Voluntarias del hospital Antonio Tirado realizan labores desde dos perspectivas diferentes

    0
    660
    El respaldo que ofrecen las Damas de Rosado es fundamental en el hospital, realizan varias tareas, entre ellas, informar a la comunidad.

    El hospital de Ovalle cumple un misión fundamental en la vida de los ovallinos, sin embargo, hay colaboración para que esta misión se cumpla, mujeres realizan una de las labores más silenciosas, pero fundamental en la vida de los pacientes, se trata de dos fundaciones que si bien son distintas en sus bases y funcionamiento, tienen una meta en común y es darle una mejor calidad de vida a enfermos y desvalidos que ingresan al hospital.

    Se trata de las damas de Blanco y las damas de Rosado, para entender cómo funcionan estas fundaciones, sus diferencias y similitudes, además de la gran labor que cumplen, para ello las conoceremos un poco más.

    Fue un 19 de octubre de 1985 cuando las Damas de Blanco lograron conformarse como fundación debido a que adquirieron el permiso judicial correspondiente, pero su historia comenzó algunos años antes en 1958, cuando el pastor Alberto Küpfer comenzaron esta labor en el Hospital del Salvador, al ver la necesidad de ayuda material y espiritual que requerían los pacientes, labor que hasta el día de hoy es replicada por este grupo de mujeres que de forma desinteresada ayudan a su prójimo.

    Por su parte, las Damas de Rosado comenzaron a funcionar el día primero de mayo del año 1990 y fue fundada la primera compañía en el hospital Antonio Tirado Ramos, desde aquel día comenzaron los turnos que hasta la fecha no han cesado, ayudando tanto en aportes logísticos como con palabras de aliento, aunque a diferencia de las Damas de Blanco, ellas tienen un enfoque mucho más religioso, apoyando las labores el mismo hospital.

    Blanco y Rosado 

    Si bien son dos fundaciones distintas, con un distinto enfoque religioso, tienen mucho más en común de lo que creería, además el trabajo que realizan es de apoyo mutuo y sincronía, complementando de esta forma las labores que desempeñan en el hospital, Ada López es coordinadora de Damas de Blanco en la filial Ovalle, y sabe que el trabajo en equipo es la clave para un mejor desempeño, es por lo cual considera a las Damas de rosado unas verdaderas aliadas en las labores, “ La unidad es muy importante, incluso nos apoyamos  porque si alguien está triste nos consolamos, porque hay momentos en nuestras vidas que también  tenemos problemas, porque ahí va la amiga y te presta apoyo, eso es lo más lindo que hay, la unidad, lo más lindo que hay en los grupos de voluntariado.” Sandra Vega es Dama de Rosado, comenta que esta fundación “está abierta al trabajo en equipo y si bien tienen creencias religiosas diferentes a sus compañeras de labor, están dispuestas a trabajar juntas para mejorar la experiencia que viven los internos del hospital, “nos movemos en el mismo ambiente, hacemos labores parecidas, pero lo más importante es el cariño que tiene la comunidad de Ovalle por el voluntariado.” Estas dos fundaciones, son sin duda un gran soporte para el hospital y su ayuda desinteresada va más allá de un bien personal, apuntando al bien común y demostrando con hechos que su calidad humana está por sobre cualquier otra diferencia

    Una misión en común

    Ambas fundaciones brindan ayuda desinteresada a pacientes del hospital que requieran de cuidados, compañía o una guía espiritual, por su parte Damas de Rosado y su coordinadora enfocan sus fuerzas en “ personas que han perdido las esperanzas, su ganas de seguir o los aqueja un momento difícil, enfermedades terminales en muchos casos y necesitan ver un poquito de luz y eso es lo nosotros damos”, mientras que las damas de Blanco manifiestan que son interdenominacionales, es decir hay 7 iglesia diferentes conformando la fundación. “No solamente entregamos consuelo o lo material, también participamos muchos en el hospital.” Ambas fundaciones pertenecen al consejo consultivo y son parte de las decisiones  que se tomen, demostrando con ello que más allá de la religiosidad, está el bien común desinteresado.