La asociación de fútbol rural ovallina se consolida como una potencia nacional con 43 clubes activos y una pasión que trasciende generaciones
La revolución del fútbol rural en Ovalle: Una historia de crecimiento y pasión
Lo que comenzó como un modesto torneo vecinal en 1988 se ha transformado en un fenómeno deportivo que congrega a 20.000 deportistas y moviliza a toda una provincia. Esta es la historia del fútbol rural ovallino, un gigante que sigue creciendo.
De canal vecinal a potencia nacional
Carlos Bugueño, presidente de la Asociación de Fútbol Rural de Ovalle, recuerda los humildes inicios: Por el año 1988 comenzó como canal vecinal, con un pequeño grupo de clubes del sector de Limarí, El Trapiche y La Torre
. Hoy, esa semilla ha germinado en un robusto árbol con 43 clubes activos.
Los clubes que forjan la historia
Entre los equipos destacan Unión Bellavista de Santa Cristina, Luis Bugueño de Cerrillos de Tamaya, Estrella de Las Sossas y decenas más, cada uno representando el orgullo y la identidad de su localidad. La diversidad y cantidad de clubes ha convertido a Ovalle en la segunda asociación más grande del país, solo superada por la Región del Maule.
Más que un juego: un fenómeno social
El fútbol rural ovallino trasciende lo deportivo. Ha sido fundamental para preservar las tradiciones, fortalecer los lazos comunitarios y brindar oportunidades de desarrollo a miles de jóvenes. Como señala Bugueño: La idea es que la esencia sea rural, que sobretodo participe la gente del campo, un principio esto partió para que la gente de los pueblos se pudiera conocer e intercambiar ideas
.
Los desafíos del crecimiento
El éxito también trae desafíos. La masiva participación ha llevado a la necesidad de mejorar infraestructura y profesionalizar la gestión. Sin embargo, estos obstáculos no han frenado el entusiasmo y compromiso de los participantes.
Un legado en construcción
Con torneos que se desarrollan entre marzo y septiembre, seguidos por campeonatos regionales que incluyen a los mejores clubes de Punitaqui, Salamanca, Tongoy y Río Grande de Monte Patria, el fútbol rural ovallino continúa escribiendo su historia, demostrando que la pasión por el deporte no conoce límites geográficos ni sociales.