Y verás cómo quieren en Chile al amigo cuando es forastero

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    Y verás cómo quieren en Chile  al amigo cuando es forastero

    Por estos días miles de chilenos han vivido la celebración de lo que fue un nuevo aniversario patrio. Dentro de esas miles de personas, también hay extranjeros que desde su propia cultura pueden cuantificar lo que significa esta verdadera fiesta nacional y todo el patriotismo exacerbado en esta larga nación. Conversamos con ciudadanos de países como Australia, Italia, Venezuela y Estados Unidos, para conocer su íntima visión sobre nuestro país, en aspectos como el estilo de vida, la personalidad y la idiosincrasia.

    ITALIA

    Elena Bartolomeo (28) está hace 1 mes a Ovalle. Es originaria de Padua, ciudad italiana cercana a Venecia. Llegó hace pocas semanas a Chile, para participar como voluntaria del Programa Inglés Abre Puertas del Ministerio de Educación. De esa forma, por estos días la joven se desempeña como profesora de inglés en El Colegio de Administración y Comercio El Ingenio.

    “Me gusta mucho Chile, la gente es muy generosa, son amigables, me invitan a sus casas para compartir. Creo que aceptan a los extranjeros, hacen muchas preguntas, a mí personalmente me preguntan cosas sobre Italia, quieren saber sobre mi país”, cuenta sobre su opinión respecto a esta tierra sudamericana.

    Acerca de nuestras características Elena indica, “en personalidad en general son muy chistosos, simpáticos, les gusta compartir. Es distinto, porque en Italia somos más fríos, hay vecinos que no se saludan, acá todos se preguntan ‘cómo estás’, se ve mucho cariño, a veces hasta se preocupan cuando uno está enfermo. Son más cálidos, menos fríos”.

    La italiana asegura que somos despreocupados. “Pienso que los chilenos son un poquito más relajados, por ejemplo, cuando alguien acuerda reunirse a una hora no son puntuales. Me gusta que sean relajados, son flexibles”.

    En ese país europeo los festejos patrios tienen un bajo perfil. “En Italia el Día de la Independencia no es una fiesta importante, como lo es acá. En Chile es diferente, ponen muchas banderas, se come asado, hay trajes típicos. En cambio nosotros nos tenemos nada como el ‘18’ en Italia, porque allá se celebra sólo un día, pero no es una celebración, es más bien un desfile con el Ejército”.

    VENEZUELA

    Carolina Martínez (30), es una joven venezolana que hace sólo días cumplió un año viviendo en Chile. Actualmente trabaja en el céntrico local Deliven, que cada día deleita a los ovallinos con lo mejor de la cocina de ese país sudamericano. 

    Lo primero que destaca es lo patriota que somos, “una de las cosas que me llama la atención es que son muy regionalistas, donde uno llega se ve la bandera, se identifica”, sentencia.

    Nuestro fanatismo por el pan, también es reconocido por ella. “En Chile hay mayor consumo de pan, para todo, mientras que nosotros el pan lo sustituimos por arepas, plátanos. La comida es distinta acá, nos ha costado pero todo es cosa de costumbre”.

    Muchas veces se ha dicho que en comparación con otras naciones, el ciudadano chileno habla más rápido que otros. Carolina considera lo mismo, “hablan rápido y a veces uno no entiende. Al principio me quedaba como ‘ah?’. 

    Otro punto es el tema de las palabras. “Acá a todo le dan un doble sentido, por ejemplo, aquí ‘pico’ es una grosería, una barbaridad. Nosotros usamos esa palabra de otras muchas formas, por ejemplo para decir la hora, las 13.15 puede ser la una y pico”. Carolina agrega que el hecho de anteponer un artículo a un nombre de persona, es algo despectivo en su país, “En Venezuela decir “el” o “la”, seguido del nombre de alguien es desprecio, bien feo, si allá alguien me llamara ‘la Carolina’, me molesto”.

    Sin duda son muchas las anécdotas que ha acumulado al trabajar en el restaurant en Ovalle. “A veces cuando digo ‘ven ahora’, la gente se queda esperando, pero lo que quiero decir es que vengan más tarde. Me ha costado pero me da risa”, indica sobre las diferencias en el significado de algunas palabras. 

    En cuanto a nuestra forma de ser, la venezolana cuenta que hay una clara diferencia entre el chileno capitalino y el que vive en otras ciudades más pequeñas o en región, “en Santiago son más ‘fomes’, más distantes. Acá son más acogedores, pero eso creo que es algo que ocurre en ciudades de cualquier país”.

    Finalmente, Carolina identifica las diferencias de las celebraciones patrias en su cultura y en la chilena. “En Venezuela no se celebra un día patrio, acá no sé qué se celebra exactamente acá el 18 de septiembre, pero se ve que es algo muy regionalista. Llega esa fecha y todos celebran, todo se paraliza porque está enfocado a esa fiesta. El Día de la Independencia en mi país se festeja sacando la bandera y ya, no se celebra como acá, es un día normal común y corriente como otros. El 24 de diciembre y el 31 de diciembre son días en que nosotros celebramos, a uno le gusta pasarlo en familia, es como lo que ustedes hacen acá para el 18. Para nosotros el boom es el mes de diciembre”.

    AUSTRALIA

    Paul Soper tiene 27 años. Llegó en abril de 2015 a nuestro país, luego viajó a Australia durante navidad, y retornó a Chile para continuar en su rol como profesor de inglés en el Colegio Raúl Silva Henríquez. Acerca de estas tierras, Paul no sabía mucho ante de venir, sólo tenía la noción que hablamos español y que somos el país más largo del mundo. Cuenta que una vez que llegó le llamó la atención la gran variedad de paisajes. 

    “Aquí en Chile se puede ver más emoción por cosas por ejemplo, las Fiestas Patrias. Además todo se celebra en grande, los cumpleaños, Día del Padre y de la Madre. Hay una exageración pero en un buen sentido, en Chile son mejores para festejar”, dice Paul respecto a una de las principales diferencias entre ambas culturas.

    Él dice que en su país, el protagonismo lo tiene la navidad. “No tenemos un Día de Independencia en Australia, conmemoramos el 26 de enero como el día en que llegaron los conquistadores. Ese día la gente va a la playa, hacen asados, sólo eso, pero acá en Chile se festeja como 4 días, es una fiesta muy grande. Diría que las celebraciones de Fiestas Patrias chilena, son como la navidad para nosotros en Australia”.

    Al mismo tiempo confidencia, “la semana pasada estaba pasando por el Paseo Peatonal y vi las luces y las banderas, eso me hizo recordar la navidad en mi país”.

    El joven destaca que el chileno compatibiliza la vida social con la laboral. “Los chilenos son buenos para salir de fiesta o beber, pero igual al día siguiente continúan trabajando, sin problemas, sin parecer poco profesional. La gente festeja pero al día después pueden trabajar, sin interrumpir su labor”.

    Dentro de las diferencias más profundas entre la cultura australiana y la chilena rescata, “la gente es más cálida, más buenos para compartir, no quiero decir que en mi país seamos fríos, pero allá somos más reservados”.

    Acerca de cómo lo ha tratado nuestro país durante estos meses en que se ha insertado en el mundo chilensis, indica, “eso es lo mejor de Chile, todos me han recibido y tratado bien. Al saber que uno es extranjero son preocupados y quieren ayudar con cualquier cosa, compartir conmigo, así que no estoy solo. Son buenos conmigo, me cuidan”. 

    Este ciudadano del país oceánico, además ha podido probar algo de la gastronomía chilena. “El otro día tuvimos una kermese en mi liceo, probé mucha comida típica, me gustaron las sopaipillas con pebre, las churrascas con pebre, choripán, todo con pebre, me encanta. Me dijeron que estaba picante, pero no era así, los chilenos no son muy buenos para la comida picante. Además probé empanadas, mote con huesillos, en general todo tiene mucho carbohidratos, es rico el sabor, pero no creo que sea tan sano”.

    ESTADOS UNIDOS

    Joel Maloney (42) arribó a Chile hace casi 8 meses y actualmente es uno de los profesores de The English House en Ovalle. Es originario de la ciudad de Portland, Oregon en Estados Unidos.
    Con un muy bien pulido español, reconoce que antes no sabía nada acerca de Chile, “había vivido en México, por eso, fue mi única perspectiva sobre América Latina”, explica.

    El norteamericano, cuenta que una de las cosas que le llama la atención de los chilenos, es que algunos evitan hacer contacto visual. “Como viví en México me acostumbré a esa cultura, ellos son muy lindos, pero muy agresivos, te hablan en cualquier lado, y si se hace contacto visual es de seguro que se va a iniciar una conversación. Acá en un principio cuesta mucho conocer a alguien, la gente en la calle mira a los ojos pero de inmediato voltea la cara y pretenden que no vieron nada. Eso me costó un poco en un principio, pero la cosa es que cuando ya se tiene la oportunidad de hablar con alguien, esa persona se abre y son muy profundos”, confidencia.

    Acerca de nuestros rasgos de personalidad, le sorprende la amplia gama de conocimientos globales que tiene la juventud local. ”Las personas son muy inteligentes, más aún la juventud, me parecen muy brillantes, no quiero decir que la gente mayor no lo sea. La nueva generación es muy abierta y tienen un gran conocimiento global, saben lo que está pasando en otros lados. Por ejemplo en México, se necesita explicar varias cosas antes de poder contar tal historia de mi vida, acá no es necesario, se entiende ‘altiro’. Eso me fascina, sorprende, me agrada”.

    Acerca de cómo celebran en Estados Unidos el tema patria, explica “en Portland la verdad que ponemos más importancia a la navidad y al Día de Acción de Gracias. Celebramos el Día de la Independencia con fuegos artificiales, asados, pero normalmente tenemos que seguir trabajando al día siguiente, no es como 4 días. Tampoco preparamos la decoración con semanas de anticipación”.

    En el caso de México relata, “allá hay muchos feriados, hay como 2 por semana. Los feriados son por los santos, independencia de algo, muchas excusas para juntarse, beber y celebrar, toda la familia se junta para todos esos días. La semana antes del día patrio, recién empiezan a preparar los festejos y los planes”, además cuenta que “en Chile hay hartos días de fiesta”, y que en esta nación nos preparamos con mucha anticipación para la fiesta dieciochera.