie entendiera nada, el adiestrador fue suspendido de sus funciones mientras se arreglaba el entuerto entre ambas partes. “Desacuerdos en la metodología y en el manejo del equipo”, argumentaban en la dirigencia, por lo que el adiós del punitaquino era esperable.
Por ese entonces, el director de Deportes Ovalle Patricio Espinoza señaló que la situación contractual del entrenador estaba ‘stand by’, asegurando que “aún pertenece a Deportes Ovalle y que “mientras tanto, él se encuentra con permiso”.
Lo que siempre se dejó entrever y posteriormente el mismo Contreras reconoció, que su sorpresivo despido tuvo mucho que ver por su relación con la barra Ultra Verde, la cual en alguna oportunidad de 2014 realizaron una actividad en conjunto con el plantel para fidelizar aún más a los habitantes con el club. Esto no gustó en la directiva y, sumado un rendimiento en la medianía de la tabla de posiciones, decidieron prescindir de los servicios del entrenador.
En abril, el ex entrenador Contreras volvía a la palestra en Deportes Ovalle. El punitaquino interpuso una demanda laboral en contra del club, exigiendo el pago de $2,4 millones como finiquito tras su abrupta salida del cargo en el mes de enero.
El despido injustificado, la no cancelación de los sueldos de enero a abril y el no pago de las cotizaciones previsionales provocaron el choque entre ambas partes.
Regresa Chacón
A falta de un entrenador que se haga responsable del equipo, la dirigencia raudamente buscó su reemplazante, quien no estaba tan lejos del club. El ex defensor Danilo Chacón agarró el timón otra vez del cuadro verde. El calvo técnico se estaba desempeñando como iniciador de las incipientes series menores del club, que finalmente no se concretaron. Así se hizo cargo del primer partido del año en San Antonio y a partir de ese encuentro no soltaría más el banco ovallino.
“Habíamos conversado con Juan Castillo, con Ramón Contreras muchas veces de que era importante tener un proyecto en Deportes Ovalle. Patricio Espinoza y Simón Vargas me llamaron para asumir en cadetes, que presentara un proyecto. Tuvimos un par de reuniones hasta que tuvieron el problema con Ramón Contreras que lo dejó marginado. Esa vez viajé (a San Antonio) a firmar la planilla contratado como técnico de cadetes. No pensaba hacerme cargo de Ovalle ni asumir como director técnico, tenía otras tareas, y lo de Ramón se fue postergando. Fue complicado, porque yo le tenía que dar explicaciones a un amigo que era él. Conversamos las cosas como son.
Con la venia de él, asumimos. A los dirigentes les gustó que me hiciera cargo del primer equipo y cambiando un montón de situaciones que a ellos no les parecían”, contó Danilo Chacón.
Fue así como el adiestrador asumió en el club y con el tiempo afianzó su sistema de juego. El equipo mantuvo una regularidad de resultados, llegando a culminar las últimas seis fechas del torneo 2014-2015 con seis partidos sin perder en forma consecutiva, anotando 14 goles y recibiendo solo seis.
“Debo reconocer que se hizo bastante bien en el tiempo que estuvimos, se hizo el esfuerzo de mantener un plantel de un año para otro y yo quiero que la gente entienda –y no es una excusa- de que no tenemos los recursos para lograr un plantel económicamente competitivo. Tenemos que pensar en el largo plazo en trabajar con un plantel deportivo, que es muy distinto. Tenemos una planilla muy baja, tenemos resultados con esa planilla muy baja”, reconoce Chacón.
Unos se alejan del CDO
Mientras Chacón se acomodaba a su tercer período como entrenador de los verdes, la Corporación Social y Deportiva de Ovalle se alejaba del club. Afirmaban que no tenían ni voz ni voto en cada una de las determinaciones de la sociedad anónima comandada por Luis Marchant, donde Miguel Nasur es el dueño.
“Con la sociedad anónima nunca pudimos llegar a un acuerdo, en el sentido de que lo que Ovalle aportara se transmitiera a que hubiera jugadores de Ovalle en el club y que parte de los recursos de esos jugadores en caso de venta pudieran quedar para los jóvenes de Ovalle. Una sociedad anónima con fines de lucro piensa en recuperar la mayor cantidad de recursos en este ítem”, recalca José Miguel Núñez, actual presidente de Provincial Ovalle, y en ese momento presidente de la Corporación Social y Deportiva.
El mismo Núñez, Cristián Venegas y Simón Vargas se marcharon del club y decidieron alzar un nuevo equipo, donde se reflejara tanto a los ovallinos como a los habitantes de la provincia de Limarí. Así conformaron a Provincial Ovalle, club que tomaba la posta del extinto Deportivo Socos y se integraba a las competencias del fútbol amateur.
“En conjunto con otros dirigentes apostamos a desarrollar un club nuevo, que jugara en el fútbol amateur primeramente. De ahí salió la posibilidad de reactivar a Deportivo Socos, se insertó en el fútbol de Afao y ahora estamos en un primer esfuerzo de poder quedar en Tercera División. Lo importante es que Provincial Ovalle comience a enraizarse en el corazón de los ovallinos y del limarino.
A Deportes Ovalle le falta que la sociedad anónima pueda trabajar con dirigentes de la ciudad de Ovalle, que se desarrolle de mejor manera en las divisiones inferiores pensando en un semillero limarino y que esos recursos queden acá. Yo sé que la S.A. ha hecho un gasto enorme y eso hay que reconocerlo, pero siempre hay que ver cómo el club se relaciona con la comunidad y que se desarrolle en conjunto. Eso nosotros estamos trabajado con Provincial Ovalle. Nosotros no queremos ser un antagonista con Deportes Ovalle, somos un club que aspira a jugar en Tercera División, mientras que Ovalle es un club profesional”, sostiene.
Con esta separación, la directiva se concentraría solo en Santiago, alejando aún más el club de los propios ovallinos.
Ahora Provincial Ovalle podría ser aceptado en la Tercera División del fútbol chileno el próximo 15 de enero y comenzar desde abajo su camino hacia el fútbol profesional.
Inicio de torneo con bajo presupuesto
Después de cuatro meses sin fútbol, Deportes Ovalle inició la temporada 2015-2016 con la misión de conseguir algo más que el séptimo puesto en la Segunda División del torneo anterior. Se mantuvo a la base del plantel y se reforzó en la medida de lo posible, con jugadores que retornaban al fútbol profesional después de dos o más años como Felipe Varas, Juan Ignacio Silva o Víctor ‘Gato’ González, mientras que para la temporada venidera ya no contaría con utilero, preparador físico y preparador de arqueros, una señal de los problemas económicos que vendría al finalizar el 2015.
No había mayor presupuesto para contratar a las figuras de la división. Mientras Trasandino de Los Andes contrataba a Fabián Cerda –arquero de Universidad Católica, Daniel ‘Chuky’ González –jugador de amplio recorrido en Primera División- y Joel Estay –goleador en Everton y San Marcos de Arica-; Ovalle buscaba en jugadores retirados de la actividad.
“La gente no se fija que San Antonio tiene una plantilla de 32 millones de pesos, Colchagua 28 millones de pesos, otros 29 y 30 millones. Nosotros tenemos una de siete u ocho (millones de pesos), con todas las imposiciones a lo más llega a 15 millones. Entonces estamos lejos de poder llegar a armar un plantel importante.
Nosotros hicimos un plantel con escasos recursos, nos decían ‘por qué no trajiste a este, o a este otro’, pero estábamos hablando por sobre el millón de pesos y Ovalle paga mucho menos. Un caso. Cuando Deportes Valdivia contrata al ‘Flaco’ (Alfredo) Calderón desde Argentina, nosotros contratábamos a Víctor González que hace ocho años que no jugaba. Mientras San Antonio o Trasandino contrataba a jugadores de primera división, nosotros lo hacíamos con Felipe Varas que hace dos años no jugaba”, contó Danilo Chacón.
Fuera Chacón
Fue así como los primeros partidos de aquel torneo fueron irregulares hasta que se asomó el 21 de septiembre. El estratega recuerda perfectamente aquel día cuando el médico lo tomó del brazo y lo internó en el Hospital Antonio Tirado Lanas de Ovalle.
Después de varios análisis, se detectó que el ex defensa sufría una arritmia cardiaca con fibrilación auricular que lo obligó a permanecer internado durante dos meses. Ese tiempo evidentemente lo obligó a abandonar la banca de los verdes de Limarí y preocuparse por su salud.
“Los primeros días internados fueron de preocupación”, relató a El Ovallino. Estuvo sin moverse de la cama del recinto por cerca de siete días. Su enfermedad fue posible estabilizarla mediante medicamentos que aún ingiere, pero que hasta la fecha no tiene una cura posible.
El club debió buscar un sustituto, ya que el ayudante de campo Juan Castillo no posee título de entrenador. Fue así como recurrieron a Leandro Zepeda, entrenador de las inferiores de Santiago Morning, quien asumiría en reemplazo de Chacón.
Con Zepeda asumiendo oficialmente frente a Naval, el plantel se debía acomodar a un nuevo técnico, nuevas metodologías y nuevos cambios. Entre tanto, Deportes Ovalle marchaba a los tumbos en el campeonato, alcanzando incluso el último lugar de la tabla de posiciones tras la derrota ante Deportes Linares en tierra huasa. Aunque ese puesto lo ocuparía durante una fecha, el equipo se ha mantenido entre la octava y décima ubicaciones.
“Con poquísimo hacemos mucho, sabiendo que no tenemos utileros, preparador físico, ni preparador de arqueros. Somos tres personas que trabajamos todos los días. Y desde ahí tenemos que competir con ‘grandes potencias’”, comentaba el santiaguino en vísperas de navidad.
Los hinchas pedían resultados de cualquier manera. Incluso un sujeto ingresó a la práctica del plantel e intentó agredir a Zepeda, mientras dirigía el entrenamiento. Las cosas no eran sencillas.
“El principal punto de disconformidad con la actual gestión recae en el ámbito deportivo ya que desde que llegaron en el 2010 las aspiraciones siempre han sido mantenerse en la categoría, lo que nos tiene hundidos en la mediocridad a niveles insostenibles. Es momento de que estas personas renuncien o bien sean removidas. De lo contrario Miguel Nasur debería replantearse si seguir al mando del club o bien venderlo a gente que de verdad quiera devolver a Deportes Ovalle al sitial que pertenece, que no es otro que la Primera B. Ya va una década fuera de la categoría y de ellos seis años han sido con estas personas, es hora de retornar de una vez por todas”, afirma César Vega, dirigente de la barra Ultra Verde, principal fuerza opositora a la gestión de la sociedad anónima.
Se agudiza la crisis económica
Durante el mes de noviembre, cada uno de los jugadores del plantel de Deportes Ovalle vio cómo sus cuentas quedaban en cero. La directiva del club no cancelaba los sueldos del mes de octubre y las voces de desánimo eran la tónica. Finalmente estuvieron dos semanas sin recibir los salarios, situación que se repetiría al mes siguiente. Se acercaba la navidad y el plantel no recibía las remuneraciones. Recién el 23 de diciembre se les canceló el mes de noviembre y la situación era molesta, mientras el Sindicato de Futbolistas Profesionales –Sifup- estaba al tanto del problema. Como medida de presión, los ovallinos cancelaron dos días de entrenamiento.
“Problemas hemos tenido para poder cancelar a tiempo, pero es una situación casi globalizada en el fútbol. No somos el único club en Chile que se atrasa en el pago y es efectivo como toda empresa en Chile que pasa por momentos complicados y difíciles. Esta empresa y sociedad no escapa a eso. Por tanto, creo que hemos hecho grandes esfuerzos para que la mano que ampara este club pueda tener los recursos y cancelarlos”, dijo Patricio Espinoza.
Un año errático es el que cierra el único club de fútbol profesional de la provincia de Limarí. Ya se vive el 2016 con nuevos desafíos, donde la presencia de un estadio nuevo podría concretarse, pero mientras tanto, los hinchas esperan que el rumbo cambie. Que desaparezcan los problemas económicos, las noticias provengan solo del campo de juego e ilusionarse con un soñado ascenso a Primera B, aquel que esperan desde hace diez años.